Está confirmado: El pajarito se voló. Funes ya tiene asilo político en Nicaragua, otorgado por otro corrupto: Daniel Ortega.
¿A quién puede haber sorprendido esto? Al gobierno del FMLN, seguramente no. Es inconcebible que ni su Inteligencia del Estado, ni la PNC, ni migración, ni aduana se hayan dado cuenta de los preparativos de la ‘mudanza’ de Funes a Managua. Además, incluso si todos estos organismos del Ejecutivo les hubieran fallado, Daniel Ortega nunca hubiera tomado esta decisión sin consultar con sus homólogos en el FMLN…
Tampoco la fuga de Funes puede haber sido sorpresa para los servicios de inteligencia de Estados Unidos. No creo que mucho pasa en Managua que ellos no registran. Hay que suponer que ellos sabían del plan de Funes, incluso cuando todavía había tiempo de hacerlo fracasar con una orden de captura y su inmediata ejecución – sin filtraciones, por supuesto.
Entonces, la pregunta del millón: ¿Por qué no actuó la Fiscalía General de la República? Podemos asumir que el gobierno de Salvador Sánchez Cerén, al darse cuenta de las gestiones que Funes estaba haciendo con Ortega, no le avisó al fiscal general. ¿Pero los norteamericanos? ¿Qué razón pueden haber tenido ellos de no advertir a su amigo Douglas Arquímedes Meléndez que el pajarito estaba a punto de volarse, a menos que lo capturen de inmediato?
Mauricio Funes salió para Managua pocos días antes de los cateos en sus casas. A esta altura el Fiscal General ya tuvo que haber tenido suficientes indicios de delitos cometidos por Funes (suficiente para ir a un juez, pedir autorización de allanar sus casas y llevarse todo lo de valor que encontró en ellas). Tienen que haber sido indicios muy fuertes, porque allanar las casas de un expresidente de la República no es poca cosa que se hace con una sospecha difusa, tiene que ser en base de indicios casi irrefutables. ¿Entonces, porque a este mismo juez no le pidió de una sola vez la orden de captura contra Funes, cuando todavía estaba en el país grabando su programa radial?
Lo que los expertos jurídicos tienen que discutir ahora es: ¿Con todo lo de Probidad, con todo lo del procedimiento civil por enriquecimiento, con todo lo que ya se sabía del Chaparral, del Ferrari, y de la conexión Funes-Mecafé – pudo el Fiscal General haber emitido orden de captura contra Mauricio Funes antes de que se mudara a Nicaragua?
Esta es la pregunta clave. Y la respuesta a esta pregunta nos va a aclarar si es cierto que con este nuevo fiscal general ya tenemos una fiscalía capaz y dispuesta de luchar contra la impunidad y la corrupción, como muchos sostienen (incluyendo la embajadora norteamericana) – o si necesitamos una Comisión Internacional contra la Impunidad, como muchos otros exigimos.
El FMLN y su gobierno muy pronto se van a arrepentir de haber permitido la fuga de Funes. Si pensaban que con esto desaparecía su problema de un expresidente corrupto, llevado al poder por ellos, pronto se darán cuenta que el problema no desaparecerá. Mas bien, se hizo peor para ellos. Van a pasar sus últimos años en el gobierno, incluyendo las dos campañas electorales (del 2018 y del 2019) con la vergüenza del primer presidente del FMLN escondido bajo protección del presidente más ilegítimo de Centro América. Ni trayendo a los magos de la publicidad populista de Brasil (que no pueden traer porque o están en la cárcel o con libertad condicional, por corrupción), podrán hacer desaparecer esta mancha.
Al FMLN le hubiera convenido un corte limpio: cortar sus relaciones, de todas formas venenosas, con Mauricio Funes – y dejar que enfrente la justicia. O como dicen en inglés: ‘Cut your losses and move on’: Asuma el costo de tus errores, y para adelante…
El FMLN nunca hubiera tenido que llevar a la presidencia a un hombre como Funes. Y ahora defenderlo significa repetir el mismo error.
(El Diario de Hoy)