jueves, 3 de mayo de 2018

Carta del viajero: Ciudades inteligentes

Una amiga mía siempre dice: Tanto que viajan nuestros políticos, ¿cómo es que no traen de regreso las buenas soluciones que han aplicado en otros países?

¿Será que tenemos un complejo de inferioridad y asumimos que lo que funciona afuera no funciona en El Salvador, por falta de cultura y de capacidad?

Ando de viaje en Europa. En Alemania, pasé una semana en Osnabrück, el lugar que me vio crecer. Una de las cosas que me fascinan son los mercados ambulantes. Cada día de la semana se montan en diferentes plazas, no solo en el centro, también en los barrios residenciales. Los productores de la región traen frutas, verduras, carnes, quesos, flores, pescado, pasteles y panes. Gran variedad de productos, y todo ordenado, limpio, montado en camioncitos o debajo de toldos. No veo ninguna razón que esto sea imposible montar en El Salvador, tal vez de manera más modesta y con apoyo de las instituciones estatales: MAG, alcaldías, Ministerio de Economía.

Ahora estoy en España. En varios municipios de Valencia visité los mercados municipales, casi todos en edificios sencillos que no requieren de grandes inversiones. Son limpios ordenados y venden excelentes productos. Ambos modelos cumplen múltiples funciones: ciudades ordenadas; acceso a productos de calidad y económicos; apoyo a productores y comerciantes pequeños.

En Osnabrück, igual que en Valencia, ya no caben los vehículos. Con consecuencias serias para el medio ambiente y la libre circulación. Pero los municipios desarrollan medidas para impedir que todo el mundo entre al centro de la ciudad con su vehículo. La más complicada: ofrecer transporte público eficiente, económico y seguro. La más radical: Hacer imposible (o muy caro) el parqueo en los centros. Las dos medidas combinadas, y complementadas con la construcción de parqueos seguros y baratos en la periferia y con acceso directo al transporte público, está dando los frutos sorprendentes: menos tráfico y vehículos parqueados en la ciudad. Esto, en cambio, libera espacios para zonas peatonales y para rutas seguras para bicicletas. Un círculo vicioso sustituido por un círculo virtuoso de soluciones complementarias…

Hablando del tráfico: Es impresionante lo que están haciendo en estas ciudades con dos medidas: semáforos inteligentes y una adecuada señalización sobre las calles, que ordena el tráfico. Sin necesidad de separadores fijos como las que el MOP está poniendo en nuestras calles, solo con una señalización horizontal separan el transporte público del individual, dando fluidez a los buses sin quitársela a los carros. Y de igual manera separan los carriles para doblar a la izquierda del tráfico fluido.

Para hacer esto, hay que aprender dos lecciones: la responsabilidad sobre el tráfico urbano tiene que pasar a las alcaldías; y ellas tienen que implementar un sistema eficiente de control de tráfico y multas.

Es necesario poner énfasis en la descentralización de la administración pública. Las experiencias de la ciudades europeas demuestran que los sistemas del tráfico (pero también de agua, escuelas y guarderías) son más eficientes en manos de los municipios y sus empresas comunales, muchas de ellas asocios público-privadas.

La moraleja: No hay que restringir a los funcionarios públicos que viajen. Exijamos que viajen los técnicos idóneos, y que viajen adonde pueden estudiar cómo resolver los problemas. Si es así, estoy dispuesto a apoyar que se dupliquen los presupuestos para viajes.

 

Saludos,

(MAS! / El Diario de Hoy)