Ciertamente es el FMLN con Mauricio Funes a la cabeza los que portan y ondean la bandera de la victoria. Una victoria quizá no muy significativa en términos matemáticos, puesto que apenas lograron generar una diferencia mínima de 2.6% de los votos validos, cuando dentro de los discursos triunfalistas se mencionaban cifras que alcanzaban el 16%.
Sin embargo me alegra mucho esta victoria, me alegra que haya sido del FMLN, pero me alegra más que sea una victoria del pueblo y no limitarla solo a un partido político; Un pueblo que se volcó masivamente hacia las urnas y que le recordó al partido en el gobierno, que le recordó a los ARENEROS, que efectivamente el voto es la mejor herramienta para sobreponer la democracia por encima del juego sucio, de la guerra psicológica, de la campaña de terror, del control de los medios masivos de comunicación, por encima de los insultos, de las amenazas, de las mentiras, de las verdades a medias, de la desinformación, de la comparación con otros países que no somos, de la resucitación de imágenes del ya pasado conflicto armado, de los intentos de fraude, la democracia se sobrepuso incluso al secuestro de instituciones del estado como la Corte de cuentas y el Tribunal Supremo Electoral por no mencionar la larga lista.
Que enorme se me vuelve ahora ese 2.6% al ver más de un año hacia atrás y recordar el bombardeo obsceno, oscuro, y sucio que tuvimos que soportar, que el pueblo soporto, más de un año de campaña electoral que el Tribunal Supremo Electoral no quiso reconocer como tal, las toneladas de propuestas demagógicas que no tenían mayor sentido, de consignas aguerridas y ofensivas, de violencia verbal y física que fueron desgastando y reduciendo el número.
Ese 2.6% de diferencia que parece tan pequeño es un sobreviviente, es un héroe, es grande, es el cambio, es la alternancia en el poder, es el indicador más claro que nos dice: “los salvadoreños queremos Democracia, queremos igualdad de oportunidades, de derechos, queremos transparencia en las instituciones y que sobre todo aborrecemos el totalitarismo impuesto por la Derecha disfrazado con una negra mascara de democracia.”
Así de pequeña fue la punta de lanza que logro atravesar la barrera del miedo y que derribo 20 años de derecha intolerante.
Me pregunto ahora, de que tamaño hubiese sido esa punta de lanza si hubiera surgido en una democracia sana, sin obstáculos, utópica, de fantasía. Seguramente hubiera sido gigante y se hubiese sentido quizás aplastante.
Qué gran 2.6%.
Felicidades a todos los salvadoreños, felicidades al candidato electo a la presidencia de la república Mauricio Funes y al candidato a la Vicepresidencia Salvador Sánchez Cerén.