(entrevista con el director de Tal Cual, de Francisco Tumi Guzmán)
¿Por qué en el continente se siente que la Operación Jaque ha sido no solo una batalla colombiana sino una que involucra a toda Sudamérica?
En cierta forma el conflicto de Colombia tiene un talante internacional mucho mayor que el que tenía, por ejemplo, el levantamiento de Sendero Luminoso en el Perú. En Colombia, otros gobiernos, incluso europeos, han participado en el esfuerzo pacificador, con vistas al canje humanitario de rehenes, de modo que sus características van más allá de lo puramente doméstico. Por eso el conflicto con las FARC está tan internacionalizado.
Me refería a que todo el mundo ha volteado la mirada a Caracas para ver cómo el rescate ha impactado en Hugo Chávez. ¿Comparte usted la idea de que el presidente venezolano quedó en el bando de los perdedores?
No, porque Chávez tuvo el acierto casual --digámoslo así-- de que, poco tiempo después de haber tomado partido por las FARC y llegado, incluso, al extremo de proponer que se les concediera el estatus de beligerante, se desmarcó de ellas y no solo les pidió que liberaran sin condiciones a todos los secuestrados sino que cuestionó la lucha armada y declaró a esta "fuera de orden" --esos fueron los términos que expresó--. Dijo que las FARC estaban históricamente fuera de época. Es decir, se desmarcó de manera muy tajante.
¿Cree que, después de su prolongada ambigüedad frente a las FARC, su desmarque sea creíble?
Eso lleva a una discusión sobre cuáles son sus reales intenciones, pero, en el momento en que lo hizo, tanto el Gobierno de Colombia como otros gobiernos del continente expresaron su satisfacción. Uribe no se puso a pensar cuáles serían las intenciones de Chávez y por qué razón estaría haciendo eso sino que declaró su satisfacción ante aquel gesto. ¿Por qué? Porque obviamente cuando Chávez hace eso, Correa también lo hace, y luego Evo Morales.
Habló hace un momento de las reales intenciones de Chávez. ¿Cuáles son frente a esta nueva situación de las FARC?
Debe de estar pensando mucho sobre esto. Anteriormente había dos factores que podían influir en su ánimo: En primer lugar, él sabe lo que ninguno de nosotros sabe acerca de lo que hay en esa computadora [la del jefe guerrillero 'Raúl Reyes', muerto en territorio ecuatoriano], y entonces, obviamente, hizo un gesto dirigido a tratar de atemperar la conflictividad con el Gobierno de Colombia, para tratar de que esa computadora no siga expulsando documentos comprometedores. Y en segundo lugar, Chávez tiene también que haberse dado cuenta --en un cierto momento-- de que él estaba asociándose con unos perdedores.
¿Desde antes del rescate de los rehenes?
Desde antes del rescate era claro que los de las FARC eran unos perdedores. Perdieron a su líder máximo por muerte natural; antes les habían matado al segundo, 'Raúl Reyes', que era el más activo de la guerrilla en el escenario internacional; luego, uno de los miembros del secretariado fue asesinado por uno de sus escoltas; se entregó una comandante muy conocida junto con un grupo de guerrilleros; el ritmo de entrega a las Fuerzas Armadas llegó a 200 guerrilleros mensuales; las FARC pierden el control territorial cuando las Fuerzas Armadas Colombianas cambian de táctica y salen a disputar el territorio; las han acorralado en la selva, allá en la frontera con ustedes, también en la frontera con el Ecuador.
¿Eran demasiado descrédito para Hugo Chávez?
Chávez percibió que las FARC ya no tienen ninguna popularidad, ni siquiera en Venezuela, entonces, pragmático como es, se las sacudió. Fue incluso más allá de pedir la liberación de los secuestrados; fue hasta el punto de cuestionar la lucha armada. Creo que para Chávez la jugada comenzó a ser obvia cuando se dio cuenta de que para él, más que un activo, como llegó a pensar en un momento, las FARC eran una hipoteca. Tras el éxito de la Operación Jaque, su primera reacción fue de militar: "Me quedé frío". Es decir, sintió asombro ante la perfección de la operación militar. De inmediato felicitó a Uribe y seguramente este domingo, en su programa, hablará sobre esto.
¿Qué le aportaban las FARC antes de que cambiara de opinión?
Él probablemente pensaba antes que las FARC podían formar parte de su esquema continental de lucha contra el imperio, etc., toda esa retórica típica de él, pero a partir de cierto momento aparentemente comienza a comprender que la relación con las FARC no le da nada sino que, más bien, le resta. No olvidemos que en Venezuela estamos en un proceso electoral y que estas elecciones de noviembre de este año son de importancia capital tanto para Chávez como para la oposición.
¿No está minimizando la visión chavista de encabezar un movimiento continental?
Sobre eso también hay que tener claro que se trata de mucho ruido y pocas nueces. La idea de que Chávez puede ser el líder de un bloque continental contra los gringos es una ilusión. Hay mucho ruido, mucha declaración, mucha retórica, pero en la práctica se puede constatar con muchísima facilidad que las agendas políticas de Brasil, de Uruguay, de Chile e incluso de Argentina, con relación a Estados Unidos, no son las de Chávez. Ni de Correa, tampoco. Y, por supuesto, tampoco es la del Perú. De modo que eso que se llama la internacional chavista no va más allá de Bolivia, Nicaragua y Cuba, que son los cuatro países que integran el ALBA.
Junto a opositores internos en cada país, como Humala.
Por supuesto. Hay movimientos en América Latina que responden a Chávez e, incluso, que son financiados por él. Tengo la impresión de que, en general, son los movimientos de ultraizquierda los que se identifican con Chávez. Humala no proviene de la izquierda; es un movimiento muy peculiar, más bien una especie de nacionalismo fascistoide, pero que, a fin de cuentas, se relaciona con Chávez. En términos generales, Chávez tiene eco en la ultraizquierda del continente, que es muy ruidosa, muy activa, pero muy pequeña y se mueve más bien en partes marginales de su respectivo país. Es decir, son fuerzas que en sus propios países tienen poco eco.
¿Qué impacto tendrá la Operación Jaque en la oposición venezolana, de la que usted forma parte?
Yo creo que Chávez viene debilitándose lenta y sostenidamente desde hace algún tiempo. No se está desplomando ni muchísimo menos, pero viene debilitándose. Todavía no sabemos qué efectos han producido en la opinión pública de Venezuela los acontecimientos en Colombia. Chávez ha tenido el acierto de desmarcarse a tiempo y a lo mejor el éxito colombiano no lo afecta tanto. Si hubiera mantenido la postura anterior a su desmarque, probablemente el impacto habría sido devastador. Pero en este momento yo no creo que ese impacto sea devastador. En cualquier caso, ha venido debilitándose progresivamente. Y en este país polarizado, obviamente en la oposición venezolana la Operación Jaque ha producido un efecto de entusiasmo.
¿Cuál cree que sea el efecto en la porción chavista del país?
En el mundo chavista --ya no en Hugo Chávez, sino en el mundo chavista-- ha habido reacciones bastante estúpidas. La televisora del Estado, que está confiscada por el partido de Chávez, ha difundido cosas insólitas, por ejemplo que la operación fue un montaje, que estaba preparada, etc. Ha sido una reacción de despecho y de resuello por la herida que tal vez refleja lo que internamente el movimiento siente. Sin embargo, yo diría que en todo el país, entre los opositores al presidente y los partidarios del presidente, hay una reacción de satisfacción y de disfrute frente a la operación realizada para el rescate de los rehenes, pues, repito, las FARC no tienen ninguna popularidad en Venezuela. Eso explica el desmarque de Chávez.
¿Tiene Álvaro Uribe asegurada la re-reelección si se la propone?
En Colombia hay una situación paradójica: desde un punto de vista popular, Uribe tiene ahora una fuerza enorme. Probablemente, si se llegara a ese supuesto referéndum para decidir si se repite la anterior elección o no, Uribe lo ganaría clamorosamente. Sin embargo, en el mundo político colombiano la idea no goza de simpatía: ni en lo que queda del Partido Liberal, ni en lo que queda del Partido Conservador, ni en las nuevas formaciones políticas.
Eso no le suele interesar mucho a alguien que desea reelegirse.
En Colombia, a diferencia de Venezuela, hay claramente una élite política a la izquierda y a la derecha que no comparte para nada la idea de la re-reelección. La noche que Uribe habló acerca de su enfrentamiento con la Corte Suprema, yo estaba en Bogotá en casa de Belisario Betancourt, que es uribista no reeleccionista y que estaba reunido con cuatro precandidatos del uribismo a la presidencia, pues en el uribismo tampoco tiene simpatía la idea de la reelección.
¿Cómo pueden impedir ellos que Uribe se re-reelija?
Algunos señalaron que ni siquiera el propio Urbe está muy convencido de la bondad de una reelección. Por otro lado, si el problema es la continuidad de la política de Uribe, en su propio entorno hay gente que tiene la absoluta perspectiva de continuarla. De manera que dudo de que la reelección se concrete en Colombia.
Lo que sí es claro es que para las FARC este golpe ha sido casi de muerte.
La operación se llamó Jaque, no Jaque Mate. Las FARC todavía tienen miles de hombres bajo las armas, muchísimo dinero, muchísimos recursos, pero al mismo tiempo están política y militarmente muy golpeadas. Dudo mucho de que tengan capacidad de recuperación militar. En Colombia todo el mundo habla ya, desde antes de este último golpe, del "post conflicto". Dicen que esto puede tardar dos o tres años más.
¿Qué va a ocurrir primero en el continente: el desmantelamiento final de las FARC o el triunfo de la oposición venezolana?
Un triunfo de la oposición venezolana estaría planteado para las elecciones presidenciales del 2012. De modo que pueden ser procesos que coincidan en el tiempo.