El presidente de la República aprovechó su discurso ante las autoridades de Educación en ocasión del Día Internacional de la Alfabetización para anunciar un nuevo programa presidencial, que promete revolucionar la nuestra cultura. Como su gobierno ya está al punto de erradicar el analfabetismo, da el siguiente paso: la campaña “Alfabetización de Valores y Comprensión” para los retrasados líderes de la oposición.
Por suerte nuestra, el presidente tiene a la par a un vicepresidente experto en educación (y muy en especial en la educación del “hombre nuevo”). Así que asesorado por el profesor Salvador Sánchez Cerén nos comunicó: “¿De qué les sirvió a estos señores que nos gobernaron durante 20 años aprender a leer y escribir, si nunca aprendieron a interpretar la realidad y a identificar cuáles fueron sus principales problemas? ¿De qué les sirvió aprender a leer y escribir, si junto con ese aprendizaje no adquirieron los valores de la solidaridad para saber que eso que aprendieron tendría que haberles servido para combatir la injusticia y la desigualdad?”
Así que el ministerio de Educación desarrollará un programa revolucionario, que ni siquiera se ha llevado a cabo en Cuba (donde los opositores, que no entienden los cambios, fueron forzados a emigrar a Miami, o terminaron presos o en un triste “exilio interior”), sino solamente en la revolución cultural de Mao en China: la reeducación de los opositores.
El gobierno del cambio no puede simplemente tolerar que sigan existiendo (y jodiendo) lideres empresariales, políticos y de opinión que siguen oponiéndose a los cambios o incluso se proponen a revertirlos. Por suerte tenemos un presidente mucho más inteligente que Castro y Mao. Funes sabe que a los opositores no hay que reprimirlos, sino ofrecerles oportunidades de reeducación para que entiendan los cambios y dejen de joder. Dos o tres regañadas presidenciales a la semana, esto sí, pero nada de represión.
A ustedes, los analfabetas modernos en las dirigencias opositoras, se les abre una oportunidad única y generosa: Sométanse voluntariamente al programa de Alfabetización de Valores – y tal vez con esto se termina la polarización. Si ustedes sólo lograran entender los cambios que nuestro presidente está impulsando y nuestro vicepresidente promete profundizar, seguramente dejarían de oponerse al curso de la historia.
Solamente pediría al presidente que nombre, luego de tres años de no hacerlo, a un ministro de Educación de tiempo completo, para llevar adelante este proyecto estratégico. Alguien con las visiones del profesor Sánchez Cerén...
No hagan berrinche, señores Cristiani, Daboub y Quijano, aprovechen la oportunidad que les ofrece el presidente. Yo, por mi parte, me suscribo al nuevo programa presidencial, para liberarme de mi ignorancia. Quiero entender el cambio.
Paolo Lüers
(Más!/EDH)