sábado, 3 de septiembre de 2011

Carta a los dirigentes de la oposición

Estimados tíos:
 
¡Ya dejen de joder! Olvídense de la idea de que la democracia es un juego entre gobierno y oposición. Ya dejen de buscarle cinco patas al gato tratando de hacerle contrapeso al gobierno. ¿Quién necesita contrapeso, oposición, ideas alternativas? Necesitamos unidad. Ya descarten esta idea de representar los intereses de la mitad de la ciudadanía que no votó por ‘el cambio’. Acepten la verdad: ganó las elecciones el programa del cambio del FMLN y Mauricio Funes. 

En vez de resistirse, mejor súbanse al tren de ‘el cambio’. O en palabras de nuestro presidente en la reciente inauguración del mes cívico: “Pido a los institutos políticos que se sumen, por encima de sus propios intereses y deseos, a este proceso de cambio impulsado por el pueblo en 2009.”

Hasta ahora la regla era que quien ganaba las elecciones gobernaba, y quien las perdía, se constituía en oposición y trataba de representar los intereses y deseos de la minoría. Entiendan de una vez por todo que esto ya cambió. Y que este cambio no es de una elección a la otra, sino de una vez por todas. El tal ‘cambio irreversible’ que menciona el FMLN.

Ya tenemos otro Estado. Como dijo el presidente en El Triunfo: “Lamentablemente en nuestro país nuestros hijos más débiles son la inmensa mayoría de la población, sumida en la pobreza y en la exclusión. A esos la madre gobierno, el padre Estado los va a apoyar más que al resto.”
En este Estado el gobierno es el papá, los pobres son los hijos, y ustedes, en vez de jugar a oposición y tratar a seducir a los menores con ideas extrañas y opciones diferentes, mejor acepten la invitación generosa de ser los tíos, compadres, consuegros que ayudan al papá en su tarea de cuidar de sus hijos…

¡Qué revelación! Hasta que me iluminó este discurso del presidente en el Puerto El Triunfo (a la par del abuelo Lula) yo también tenía esta idea de un Estado de ciudadanos libres que delegan la administración de la cosa pública por 5 años a un ciudadano presidente.

Algunos dirán que este cambio a un Estado paternalista, donde los ciudadanos (sobre todo los humildes) otra vez somos hijos de un Estado mamá y un gobierno papá, es un cambio para atrás. No hagan caso a estas voces que sólo buscan confundir a los buenos hijos. Mejor asumen su papel de buenos tíos.

Saludos, Paolo

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