"No me digan que a usted no les ha pasado nada. La represión siempre es selectiva y tiene la función de callar a todos. Y todos sabemos que existe."
Publicado en El DIARIO DE HOY, domingo 15 junio 2025
En El Salvador hay una crisis de Derechos Humanos. Esto se dice todos los días, de manera que ya nadie pone atención. Tratemos de ver qué significan los Derechos Humanos en concreto, en la vida de la gente, en lo cotidiano.
Las constituciones y los convenios internacionales dicen que estos derechos son universales, inalienables, inviolables y no renunciables – y que el Estado los tiene que garantizar. Significa que es obligación del Esto protegerlos. Pero esto es la teoría, vamos a lo concreto. ¿Cuáles son nuestros derechos? Luego veamos cuántos de estos derechos son validos en la práctica en El Salvador y garantizados por las autoridades...
· El derecho a la vida.
· El derecho a la libertad.
· Derecho a la seguridad y la movilidad libre.
· Cada quien puede confesar y vivir la religión que quiere.
· Nuestra casa es inviolable. Sin orden judicial nadie la puede intervenir.
· Nuestra comunicación con otros es inviolable.
· Estamos protegidos por el Estado contra tortura, esclavitud y otros tratos crueles.
· Estamos protegidos por el Estado de cualquier discriminación por religión, opinión política, Estatus social, raza o preferencia sexual.
· En caso de enfrentar una investigación o acusación penal tenemos derecho a un debido proceso, un juicio justo administrado por jueces independientes de los poderes políticos y económicos. Esto incluye:
o Acceso a asistencia jurídica. Contar con abogados defensores que tengan acceso irrestricto a sus defendidos y a todos los expedientes del caso.
o Celeridad del proceso.
o Máxima transparencia del proceso.
o La libertad de expresarse y defenderse en público sobre su caso.
o La oportunidad de ser oído en procedimientos jurídicos y administrativos.
o La oportunidad de ofrecer las pruebas y alegar.
o La detención provisional, antes del juicio, es la excepción.
o Una resolución que resuelva las cuestiones debatidas.
o La posibilidad de reclamar la resolución mediante un recurso eficaz.
· El derecho de hacer uso irrestricto de la libertad de expresión. O sea, el Estado tiene que garantizar que cada ciudadano pueda decir lo que quiere, sin tener miedo a sanciones.
· El derecho de disentir con el gobierno y criticarlo libremente, sin miedo, sin sufrir amenazas, desventajas o intentos de ser callado.
· El derecho de acceso a la información pública. El Estado tiene que garantizar y facilitar este acceso.
· La libertad de organizarse libremente, en asociaciones, sindicatos, partidos, iglesias, comités cívicos, organizaciones no gubernamentales.
· El derecho de movilizarse por nuestros intereses, incluyendo manifestaciones pacíficas y huelgas.
· El acceso a la Educación, incluyendo para los pobres y marginados.
· El acceso a la Salud para todos.
· Derecho al trabajo justamente remunerado.
· Protección contra despidos. El Estado tiene que vigilar que no haya despidos arbitrarios.
· El derecho a una vida sin hambre.
· El disfrute de un medio ambiente saludable.
Ahora, veamos la práctica, lo cotidiano que todos vivimos, de manera directa o indirecta. He compuesto esta lista detallada para que cada uno pueda evaluar cuáles de estos derechos puede gozar sin restricciones, sin amenazas, sin sanciones, sin sufrir desventajas - y sin tener que sentir miedo. Y cuáles están siendo violados – a nosotros o a otros.
El único punto, en el cual todos estaremos de acuerdo es que el derecho a la vida está mejor garantizado que en el pasado. La delincuencia está controlada. Es el progreso que todos celebran.
Pero veamos el segundo punto: el derecho a la libertad. Es hoy en día el derecho más amplia y profundamente negado y violado en nuestro país. Violado sistemáticamente por el gobierno, por la fiscalía y por los jueces. Tenemos las cárceles llenas de detenidos provisionales o preventivos, que no han sido vencidos en juicios – y si han sido vencidos, los juicios no han sido justos. Han sido juicios colectivos sin defensa efectiva. Tenemos presos políticos. Tenemos una porción inconfesablemente alta de jóvenes de familias pobres encarcelados.
No me digan que a usted no les ha pasado nada. La represión siempre es selectiva y tiene la función de callar a todos. Y todos sabemos que existe.
De ahí vean, punto por punto, los elementos del debido proceso que no se están cumpliendo. Cada uno, desde su experiencia directa o su conocimiento, saque las conclusiones. ¿Tenemos un debido y justo proceso garantizado por el Estado? No.
Luego viene la libertad de expresión. ¿Alguien se atreve a decir que es una libertad irrestricta y que no hay amenazas y sanciones a quien hace uso libre y crítico de ella? ¿Alguien puede decir que en El Salvador la gente se expresa libremente, sin miedo, sin optar mejor por callarse? No. Lo mismo con la libertad de organizarse, movilizarse y manifestarse, ir a la huelga. ¿Porqué en un país con tantos problemas sociales no hay manifestaciones y huelgas?
Y finalmente los derechos sociales. ¿Cuáles de ellos realmente puede gozar la mayoría no privilegiada de nuestra población? ¿Y qué hace el Estado -el gobierno central, las alcaldías- para garantizar estos derechos a todos, sobre todo a los sectores pobres de la sociedad?
Que cada uno revise cada punto y se pregunte: ¿Estamos en el libre goce de los Derechos Humanos? Se entiende que la conclusión usted no la va a decir públicamente - no luego de lo que ha pasando a José Roberto Jaco Carranza (el dirigente del gremio transporte quien murió a los días de detención); a Alejandro Antonio Henríquez Flores y José Ángel Pérez Godínez (los ejecutivos detenidos de la cooperativa El Bosque detenidos), y a Ruth López y Enrique Anaya (los defensores de Derechos Humanos encarcelados) – para mencionar sólo los de las últimas semanas. Pero es importante que usted tenga claro que no puede confiar que sus derechos sean respetados. Es importante que se vuelva inmune a la propaganda que dice lo contrario.
Que cada uno tenga cuidado. La situación lo demanda. Pero llegará el momento de hablar, no sólo, sino de manera conjunta – y de manera tan masiva que el régimen Bukele no pueda actuar contra todos.