jueves, 14 de febrero de 2008

Columna transversal: ALÓ, CANDIDATO. O MAS BIÉN: ALÓ, LES HABLA EL CANDIDATO...

Escuché hoy el programa “Bola al Centro” del Chiri Rivas en la 102.nueve. Cuatro periodistas y un candidato. Mauricio Funes versus su antiguo gremio. Ganó el candidato. Habló más que los cuatro periodistas juntos. Mauricio Funes es como aquellos jugadores de ping pon o tenis que juegan tan defensivos que sacan de quicio y dejan sin juego a los jugadores más elegantes, más ofensivos.

Ganó por puntos, porque los periodistas tienen miedo a enfrentarlo. No entiendo porqué. ¿Será que estén pensando que puede ganar y quieren quedar bien con el futuro presidente? ¿O es una cuestión del political correctness? ¿Será que no aguantan la idea que piensen que están tratando mal al candidato Funes, que son parciales, que son sumisos a los poderes fácticos?

José Luís Sanz, en otras circunstancias tan brillante, en este debate casi nunca llega a desarrollar su juego ofensivo. Mauricio Funes se las corta, poniéndole de antemano en la posición -para José Luís inaceptable- de tener prejuicios. Es demasiado buena gente. Igual el Chiri, igual Rafael Domínguez. Y el cuarto, Oscar Tenorio, ni se atreve a hablar...

Para enfrentar a alguien tan defensivo como Mauricio Funes (y tan agresivo en su defensa), se necesita malicia, decisión, agudeza. Y persistencia en las preguntas. Esto no es oficio para buena gente.

Por ejemplo, cuando Funes habla de sus conversaciones y coincidencias con ¨los empresarios” (agregando “bueno, ellos me pueden desmentir”), José Luís Sanz le hace la pregunta obligatoria: “¿Cuáles empresarios? Para que le pueden desmentir, necesitamos nombres.” Funes dijo un nombre, uno sólo: Roberto Kriete. Y nadie de los demás le ayudó a Sanz, haciendo las otras preguntas de rigor: ¿Y los demás empresarios, quiénes, cuándo, qué hablaron, en qué quedaron?

Cuando Funes se quejó que “los medios están invisibilizando a los candidatos del FMLN”, los periodistas le contradijeron, pero nadie le dijo que lo peor para un candidato es este tono llorón, asumiendo la posición de víctima…

Mauricio ganó por puntos, claramente. Sin embargo, me parece que este tipo de triunfos es pírrico. Simpatía no genera. Más bien anticuerpos. ¿Alguien cree que los salvadoreños, después de la experiencia con Paco Flores, quieren otro presidente que habla sin escuchar y sin parar? No creo.

Regreso de Venezuela donde encontré a un presidente televisivo que produce cadenas nacionales de seis horas interminables y fastidiosas. Que hace homilía todos los domingos en televisión. En un programa que se llama “Haló, presidente”, pero que debería llamarse “Haló, les habla su presidente”, porque nunca escucha, nunca pregunta, sólo habla, sermonea, predica, ordena.

Los periodistas no deberían permitirle al candidato -a ningún candidato de ningún partido- que se apodere de sus programas para sermonear. Los espacios periodísticos son para cuestionar, para obligar al entrevistado a la precisión, a la transparencia, no para prestarle tribuna para sermonear. Tampoco son para emboscar. Son para interrogar, son para cuestionar, son para aclarar dudas, son para crear transparencia. Por favor, ¡hagan su trabajo, colegas! No se dejen intimidar por las denuncias preventivas, no traten de ser políticamente correctos, nada más profesionales.