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El Otoño con sus nubes grises y vientos de soplidos árticos, ha hecho finalmente su retorno a nuestras vidas en la capital de los Estados Unidos. Los días son cada vez mas cortos, los admirables colores de las hojas amarillas, anaranjadas y rojas se desvanecen día a día de los árboles, al volar sutiles en la brisa. En un par de semanas el cambio de hora nos marcara el inicio de nuestra época invernante, la cual se alargara hasta el próximo Abril.
El inicio del otoño, es sinónimo de basketball. Para quienes disfrutamos de este deporte, es un momento de análisis sobre lo que esperamos ver en los nuevos jugadores de los Washington Wizards y los Dallas Mavericks, quienes se enfrentaron esta tarde continuando la agenda de pretemporada que ha iniciado esta semana y que trascenderá en los próximos meses hasta en Junio, cuando se corone a un nuevo campeón de la Asociación Nacional de Basketball (NBA, por sus siglas en Ingles)
Esta tarde otoñal, recibimos muy eufóricos con aplausos, silbidos y gritos desde los asientos del Patriot Center en la Universidad George Mason en Virginia, a nuestros héroes deportistas, Gilbert Arenas, Antwan Jamison, Caron Butler, Brendan Haywood y DeShawn Stevenson, titulares de nuestro equipo local. Así como también, a las súper estrellas Dirk Nowitsky y Josh Howard del equipo visitante. Obviamente la mayor atención fue hacia Gilbert Arenas “Agent Zero”, quien sufrió una lesión al final de la temporada pasada que le imposibilito terminarla. Gilbert, es una inspiración para muchos, debido a sus orígenes llenos de adversidad y su convicción a triunfar, llegando al súper estrellato de una liga muy competitiva y que ahora muy merecidamente goza.
El ambiente se encontraba lleno de emotividad, exaltado por el estruendoso ritmo de canciones como “Kashmir” de Led Zeppelín, que instrumentalizaba en vivo a la perfección con sus violines, saxofones, trompetas, flautas, trombones, guitarras y otros instrumentos de percusión la banda “ Green Machine”, de la Universidad George Mason. Era una fiesta que disfrute junto a mis dos hijos, quienes desde los 4 y 6 años respectivamente, tuvieron la oportunidad de ver jugar a Michael Jordan con los Wizards y se hicieron seguidores del equipo desde entonces.
Mientras el partido inicio y observábamos cuidadosamente cada jugada de “Agent Zero”, una realidad vino a mi vista. Esa realidad, era una silueta muy robusta, cincuentona, con faz humilde, mirada noble, de gestos cansados; vestía una gabacha y uniforme, en su mano derecha sujetaba una escoba y en la otra una pala manual basurera. Dedicada, sin importarle en lo mínimo el partido, concentraba su atención en el suelo de los graderíos, recogiendo uno por uno, pequeños papeles o envoltorios. Entre el bullicio de la gente al levantarse de sus asientos por una canasta de Gilbert, en ella observe un aislamiento increíble de ese mundo. Parecía ida en su propio universo. En un intermedio, nos dirigimos a comprar unas pepsis y unos hot dogs, cuando la encontré en el pasillo y no pude contenerme de saludarla y preguntarle cuál era su país de origen. Sin sorprenderme, confirmo mis sospechas de que era compatriota. Con una sonrisa tierna y con su acento inconfundible de la zona oriental del país, conversamos.
Al regresar a nuestros asientos, en los altoparlantes, se escuchaba la canción de U2 “Beautiful Day”. En realidad era un día muy bonito para todos, incluso para esa persona, quien a través, de ese trabajo, tiene la oportunidad de salir adelante con un sueldo muy honroso, ($14 dólares la hora), a pesar que estudió solo hasta tercer grado; tiene la oportunidad de ayudar a su familia en El Salvador, de educar a sus hijos, de visitar el país cada año. Mientras continué, disfrutando el partido, pensé mucho en la estructura socio económica de lo que ese partido de basketball significaba. Allí, nos encontramos personas con salarios desde $14 hasta $144,000 dólares la hora, algunos con muy poca educación y otros hasta con múltiples PHD’s. Algunos trabajando y otros entreteniéndonos. Pero como punto común entre todos, fue identificable el valioso hecho de tener la oportunidad de vivir en Prosperidad. Por supuesto, prosperidad en diversos niveles, pero hasta en el considerado mas bajo, muy honroso.
Esa prosperidad, es una realidad debido a la estructura de gobierno, la cual dentro de sus funciones principales mantiene niveles de corrupción mínimos, un uso muy efectivo de los fondos públicos y la aplicación de la ley imparcialmente. Tres puntos que en nuestro país son todo lo inverso. Obviamente, para llegar a este nivel de exitosa funcionalidad gubernamental, ha existido una evolución inmensa en la sociedad, la cual aun continua en ese proceso de perfección. Sin embargo, un día se inició el proceso, debido al coraje de personas que amaron a su país, lo enderezaron y lo encaminaron en lo que es hoy.
El discurso político en El Salvador debería enfocarse en esos tres temas principalmente, de manera que pudiera dar origen a un liderazgo patriótico nuevo, que sea promotor de un cambio sustancial que genere confianza en el pueblo y a la vez propicie la oportunidad de dirigir la nación a una estructura de superación intelectual, social y económica, para cada ciudadano, así, un día la travesía hacia el norte del continente, no sea la apuesta para el porvenir del país, como lo es ahora.
El partido de basketball ha terminado, los rostros de la mayoría de quienes atendimos son de complacencia, Washington derrotó a Dallas y con la Green Machine entonando Neil Diamond’s Sweet Caroline, nos dirigimos complacidos hacia la salida de la arena, satisfechos de lo vivido en esta tarde otoñal de basketball.
Mis hijos salieron inspirados por el juego de Agent Zero, mas en mi, la inspiración estaba en la actitud de esa amable compatriota quien me hace sentir muy orgulloso de ser parte de un pueblo luchador y tenaz.