Si su plan es seguir destruyendo la democracia y la confianza de la gente en las instituciones, sigan con la sinvergüenzada. ¡Adelante, juntos el Frente con GANA lo pueden lograr!
Si quieren construir un sistema político diferente (inspirado en ejemplos como Arnoldo Alemán y Daniel Ortega en Nicaragua, o como Hugo Chávez y Rafael Correa en Suramérica), van en buen camino: Superen el veto del presidente (y de la sociedad civil) contra la “reforma” electoral burlada. Sigan haciendo madrugones como el que hicieron en la Asamblea la noche de jueves pasado, cambiando la composición de las Juntas Receptoras de Votos. Ahora, en esta entidad donde se ganan o pierden las elecciones, va a estar un representando de GANA, que por key nada tiene que hacer ahí...
Ustedes dicen que están defendiendo a los partidos como pilares de la democracia. Pero en realidad ustedes están metiendo a los partidos en una crisis fatal de falta de credibilidad y representatividad. Para defender a los partidos, hay que reformarlos y democratizarlos. Pero ustedes se oponen a estas reformas, o las pervierten, como en el caso de la reforma electoral.
Si quieren ver las instituciones democráticas en ruinas para luego construir sobre los escombros un estado populista, ya saben lo que tienen que hacer para completar la tarea: elegir al diputado Guillermo Gallegos a la Corte de Cuentas; ayudar al presidente Funes a tapar la corrupción en la CEL y su proyecto de la presa hidroeléctrica del Chaparral; crear una crisis constitucional entre Asamblea y Corte Suprema de Justicia, que no permitirá reglas claras para las elecciones del 2012...
Y luego, ¿qué? Sobre las ruinas de la democracia, ¿un candidato Tony Saca para la presidencia? ¿O un candidato del Frente, apoyado por Saca a cambio de impunidad?
¿Saben qué? Aunque parezca que su estrategia está teniendo frutos, no los podrán cosechar. Porque la gente ya no se deja engañar de populistas de izquierda ni de derecha. Por esto, antes de poder destruir la democracia que tanto nos ha costado, se van a destruir ustedes mismos.
Mucha suerte en el camino al suicidio político, les desea Paolo Lüers
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