martes, 16 de octubre de 2012

Carta a un diputado

Estimado diputado:
No puedo publicar todo lo que me contó el otro día. No puedo ni siquiera poner su nombre, porque el que tiene que hacer público todo esto, con nombres y apellidos, es usted. Nadie más lo puede hacer.

Tampoco puedo publicar el nombre del diputado de GANA que primero le trató de convencer y luego de extorsionar. Sólo usted es testigo de estas conversaciones y puede revelar las fechas, los lugares y las palabras usadas.

No puedo revelar los nombres de los personajes que se encargaron de ofrecerle dinero, mucho dinero, por su voto en la Asamblea. Sólo usted puede testificar sobre quienes son los compradores o los intermediarios de los compradores, cuánto dinero ofrecieron, cómo iban a ser la prima y las cuotas.

No puedo revelar el nombre del ex-presidente de la República que de repente le llamó a usted, de manera muy amable, haciéndole ver que en el proyecto político que él está construyendo hacen falta “personas honestas” como usted. Sólo usted es el testigo de esta conversación. Sólo usted puede decir si esta llamada le cayó antes, después o en medio de las amenazas y de las ofertas de dinero...

Usted tal vez piensa que con haber rechazado todas las ofertas, tanto las endulzadas como las acompañadas de amenazas, ha hecho suficiente para hacer caer este tipo de negocios con votos y voluntades. Pues, no. Estos crímenes hay que erradicarlos de raíz, y para esto hay que hacerlos públicas. Así como el vampiro, el gran corruptor no resiste la luz del día. La transparencia lo mata.

La sociedad tiene un derecho de saber cuánto dinero están dispuestos a invertir en la elección del fiscal general. Se está hablando de 2 millones por voto – y necesitan 6 votos adicionales para imponer al fiscal que piensan que les va a proteger...

Así que si usted no denuncia las ofertas obscenas y los chantajes que le han hecho para cambiar su voto en la Asamblea, se hace corresponsable de la impunidad para el gran corruptor de la política y sus aliados y empleados. Y del daño que está sufriendo el sistema político, si se salen con la suya los que piensan que en política todo y todos tienen un precio.

Usted dice que teme represalias, porque está lidiando con gente mala que no tiene escrúpulos. Bueno, más razón para pararlos. Si usted se decide a hacer las denuncias pertinentes, toda la sociedad le va a proteger.

Saludos, Paolo Lüers
(más!/EDH)