No puedo publicar todo lo que me contó el otro día. No puedo ni siquiera poner
su nombre, porque el que tiene que hacer público todo esto, con nombres y
apellidos, es usted. Nadie más lo puede hacer.
Tampoco puedo publicar el nombre del
diputado de GANA que primero le trató de convencer y luego de extorsionar. Sólo
usted es testigo de estas conversaciones y puede revelar las fechas, los
lugares y las palabras usadas.
No puedo revelar los nombres de los
personajes que se encargaron de ofrecerle dinero, mucho dinero, por su voto en
la Asamblea. Sólo usted puede testificar sobre quienes son los compradores o
los intermediarios de los compradores, cuánto dinero ofrecieron, cómo iban a
ser la prima y las cuotas.
No puedo revelar el nombre del
ex-presidente de la República que de repente le llamó a usted, de manera muy
amable, haciéndole ver que en el proyecto político que él está construyendo
hacen falta “personas honestas” como usted. Sólo usted es el testigo de esta
conversación. Sólo usted puede decir si esta llamada le cayó antes, después o
en medio de las amenazas y de las ofertas de dinero...
Usted tal vez piensa que con haber
rechazado todas las ofertas, tanto las endulzadas como las acompañadas de
amenazas, ha hecho suficiente para hacer caer este tipo de negocios con votos y
voluntades. Pues, no. Estos crímenes hay que erradicarlos de raíz, y para esto
hay que hacerlos públicas. Así como el vampiro, el gran corruptor no resiste la
luz del día. La transparencia lo mata.
La sociedad tiene un derecho de saber
cuánto dinero están dispuestos a invertir en la elección del fiscal general. Se
está hablando de 2 millones por voto – y necesitan 6 votos adicionales para
imponer al fiscal que piensan que les va a proteger...
Así que si usted no denuncia las ofertas
obscenas y los chantajes que le han hecho para cambiar su voto en la Asamblea,
se hace corresponsable de la impunidad para el gran corruptor de la política y sus
aliados y empleados. Y del daño que está sufriendo el sistema político, si se
salen con la suya los que piensan que en política todo y todos tienen un
precio.
Usted dice que teme represalias, porque
está lidiando con gente mala que no tiene escrúpulos. Bueno, más razón para
pararlos. Si usted se decide a hacer las denuncias pertinentes, toda la
sociedad le va a proteger.
Saludos, Paolo Lüers
(más!/EDH)