"Un gobernante con diseños autoritarios, como Nayib Bukele, piensa que tener adultos en su gobierno es peligroso, y que necesita personajes dóciles que ni siquiera intentan tener propuestas propias, elaboradas por equipos profesionales con criterios autónomos."
En la voz del autor: ADULTOS.mp3
“Nadie sabe lo que yo voy a hacer con Irán”, dice Trump, cuando todo el mundo mira a Washington para saber si Estados Unidos va a intervenir en la guerra de Israel contra el régimen de los ayatolas. Nadie significa que ni siquiera él mismo, el presidente...
Algo parecido podría decir Nayib Bukele: “Nadie sabe qué voy a hacer con Los Chorros.” Aunque no lo diga, el hecho que no dice nada sobre el tema significa lo mismo - cuando todo el país observa que hagan lo que hagan con su mega proyecto Los Chorros, siempre fracasan. El presidente no tiene idea cómo resolver este problema. Ni su ministro. Siguen improvisando, cada vez gastando millones adicionales – y nada funciona. Cada lluvia, cada temblor vuelve a deshacer lo hecho.
El viaducto Los Chorros es la mancha que va a quedar sobre la presidencia de Bukele, símbolo de las principales características de su gestión: improvisación y corrupción. Mancha que no se puede esconder, porque es el cuello de botella de la conexión vital entre la capital y Occidente.
El CECOT será la otra mancha imborrable, símbolo de la otra característica fundamental del régimen Bukele: la represión.
Mientras el presidente no meta a adultos en su equipo de gobierno, personas con experiencia, criterio profesional y capacidad de ejecución, van a fracasar. Mientras apuesta a cheros, primos, seguidores incondicionales, aunque no tengan las calificaciones mínimas para sus cargos, su gestión va a seguir produciendo fracasos. Y más corrupción, ya que el caos es el caldo en el que se cultiva la corrupción. Por un tiempo se pudo tapar todo esto con la incesante y masiva propaganda, pero ya está a la vista de la gente. Lo expresan en las encuestas.
Quedemos con el ejemplo de Los Chorros, o sea con el MOP, o sea con el ministro Romeo Rodríguez Herrera. Está en su cargo por ser chero incondicional del presidente. Mientras no llegue al MOP un adulto que reconstruya la capacidad profesional del ministerio, van a seguir fracasando. No se puede tener en un ministerio tan técnico e importante como el MOP a un ministro cuya principal función es tapar la corrupción. El megaproyecto fracasado del Viaducto Los Chorros es el ejemplo que confirma la tesis que en la corrupción estatal el daño colateral es diez veces más grande que el daño directo, o sea el total de comisiones y otros fondos mal habidos. A veces roban un miserable millón, pero al fin causan daños de miles de millones.
¿Qué significaría un adulto en el MOP? Significaría un funcionario que no sigue ciegamente las indicaciones de un presidente, sino asume plenamente la responsabilidad sobre su cartera y los proyectos a ejecutar. Significaría un ministro con el valor y los conocimientos para parase al presidente y decir: Lo que usted me ordena no es factible, la geología y la física tienen reglas. Significaría un profesional con criterio propio y la valentía de defenderlo ante Casa Presidencial. Significaría un ministro que se niega a supeditar sus proyectos a diseños de propaganda, sino solamente a criterios de factibilidad y de utilidad pública.
Con esta definición ya queda claro que Nayib Bukele nunca va a meter a adultos al MOP - ni en Educación, ni en Salud, ni en el ISSS, ni en Vivienda. Es por esto que las escuelas, a pesar de todas la grandes promesas, están en un estado indigno para la juventud del país. Es por esto que la atención médica sigue siendo un insulto a la población; que no hay vivienda digna y pagable para la gente. Y es por esto que tienen que cerrar la carretera de Los Chorros cada rato, a pesar de que están metiendo millones en su pelea inútil con la física, los taludes y los cerros.
Un gobernante con diseños autoritarios, como Nayib Bukele, piensa que tener adultos en su gobierno es peligroso, y que necesita personajes dóciles que ni siquiera intentan tener propuestas propias, elaboradas por equipos profesionales con criterios autónomos.
Así que el presidente no sabe como resolver lo de Los Chorros y tampoco pondrá a nadie para poner orden y buscar soluciones. Vamos a seguir sufriendo las consecuencias.