miércoles, 10 de julio de 2019

Carta al Frente: Hoy o nunca. De Paolo Luers



Estimados amigos:  ¿Tiene futuro el FMLN? Muchos se hacen esta pregunta ahora que la vieja guardia ortodoxa al fin entregó la dirección del partido. Algunos se hacen esta pregunta con escepticismo, pensando que la actual avalancha populista ya no deja espacio para el resurgimiento de una izquierda racional. Otros nos hacemos la misma pregunta con angustia, porque sabemos que sin una izquierda democrática vibrante será difícil mantener con vida el pluralismo democrático que hemos construido a partir de los Acuerdos de Paz.
El resurgimiento del Frente como izquierda democrática no será automático, solo porque hay una dirección nueva. Lo que se puede esperar de Óscar Ortiz y su nueva Comisión Política no es que desde la cúpula que han alcanzado decreten la renovación y la nueva definición ideológica del partido. La mayoría de los nuevos dirigentes, empezando con Óscar Ortiz, no están para esto y dudo que tengan claridad sobre el rumbo que tendrá que agarrar el Frente para volver a convertirse en opción de poder y de futuro. Y de todos modos estos procesos de redefinición no funcionan por decreto.
Lo que sí se puede esperar de la nueva dirección del Frente, y de Óscar como su punta de lanza, es que abran, promuevan y protejan el proceso de debate interno que es indispensable para que salgan nuevos liderazgos, nuevas formas de hacer partido y nuevas y audaces definiciones ideológicas, que podrán hacer contrapeso a la historia de dogmatismo que ha llevado al fracaso al FMLN. Será un proceso largo, complejo, con resistencias, obstáculos y equivocaciones. Pero indispensable. No habrá atajos oportunistas. No vengan con discurso renovador para sustituir cambios reales y sustanciales. La única salida es construir una izquierda verdaderamente democrática, internamente plural y que sea inmune al populismo que está de moda. Nada de concesiones al populismo gobernante.
La gran ventaja de los renovadores y socialdemócratas es que son los únicos que pueden responder a la urgente necesidad de que desde la izquierda se contraponga alternativas intelectuales a la oleada de populismo encaramado en el poder del Estado, usándolo como una inmensa maquinaria de propaganda y activismo político. El FMLN tiene que marcar una alternativa a Bukele, frente a su gobierno, frente a su alianza con las élites de la derecha mafiosa y frente a su partido-movimiento Nuevas Ideas; una alternativa ideológica, una alternativa de liderazgo y una alternativa democrática interna frente al nuevo autoritarismo.
Y obviamente estas alternativas no surgirán de la vieja guardia ortodoxa alrededor de Sánchez Cerén y Medardo González, ni tampoco de la izquierda corporativa de ALBA. Y tampoco lo puede lograr solo el nuevo secretario general Óscar Ortiz. Tiene que abrir el espacio, pero por su participación en los gobiernos y los negocios de la anterior cúpula no tendrá suficiente fuerza para personificar el cambio. El nuevo Frente solo puede surgir de la iniciativa de los renovadores y socialdemócratas, quienes de repente tienen dentro del partido abiertos los espacios que se les había negado en los últimos 20 años.
La nueva dirección del Frente tiene que entenderse como transitoria, pero con la inmensa responsabilidad de abrir el espacio para el verdadero relevo.
Saludos y suerte,