Todos hablan de alianzas. Derecha e izquierda. Cada uno con su alianza. ARENA propone al PCN, al PDC y al empresariado una alianza estratégica de toda la derecha para evitar un triunfo del FMLN. El FMLN propone a los partidos de izquierda una gran alianza para sacar a ARENA del gobierno. Y los grupos de izquierda fuera del FMLN –como el CD, el FDR, los honorables de la “tertulia” (Abraham Rodríguez, Domingo Méndez, etc.) y Arturo Zablah hablan de una gran alianza por el cambio, conformada por “la sociedad civil” y apoyada por los partidos CD, FDR y FMLN.
Yo me pregunto: ¿Son beneficiosas estas alianzas para el país? Mi respuesta: no. Si el paisaje político salvadoreño, para el 2009, se reduce a dos alianzas, una de derecha dirigida por ARENA versus otra de izquierda, dominada por el FMLN, tendremos más polarización, menos pluralismo. En vez de tener más opciones, se reducen a dos.
La enorme presión que los dos partidos hegemónicos –los protagonistas y los grandes ganadores de la polarización extrema- ejercen sobre el resto de fuerzas políticas para alinearse con ellos, es correspondida, por parte de los partidos minoritarios y otros grupos políticos, por una mezcla de miedo existencial, atracción al poder y oportunismo. Uno ya no sabe si es más fuerte la presión de ARENA y FMLN o el deseo de alineación de FDR y PCN.
¿Realmente es válido para toda la derecha, incluyendo el empresariado, evitar que llegue al gobierno el FMLN a cualquier costo tiene prioridad absoluta, encima de convicciones, encima de la independencia de los demás partidos, encima de la autonomía de las gremiales empresariales, encima de los intereses del país? Y en el caso de las izquierdas, ¿realmente es válido para todas las izquierdas, incluyendo las izquierdas sociales y académicas, que el sacar a ARENA del gobierno tiene prioridad sobre el pluralismo dentro de la izquierda y sobre la autonomía de los movimientos sociales, las ONGs, las universidades?
Porque escuchando el actual debate alrededor de la candidatura de Arturo Zablah, a todos estos los quieren unir en la alianza para derrotar a ARENA. Y por otro lado, el presidente de ANEP ya tuvo que decirle a Toni Saca que su institución no puede formar parte de una alianza de la derecha para derrotar al FMLN. Todavía no he escuchado lo correspondiente por parte de los rectores de las universidades, los dirigentes sindicales y los directores de ONGs...
Si todos entran en alianzas con los dos partidos hegemónicos, ¿quién trabajará para superar la polarización? ¿Quien utilizará la tribuna de las campañas electorales para llamar a la cordura, a proponer políticas públicas consensuadas?
¿Será posible que los partidos minoritarios, para alinearse cada uno en su respectivos bloques, empeñen su independencia y acepten la tesis de que aquí sólo hay dos proyectos y la absurda idea que para hacer política hay que estar o con ARENA o con el FMLN? Parece así, escuchando a los voceros del FDR, de Cambio Democrático y del PCN en los últimos días. Sólo del PDC se escucha palabras diferentes. Rodolfo Parker ya ha dicho hace medio año: Lo que viene es un terrible choque de trenes entre ARENA y el Frente, y solo un tonto de subiría a cualquiera de los dos trenes...
¿Será posible que también los intelectuales, los analistas, los “tanques” de pensamiento, los gremios profesionales y empresariales, los movimientos sociales y las universidades caigan ante la presión y tentación de formar parte de una alianza ganadora, y abandonen su loable y tan necesaria función de trabajar para superar esta terrible reducción a dos opciones, para proponer nuevas salidas, nuevas visiones?
¿Será tan grande el retroceso en nuestra cultura política que pronto veremos nuevamente a instituciones como FUSADES y FUNDE –que en los últimos años han hecho una labor excelente de crear anticuerpos a la polarización estéril- regresar a sus antiguas militancias y lealtades, uno con ARENA, el otro con el FMLN? (Disculpen, uno con la gran alianza de salvar al país del comunismo, y el otro a la gran alianza por el cambio. O como sea que en el cercano futuro los dos bloques dominados por los dos partidos hegemónicos se vistan para seducir a los demás...)
Y luego las universidades – cada uno de regreso a su campo. La ESEN y la Matías Delgado alineándose con la derecha, UES, UCA y UTEC con la izquierda. Y las gremiales de profesionales y empresariales. Y, por supuesto, los medios de comunicación...
¿Es este el futuro del país? Habría que movilizar todas las reservas intelectuales, morales y creativas para evitarlo. Sobre todo movilizar el sentido de independencia, el anhelo de autonomía, el espíritu rebelde de disentir, el placer de nadar contra corriente, la resistencia de dejarse alinear...
Claro, ni el FDR ni el CD ni la “tertulia” de los honorables ni mucho menos instituciones como FUNDE o las universidades pueden abiertamente alinearse con el FMLN sin perder su credibilidad. Por esto hablan de una “gran alianza cívica por el cambio”, tan fuerte que al final hasta el FMLN se suma para apoyarla. Entonces, nadie se ha metido bajo las faldas del FMLN.
Pero, ¿cuáles movimientos cívicos? O peor aún, en el lenguaje nada menos del candidato Arturo Zablah, la que forja la alianza es “la sociedad civil”. ¿Cómo puede la sociedad civil, que por definición es la totalidad y la diversidad de la sociedad, ser partícipe de una alianza electoral? Entonces, Zablah más bien le cambia el nombre para no repetir los términos tan manoseados por la izquierda partidaria salvadoreña: “movimiento popular”, “movimiento social”, “el pueblo”...
¿Cuál “movimiento social”, “cuál sociedad civil” está proponiendo aquí alianzas a los partidos de la izquierda? Si la izquierda salvadoreña ha hecho todo lo posible para que no existan movimientos cívicos o sociales autónomos y auténticos. ¿Quién se va a creer este disfraz? Si esta alianza de la izquierda se hace, será dominada por el FMLN, que es la única fuerza de izquierda con presencia territorial, con un ejército de activistas. Y seguirá siendo la única fuerza con poder legislativo, sobre todo cuando todos sus competidores empeñan su autonomía.
La derecha no se complica tanto la cosa. No finge que juntos, entre todos los grupos de la derecha económica y política, hay que crear algo nuevo, sino simplemente exige que PCN, PDC y empresariado se alinean con lo que salga del acuerdo entre partido y poder fáctico. Punto.
Lo que el país realmente necesita, es una sociedad civil fuerte, una ciudadanía autónoma, plural y crítica, movimientos sociales independientes. Lo que se hace pasar de democrático y participativo -estas alianzas que trascienden los partidos- en realidad es destructivo para la sociedad civil, la democracia y la participación ciudadana.
Lo que el país realmente necesita, es una alianza totalmente distinta: un pacto entre las partes pensantes, innovadoras, responsables de la izquierda y de la derecha. Un pacto contra los polos de la polarización, no alrededor de ellos. La alianza entre todos que apuestan a más pluralismo, más opciones, menos polarización, menos mentalidad de campos. Tal vez este pacto no es viable para el 2009. Pero si todos se alinean ahora, no queda nadie para hacerla viable para el futuro.
Yo me pregunto: ¿Son beneficiosas estas alianzas para el país? Mi respuesta: no. Si el paisaje político salvadoreño, para el 2009, se reduce a dos alianzas, una de derecha dirigida por ARENA versus otra de izquierda, dominada por el FMLN, tendremos más polarización, menos pluralismo. En vez de tener más opciones, se reducen a dos.
La enorme presión que los dos partidos hegemónicos –los protagonistas y los grandes ganadores de la polarización extrema- ejercen sobre el resto de fuerzas políticas para alinearse con ellos, es correspondida, por parte de los partidos minoritarios y otros grupos políticos, por una mezcla de miedo existencial, atracción al poder y oportunismo. Uno ya no sabe si es más fuerte la presión de ARENA y FMLN o el deseo de alineación de FDR y PCN.
¿Realmente es válido para toda la derecha, incluyendo el empresariado, evitar que llegue al gobierno el FMLN a cualquier costo tiene prioridad absoluta, encima de convicciones, encima de la independencia de los demás partidos, encima de la autonomía de las gremiales empresariales, encima de los intereses del país? Y en el caso de las izquierdas, ¿realmente es válido para todas las izquierdas, incluyendo las izquierdas sociales y académicas, que el sacar a ARENA del gobierno tiene prioridad sobre el pluralismo dentro de la izquierda y sobre la autonomía de los movimientos sociales, las ONGs, las universidades?
Porque escuchando el actual debate alrededor de la candidatura de Arturo Zablah, a todos estos los quieren unir en la alianza para derrotar a ARENA. Y por otro lado, el presidente de ANEP ya tuvo que decirle a Toni Saca que su institución no puede formar parte de una alianza de la derecha para derrotar al FMLN. Todavía no he escuchado lo correspondiente por parte de los rectores de las universidades, los dirigentes sindicales y los directores de ONGs...
Si todos entran en alianzas con los dos partidos hegemónicos, ¿quién trabajará para superar la polarización? ¿Quien utilizará la tribuna de las campañas electorales para llamar a la cordura, a proponer políticas públicas consensuadas?
¿Será posible que los partidos minoritarios, para alinearse cada uno en su respectivos bloques, empeñen su independencia y acepten la tesis de que aquí sólo hay dos proyectos y la absurda idea que para hacer política hay que estar o con ARENA o con el FMLN? Parece así, escuchando a los voceros del FDR, de Cambio Democrático y del PCN en los últimos días. Sólo del PDC se escucha palabras diferentes. Rodolfo Parker ya ha dicho hace medio año: Lo que viene es un terrible choque de trenes entre ARENA y el Frente, y solo un tonto de subiría a cualquiera de los dos trenes...
¿Será posible que también los intelectuales, los analistas, los “tanques” de pensamiento, los gremios profesionales y empresariales, los movimientos sociales y las universidades caigan ante la presión y tentación de formar parte de una alianza ganadora, y abandonen su loable y tan necesaria función de trabajar para superar esta terrible reducción a dos opciones, para proponer nuevas salidas, nuevas visiones?
¿Será tan grande el retroceso en nuestra cultura política que pronto veremos nuevamente a instituciones como FUSADES y FUNDE –que en los últimos años han hecho una labor excelente de crear anticuerpos a la polarización estéril- regresar a sus antiguas militancias y lealtades, uno con ARENA, el otro con el FMLN? (Disculpen, uno con la gran alianza de salvar al país del comunismo, y el otro a la gran alianza por el cambio. O como sea que en el cercano futuro los dos bloques dominados por los dos partidos hegemónicos se vistan para seducir a los demás...)
Y luego las universidades – cada uno de regreso a su campo. La ESEN y la Matías Delgado alineándose con la derecha, UES, UCA y UTEC con la izquierda. Y las gremiales de profesionales y empresariales. Y, por supuesto, los medios de comunicación...
¿Es este el futuro del país? Habría que movilizar todas las reservas intelectuales, morales y creativas para evitarlo. Sobre todo movilizar el sentido de independencia, el anhelo de autonomía, el espíritu rebelde de disentir, el placer de nadar contra corriente, la resistencia de dejarse alinear...
Claro, ni el FDR ni el CD ni la “tertulia” de los honorables ni mucho menos instituciones como FUNDE o las universidades pueden abiertamente alinearse con el FMLN sin perder su credibilidad. Por esto hablan de una “gran alianza cívica por el cambio”, tan fuerte que al final hasta el FMLN se suma para apoyarla. Entonces, nadie se ha metido bajo las faldas del FMLN.
Pero, ¿cuáles movimientos cívicos? O peor aún, en el lenguaje nada menos del candidato Arturo Zablah, la que forja la alianza es “la sociedad civil”. ¿Cómo puede la sociedad civil, que por definición es la totalidad y la diversidad de la sociedad, ser partícipe de una alianza electoral? Entonces, Zablah más bien le cambia el nombre para no repetir los términos tan manoseados por la izquierda partidaria salvadoreña: “movimiento popular”, “movimiento social”, “el pueblo”...
¿Cuál “movimiento social”, “cuál sociedad civil” está proponiendo aquí alianzas a los partidos de la izquierda? Si la izquierda salvadoreña ha hecho todo lo posible para que no existan movimientos cívicos o sociales autónomos y auténticos. ¿Quién se va a creer este disfraz? Si esta alianza de la izquierda se hace, será dominada por el FMLN, que es la única fuerza de izquierda con presencia territorial, con un ejército de activistas. Y seguirá siendo la única fuerza con poder legislativo, sobre todo cuando todos sus competidores empeñan su autonomía.
La derecha no se complica tanto la cosa. No finge que juntos, entre todos los grupos de la derecha económica y política, hay que crear algo nuevo, sino simplemente exige que PCN, PDC y empresariado se alinean con lo que salga del acuerdo entre partido y poder fáctico. Punto.
Lo que el país realmente necesita, es una sociedad civil fuerte, una ciudadanía autónoma, plural y crítica, movimientos sociales independientes. Lo que se hace pasar de democrático y participativo -estas alianzas que trascienden los partidos- en realidad es destructivo para la sociedad civil, la democracia y la participación ciudadana.
Lo que el país realmente necesita, es una alianza totalmente distinta: un pacto entre las partes pensantes, innovadoras, responsables de la izquierda y de la derecha. Un pacto contra los polos de la polarización, no alrededor de ellos. La alianza entre todos que apuestan a más pluralismo, más opciones, menos polarización, menos mentalidad de campos. Tal vez este pacto no es viable para el 2009. Pero si todos se alinean ahora, no queda nadie para hacerla viable para el futuro.