Dejen  de hablar de estudiantes asesinados. Dejen de hablar de la inseguridad  en sus escuelas y sus entornos. No se distraigan con estos temas  triviales. Dejen esto al gabinete de seguridad…
Entramos  a septiembre, el mes patriótico, y el tema es cuántos centímetros de  piernas desnudas pueden exhibir las cachiporristas en los desfiles. 
Ya  recibieron la circular del ministerio de Educación, que pone en manos  de ustedes, los directores, la decisión de permitir o no desfiles de  cachiporristas y cómo saldrán vestidas. Lo que sí exige el ministerio es  que los trajes de las señoritas sean ‘conservadores’ y ‘moderados’…
Para  no meter la pata, pongan mucha atención a las palabras del ministro y  vicepresidente de la República: “Cuando hablamos de cambio, hablamos de  formar ese hombre integral, esa salvadoreña integral con una  sensibilidad espiritual para estar situado como factor de cambio dentro  de la sociedad.”
No  se equivoquen, señores educadores: Aunque pasen el mayor tiempo en  cuestiones de uniformes y zapatos y ahora además de policía de moda,  midiendo la distancia entre donde las botas terminan y la falda empieza  (esta distancia desnuda que tanto molesta a la primera dama) - su  verdadera misión es crear el ‘hombre nuevo’.
Nada  menos el miércoles 31 de agosto los periódicos citan al máximo educador  y forjador del salvadoreño y de la salvadoreña integral, explicando  porque han abandonado la postura radical del año pasado, cuando  decretaron prohibir las cachiporristas: “ No podemos romper con las  tradiciones de la noche a la mañana, sino que vamos imponiendo una nueva  cultura…”
Tómenlo  en cuenta cuando tomen sus decisiones y agarren la regla para medir las  faldas: el hombre nuevo, en su versión femenina, se viste de manera  ‘moderada’ y ‘conservador’…
¡Qué  avance! Hasta ahora nadie podía adivinar que diablos será esta ‘mujer  nueva’, de la cual hablan tanto los jerarcas de Educación, parecía una  paja ideológica. Ahora por lo menos sabemos cómo va vestida. 
Así  que, estimados educadores, ármense de reglas, midan bien las piernas,  para que en ninguna pirueta salgan a la vista las nalguitas tan típicas  de esta mujer vieja y desintegral que ya no cabe en la ‘nueva cultura’ a  la cual nos está guiando el gran educador…
Ojala que entre lidiar con telas, faldas, pantalones y zapatos les quede algún tiempo para dedicarse a la educación.
Saludos, Paolo
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