“El país necesita una reforma del Estado en su doble dimensión: como sistema de instituciones y como sistema de organizaciones públicas...”
Así dice en página 80 el Programa de Gobierno del FMLN presentado al público por Mauricio Funes.
¿Qué son estas “organizaciones públicas”, que son parte del estado, pero que no son instituciones del Estado? ¿Qué significa esta paralelidad, dentro del Estado, de instituciones y “organizaciones públicas”?
¿Se refiere a organizaciones creadas o por crear para facilitar la “participación ciudadana”, organizaciones paralelas a las instituciones del Estado y que en una “reforma del Estado” adquieren rango legal?
¿Estamos hablando de organizaciones sociales, como sindicatos, asociaciones de mujeres, cooperativas, ONGs o fundaciones?
¿O estamos hablando de organizaciones como los conflictivos y divisivos “Consejos del Poder Ciudadano” de Daniel Ortega, o como los “Consejos Comunales”, con los cuales Hugo Chávez construye una estructura paralela a las instituciones estatales?
La sociedad tiene que saber de qué tipo de “reforma del Estado” están hablando el FMLN y su candidato, esto no debe esconderse en un lenguaje seudo científico que deja todas las puertas abiertas a experimentos con la “democracia directa”.
La misma imprecisión --o vaguedad que deja abierta puertas peligrosas-- se expresa bajo el título “Reforma Administrativa” (siempre en el capítulo “Reforma Política”). Uno de los enumerados de la “Reforma Administrativa” del FMLN dice: “Coordinación estrecha con el sector civil que gestiona política pública”.
¿Qué es este “sector civil que gestiona política pública”?
No puede ser sector civil en oposición a sector militar?
¿O están hablando de “sector civil” igual a “sector privado”? Difícilmente, ya un sector privado que gestiona política pública suena a privatización de servicios públicos...
A menos que el FMLN esté preparando una nueva concepción de privatización?
¿Qué es, entonces, el “sector civil que gestiona políticas públicas”? ¿Será esta otra puerta escondida y camuflada para abrir el sistema político hacía organizaciones paralelas que ejercen democracia directa?
Para salir de esta incógnita, es clave leer bajo la lupa el capítulo “Política de Participación Ciudadana” (pag. 81/82).
La introducción de este capítulo plantea que al pueblo le asiste el “derecho de ejercer (...) formas y niveles de participación directa, representativas y también de auto representación, en el proceso de formación de la voluntad nacional, en el ejercicio de las decisiones....”
Lo que parece a primera vista un enredo de Gerson Martínez en su lenguaje seudo científico, en realidad sirve para abrir la puerta a una modificación seria de la democracia representativa a favor de mecanismos de democracia directa no previstas en nuestra Constitución.
Esto se confirma en el siguiente párrafo: “Con la alternancia democrática que se producirá en el 2009, se abrirán espacios que pertenecen al pueblo ... para que pueda realizar un superior ejercicio de soberanía y de ciudadanía integral y efectiva, así como ara auditar, vigilar y controlar la calidad de la gestión de sus gobernantes...”
Esta concepción sigue desarrollándose en la parte donde se definen los “objetivos” de la “Política de Participación Ciudadana”: “Contribuir desde el Nuevo Gobierno democrático a inaugurar una etapa inédita en la que el pueblo ... pueda ejercer en el marco de la Constitución, su condición soberana que le permita expresarse e incidir responsable y decisoriamente en el rumbo y el destino del país, en su vida pública, en la definición, formulación y ejecución, monitoreo y evaluación de las políticas públicas y asegurar que los mandatarios cumplan con las misiones encomendadas por la ciudadanía...”
No sé cómo el FMLN y Mauricio Funes piensan que todo esto cabe en la Constitución actual que dicen respetar y aplicar en su programa. Están abriendo la puerta a mecanismos ajenos a la democracia representativa, introduciendo el elemento del “mandato directo”, de mecanismos de participación ciudadana en la ejecución de la política, etc. Muchas de las reformas constitucionales planteadas por Hugo Chávez, Evo Morales y Rafael Correa están en esta línea. Es cierto lo que dice el programa del FMLN: Para El Salvador sería una “etapa inédita”, un cambio de sistema...
En los “lineamientos estratégicos” de la “Política de Participación Ciudadana” esta concepción se vuelve más explícita: “a) Potenciar el poder de decisión de la población.... Para ello se promoverán los cambios jurídicos y administrativos necesarios que faciliten la legalización y el respeto jurídico a las organizaciones ciudadanas...”
Esto plantea la institucionalización, como parte del Estado, de las organizaciones “sociales” , consejos y comités populares, de barrio, etc.
El lineamiento b) es aun más explícito en su intención política: “Apertura de espacios y mecanismos de participación. La participación necesita que el Estado se transforme y establezca vínculos y procedimientos que facilitan la participación ciudadana...”
Al fin hablan un poco más claro los autores del programa. Entre líneas se vislumbra el borrador de una transformación y erosión del Estado, siguiendo el guión chavista, como ya está siendo aplicado en Bolivia, Nicaragua y Ecuador. Con mecanismos de “democracia directa” que sirven para socavar la institucionalidad, creando estructuras paralelas, que son más fáciles de manipular, radicalizar, ideologizar e instrumentalizar que las instituciones estatales de una democracia representativa.
Así dice en página 80 el Programa de Gobierno del FMLN presentado al público por Mauricio Funes.
¿Qué son estas “organizaciones públicas”, que son parte del estado, pero que no son instituciones del Estado? ¿Qué significa esta paralelidad, dentro del Estado, de instituciones y “organizaciones públicas”?
¿Se refiere a organizaciones creadas o por crear para facilitar la “participación ciudadana”, organizaciones paralelas a las instituciones del Estado y que en una “reforma del Estado” adquieren rango legal?
¿Estamos hablando de organizaciones sociales, como sindicatos, asociaciones de mujeres, cooperativas, ONGs o fundaciones?
¿O estamos hablando de organizaciones como los conflictivos y divisivos “Consejos del Poder Ciudadano” de Daniel Ortega, o como los “Consejos Comunales”, con los cuales Hugo Chávez construye una estructura paralela a las instituciones estatales?
La sociedad tiene que saber de qué tipo de “reforma del Estado” están hablando el FMLN y su candidato, esto no debe esconderse en un lenguaje seudo científico que deja todas las puertas abiertas a experimentos con la “democracia directa”.
La misma imprecisión --o vaguedad que deja abierta puertas peligrosas-- se expresa bajo el título “Reforma Administrativa” (siempre en el capítulo “Reforma Política”). Uno de los enumerados de la “Reforma Administrativa” del FMLN dice: “Coordinación estrecha con el sector civil que gestiona política pública”.
¿Qué es este “sector civil que gestiona política pública”?
No puede ser sector civil en oposición a sector militar?
¿O están hablando de “sector civil” igual a “sector privado”? Difícilmente, ya un sector privado que gestiona política pública suena a privatización de servicios públicos...
A menos que el FMLN esté preparando una nueva concepción de privatización?
¿Qué es, entonces, el “sector civil que gestiona políticas públicas”? ¿Será esta otra puerta escondida y camuflada para abrir el sistema político hacía organizaciones paralelas que ejercen democracia directa?
Para salir de esta incógnita, es clave leer bajo la lupa el capítulo “Política de Participación Ciudadana” (pag. 81/82).
La introducción de este capítulo plantea que al pueblo le asiste el “derecho de ejercer (...) formas y niveles de participación directa, representativas y también de auto representación, en el proceso de formación de la voluntad nacional, en el ejercicio de las decisiones....”
Lo que parece a primera vista un enredo de Gerson Martínez en su lenguaje seudo científico, en realidad sirve para abrir la puerta a una modificación seria de la democracia representativa a favor de mecanismos de democracia directa no previstas en nuestra Constitución.
Esto se confirma en el siguiente párrafo: “Con la alternancia democrática que se producirá en el 2009, se abrirán espacios que pertenecen al pueblo ... para que pueda realizar un superior ejercicio de soberanía y de ciudadanía integral y efectiva, así como ara auditar, vigilar y controlar la calidad de la gestión de sus gobernantes...”
Esta concepción sigue desarrollándose en la parte donde se definen los “objetivos” de la “Política de Participación Ciudadana”: “Contribuir desde el Nuevo Gobierno democrático a inaugurar una etapa inédita en la que el pueblo ... pueda ejercer en el marco de la Constitución, su condición soberana que le permita expresarse e incidir responsable y decisoriamente en el rumbo y el destino del país, en su vida pública, en la definición, formulación y ejecución, monitoreo y evaluación de las políticas públicas y asegurar que los mandatarios cumplan con las misiones encomendadas por la ciudadanía...”
No sé cómo el FMLN y Mauricio Funes piensan que todo esto cabe en la Constitución actual que dicen respetar y aplicar en su programa. Están abriendo la puerta a mecanismos ajenos a la democracia representativa, introduciendo el elemento del “mandato directo”, de mecanismos de participación ciudadana en la ejecución de la política, etc. Muchas de las reformas constitucionales planteadas por Hugo Chávez, Evo Morales y Rafael Correa están en esta línea. Es cierto lo que dice el programa del FMLN: Para El Salvador sería una “etapa inédita”, un cambio de sistema...
En los “lineamientos estratégicos” de la “Política de Participación Ciudadana” esta concepción se vuelve más explícita: “a) Potenciar el poder de decisión de la población.... Para ello se promoverán los cambios jurídicos y administrativos necesarios que faciliten la legalización y el respeto jurídico a las organizaciones ciudadanas...”
Esto plantea la institucionalización, como parte del Estado, de las organizaciones “sociales” , consejos y comités populares, de barrio, etc.
El lineamiento b) es aun más explícito en su intención política: “Apertura de espacios y mecanismos de participación. La participación necesita que el Estado se transforme y establezca vínculos y procedimientos que facilitan la participación ciudadana...”
Al fin hablan un poco más claro los autores del programa. Entre líneas se vislumbra el borrador de una transformación y erosión del Estado, siguiendo el guión chavista, como ya está siendo aplicado en Bolivia, Nicaragua y Ecuador. Con mecanismos de “democracia directa” que sirven para socavar la institucionalidad, creando estructuras paralelas, que son más fáciles de manipular, radicalizar, ideologizar e instrumentalizar que las instituciones estatales de una democracia representativa.
(Publicado en El Diario de Hoy, Observador Electoral)