Nuestro país no sabe definir sus intereses nacionales, ni sus prioridades. Por esto no tiene rumbo y no crece su economía. Los mejores ejemplos para esta conclusión son el puerto de La Unión, que tiene 4 años de estar listo sin operar, y la CEL, que tiene 7 años de no cumplir su deber de desarrollar las fuentes de energía renovables para asegurar la seguridad energética del país.Tony Saca y Mauricio Funes van a entrar a la historia del país como el binomio de presidentes responsables del boicot al desarrollo, que tiene su más visible expresión en la inercia de CEL y del proyecto puerto, pero que también se manifiesta en otros casos ejemplares: el hospital de maternidad, la Diego Holguín, etc. Lo que en cuatro entregas hemos desplegado en el Diario de Hoy sobre el pleito por el control de LaGeo demuestra que los personajes que los presidentes Saca y Funes han puesto al cargo de la CEL (Nicolás Salume hjo. y luego Irving Tóchez), sistemáticamente han boicoteado los proyectos indispensables y factibles de aumentar la generación de electricidad sostenible del país. La presa El Chaparral no sólo no la han logrado terminar en siete años, sino además han manejado las licitaciones de una manera que los costos volverán poco rentable esta inversión. Y no han avanzado en nada en otros proyectos hidroeléctricos. Y en el otro campo lógico de desarrollo energético, la geotérmica, han sistemáticamente parado la inversión anteriormente acordada con la empresa italiana ENEL. Todo esto obliga a hacer una pregunta lógica: ¿Quién gana con esta política? El país pierde credibilidad antes potenciales inversionistas, tiempo valiosos, y bastante dinero, con los altos costos de los pleitos legales alrededor tanto de El Chaparral como de LaGeo. ¿Quién, entonces, gana? Gana la corrupción. Alargando el pleito legal con ENEL, luego del contundente fracaso en el arbitraje internacional, la ganancia para el gobierno es poder mantener, hasta el final de su quinquenio, el control total de LaGeo y sus jugosas ganancias. Bajo la administración de Nicolás Salume (quien fue nombrado presidente de CEL por Tony Saca y luego confirmado por Funes), las acciones en LaGeo fueron trasladadas de la CEL a una sociedad anónima llamada INE, propiedad de CEL, en un proceso poco transparente que tiene como única consecuencia evadir las auditorías de parte de la Corte de Cuentas. Además, en los siete años bajo las presidencias de Saca y Funes se ha debilitado sistemáticamente la única instancia estatal que podría (y debería) supervisar y pedir cuentas a la CEL y sus subisidiarias INE y LaGeo: la Junta Directiva de la CEL, que por ley está compuesta por directores delegados de varios ministerios y del los bancos. Sobre todo bajo la presidencia de Funes, varios de los directores que tomaron en serio su misión de fiscalización, han sido removidos. Los ministerios de Hacienda, Obras Públicas y Relaciones Exteriores han sustituido a sus delegados en la Junta Directiva de CEL, porque no se plegaron a las políticas y decisiones de la presidencia de CEL. Hoy los pocos directores que siguen manteniendo una posición crítica han quedado en clara desventaja. Ellos no han podido evitar que la CEL y sus subsidiarias se llenaran con funcionarios que representan los intereses políticos y económicos de personajes que teóricamente nada tienen que ver con el sector energético. El mismo Irving Tóchez, presidente de CEL y de INE, tiene una larga vinculación con negocios de Tony Saca. Violeta Saca, prima de Tony Saca y hermana de Herbert Saca, ha sido nombrada por Irving Tóchez gerente administrativa de INE. También en la administración de INE ha sido instalado Andrés Rovira hijo, cuyo padre fue socio de Tony Saca y actualmente es presidente del partido Gana y magistrado de la Corte de Cuentas. Otro personaje que ha colocado a varios amigos o socios en el sector energético es Miguel "Mecafé" Menéndez, amigo personal y hombre clave en la campaña electoral de Mauricio Funes, quien hoy es presidente de CIFCO (Feria Internacional) y beneficiado de contratos de seguridad en varios ministerios y autónomas estatales para su empresa COSASE. Luís Méndez, nombrado por Funes como superintendente de Electricidad y Telecomunicaciones, es tío de Miguel Menéndez. Manuel Rivera Castro, el nuevo director propietario de CEL por parte de Hacienda, es asesor de "Mecafé", cuyo yerno Salvador Vairo fue colocado por Irving Tóchez como presidente de CECSA, otra subsidiaria de la CEL. Otra persona muy cercana a "Mecafé" Menéndez es Leopoldo Samour, quien es director en CECSA y recientemente fue nombrado presidente de LaGeo. Todo esto en un mosaico de sociedades anónimas subsidiarias de la CEL y fuera del radar de la Corte de Cuentas, en la cual funge como magistrado Andrés Rovira, presidente de Gana y amigo de Tony Saca e Irving Tóchez. Recientemente esta Corte de Cuentas entregó al presidente de CEL un informe que justifica la posición de Irving Tóchez y Mauricio Funes de no cumplir con el acuerdo de accionistas de LaGeo, porque "ha dejado la posibilidad de que un recurso que forma parte del patrimonio del estado sea administrado y explotado con predominio de un particular (ENEL)". Nadie puede explicar cómo esta afirmación no sustentada sobre el acuerdo CEL-ENEL del 2002 llegó a formar parte de un "Examen Especial de la Corte de Cuentas sobre la participación del Estado, a través de la CEL, en las operaciones financieras de LaGeo correspondiente al período del 26 de octubre del 2004 al 31 de diciembre del 2006", ni porqué se redacta hasta ahora, en septiembre del 2011, cuando estalla el debate público sobre el caso CEL-ENEL… Hay otra información interesante: Julio Valdivieso, asesor de Nicolás Salume, padre el expresidente de CEL Nicolás Salume hijo, es al mismo tiempo director ejecutivo de INE, la sociedad anónima propiedad de la CEL. Pero además de recibir salario como director ejecutivo, recibió honorarios de más de 100 mil dólares solamente en un solo año como miembro del equipo de abogados que infructuosamente preparó los alegatos de CEL en el arbitraje en Paris. En total este equipo cobró a INE/CEL más de 800 mil dólares en un solo año. Parece lógico que los asesores legales de CEL quieren seguir por varios años más el pleito legal con ENEL, a pesar de que todo indica que no lograrán la anulación de la sentencia negativa… Se puede concluir que con la decisión de la CEL de no permitir las inversiones de ENEL los únicos que ganan son los abogados de la autónoma y algunos funcionarios y sus patrocinadores. El país gana el control absoluto sobre una empresa (LaGeo), pero que no crece y no cumple su deber. Al mismo tiempo el país pierde en todos los terrenos: pierde el arbitraje, pierde tiempo valioso en su desarrollo energético, pierde transparencia, y pierde mucho dinero. Y lo más grave: El Salvador pierde la oportunidad de mostrar al mundo a LaGeo como modelo para promover la inversión mediante asocios público-privados. El Diario de Hoy) |
lunes, 26 de septiembre de 2011
El país pierde
De:
Paolo Lüers
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