miércoles, 18 de marzo de 2009

Discurso postelectoral de Mauricio Funes

Muy buenas noches, amigos y amigas, esta es la noche más feliz de mi vida y quiero que sea también la noche de la más grande esperanza de El Salvador.

Quiero abrir esta noche agradeciendo a Dios por su protección, ya que sin su voluntad no estaría este día en la posición en que me encuentro. Agradezco al pueblo salvadoreño y lo felicito por haber ratificado su profunda vocación democrática.

De forma humilde y emocionada, deseo agradecer a todos los que votaron por mí, a todos los que escogieron el camino del cambio y la esperanza, a todos los que vencieron el miedo, y se entregaron de pecho abierto a la lucha democrática por un nuevo El Salvador.

El respaldo que ha obtenido mi candidatura, la fórmula presidencial, y mi partido, el FMLN, le ha demostrado al mundo entero que El Salvador está preparado para la alternancia gubernamental.

Expreso mi agradecimiento al FMLN, a su dirigencia, y particularmente, a su militancia. Expreso mi agradecimiento a todas las fuerzas políticas y sociales que conforman la Unidad Nacional por el Cambio.

Quiero expresar mi agradecimiento de modo especial al movimiento
ciudadano Amigos de Mauricio. Agradezco, y quiero esta noche hacer un testimonio público a mi asesor y amigo, John Santana, su esposa y su formidable equipo de producción y de trabajo. Muchas gracias. Y por supuesto, agradezco a mi familia, a mis hijos, y a mi querida esposa, Wanda.

Amigo y amiga, esta noche debe tener el mismo sentimiento de esperanza y reconciliación del esfuerzo que hizo posible la firma de los Acuerdos de Paz en nuestro país.

Este día, a lo largo de toda la jornada, hemos firmado un nuevo acuerdo de paz, de reconciliación del país consigo mismo, veo el resultado de la elección como la victoria de la propuesta de unidad nacional que hice a lo largo de la campaña electoral. Por esta razón, invito desde este momento a las diferentes fuerzas sociales y políticas a que construyamos juntos esta unidad, que debe estar basada en la tolerancia, en el respeto a las diferencias y en la identificación de objetivos comunes.

No me cabe ninguna duda que este día ha triunfado la ciudadanía que creyó en la esperanza y venció el miedo. Esta es una victoria de todo el pueblo salvadoreño.
Lo he dicho y lo repito, mi gobierno estará animado por el espíritu de la unidad nacional, la construcción de la unidad nacional exige dejar de lado desde ya, en este mismo instante, la confrontación y el revanchismo.

Gracias al mandato que me ha otorgado el pueblo salvadoreño, me convierto, sin lugar a dudas, con los datos escrutados hasta el momento, y dados a conocer por el Tribunal Supremo Electoral, como el presidente electo de todos los salvadoreños. Y como presidente electo de todos los salvadoreños y las salvadoreñas, buscaré beneficiar a la mayoría de la población, independientemente de sus preferencias políticas.

Saludo a mis adversarios con respeto, reconozco su empeño y les expreso mi disposición al intercambio permanente de ideas en función de los intereses nacionales y el fortalecimiento de la democracia.

Ahora, desde este momento, el partido ARENA pasa a la oposición, y en ese carácter, como partido de oposición, ARENA debe tener la seguridad de que será respetado y escuchado.

Esta noche, como presidente electo, ratifico los principales compromisos que asumí durante la campaña electoral. Mi gobierno tendrá un compromiso incondicional con la constitución, la democracia y la vigencia... (Falla de origen, cortado) por la defensa del régimen de libertades y el respeto escrupuloso a la crítica, a la libertad de expresión y los cultos religiosos.

El régimen económico establecido en la Constitución de la república, la propiedad privada y la seguridad jurídica tendrán el mayor respeto y serán objeto de atención especial.

La estabilidad macroeconómica y la gestión fiscal responsable serán objetivos que se realizarán con transparencia y cuidadoso control institucional.

Respetaré todas las instituciones democráticas, respetaré a la Fuerza Armada de El Salvador, que en este día ha demostrado una vez más ser una institución profesional, una institución profesional al servicio del pueblo salvadoreño.

Impulsaré un estilo de gobierno basado en el diálogo y la concertación, y en la construcción de políticas de Estado que le den continuidad, predictibilidad y confiabilidad a las acciones gubernamentales.

Trabajaré por el bienestar general, buscando favorecer, desde el ejercicio público, principalmente a los sectores populares empobrecidos y excluidos.

Hago mío el mensaje profético de nuestro obispo mártir, monseñor Óscar Arnulfo Romero, quien en un claro apostolado dijo que la Iglesia tenía una opción preferencial por los pobres, esa será la ruta de mi accionar, buscando siempre favorecer en forma preferencial a los pobres y excluidos.

Construiré una economía dinámica, eficiente y competitiva, y promoveré la creación de una amplia base empresarial, como lo prometí en la campaña electoral. Nuestro propósito es convertir a El Salvador en la economía más dinámica de Centroamérica, y a ese esfuerzo invito a todos los empresarios, grandes, medianos y pequeños, a que contribuyan a la construcción de un nuevo país.

Fortaleceré las relaciones internacionales e implementaré una política exterior independiente, basada en la protección y el fomento de los intereses nacionales. La integración centroamericana y el fortalecimiento de las relaciones con Estados Unidos serán aspectos prioritarios en nuestra agenda de política exterior.

Amigos y amigas, compatriotas, mi elección como presidente de la República ocurre en un momento excepcional, ya que tiene lugar en medio de una grave crisis económica internacional y nacional.

Estoy convencido de que la única manera de hacerle frente a la crisis es mediante la unidad nacional y a través de la aplicación de políticas integrales, no hay tiempo que perder, por ello, desde mañana mismo comenzaremos a tomar las decisiones que sean necesarias para reducir los efectos negativos de la crisis, así como para aprovechar
las oportunidades que toda crisis genera.

Desde este momento, hasta el día que asuma el control del gobierno, dedicaré mis energías a generar la condiciones necesarias que hagan posible la gobernabilidad democrática.

El pueblo salvadoreño ha refrendado este día al cambio como opción
histórica, me debo a este mandato.

Salvadoreños y salvadoreñas, estamos iniciando una etapa nueva de nuestra historia, por primera vez llegan a la presidencia y a la vicepresidencia de la República los candidatos postulados por un partido de izquierda.

Con ese fundamento, también le daremos un sentido nuevo a la elección presidencial, los intereses nacionales, las políticas de Estado y la democracia, serán las brújulas de mi gobierno.

Si la realización de la alternancia es histórica, también lo será mi gestión. Me propongo dejar atrás los viejos (...) de intolerancia y exclusión que tanto malestar nos han causado, en su lugar ofrecemos el respeto y la convivencia democrática porque esta patria nos pertenece a todos.

Las mujeres, las mujeres y los hombres de El Salvador, vivan donde vivan... (Falla de origen, cortado) ...debemos aceptar que tenemos el derecho a asumir opciones políticas diferentes pero nadie puede tomar la patria como bien propio. El salvador nos pertenece a todos.

Compatriotas, quiero convertirme en el presidente de la paz, de la unión y el progreso, quiero ser el presidente de la justicia social y del cambio seguro, quiero ser el presidente de la verdadera reconstrucción del país, que comienza con la reconstrucción de la vida de las personas.

Es hora de avanzar hacia el futuro y dejar atrás las venganzas del pasado. Humildemente, quiero ofrecer al presidente Saca todo mi apoyo para que él concluya bien los últimos meses de su gobierno. Prometo respetar hasta el último día la autoridad de nuestro presidente y de su equipo de gobierno, pues, es fundamental para el equilibrio democrático y el buen funcionamiento de las instituciones.

Esta noche, como presidente electo de El Salvador, convoco a todos los salvadoreños y salvadoreñas que nos unamos para reconstruir nuestro país y hacer de verdad un país para todos.

Muchas gracias, que Dios nos bendiga a todos.

(Discurso pronunciado en la noche del 15 de marzo 2009, en el Hotel Sheraton Presidente)