jueves, 3 de marzo de 2016

Carta a los políticos: Olvídense del romanticismo de la concertación, ¡aprendan a negociar!

No es diálogo lo que necesitamos, sino negociación. Por lo menos no un dialogo que  persiga el fantasma de concertar un ‘proyecto de país’, basado en un supuesto ‘interés común’ o ‘interés nacional’.
Necesitamos, con urgencia, que la oposición aprenda a negociar. Y el gobierno también. El primer paso de una negociación es la articulación clara del interés que cada uno representa en la mesa. Primero hay que tener clara la diferencia de los intereses y conceptos, para luego tratar de administrar estas diferencias y llegar a una solución negociada. Segunda condición indispensable: tener clara y saber proyectar la correlación de fuerzas. Que todo mundo ponga todas sus armas sobre la mesa…

Si esto es muy abstracto, hagamos un ejercicio de concreción, situado en la actualidad.

El gobierno y el FMLN quieren que se aprueba su reforma al sistema de pensiones, porque necesitan de los fondos de pensiones para apaciguar su crisis fiscal. Es una urgencia real.

ARENA debería decirles: Okay, sabemos que ustedes sólo necesitan 43 votos para hacer esta reforma, y posiblemente los consigan. Pero ustedes necesitarán mañana nuestros votos para aprobar, con 56 votos, los préstamos y el presupuesto para el 2017. Si imponen la expropiación de los fondos de pensiones, no cuenten con nuestros votos. Así que mejor no lo hagan.

Segundo: Ustedes quieren solventar su situación fiscal, todo lo demás es paja, sobre todo su gran preocupación por el sistema de pensiones. Así que hagamos un deal: Les ayudamos a resolver la crisis fiscal, aprobando algunos préstamos - y ustedes dejan en paz el sistema de pensiones. Si no aceptan esto, no hay prestamos. Ni un centavo.

Tercero: Hagamos una reforma de pensiones, pero para garantizar la rentabilidad del sistema existente, sin el Estado metiendo mano en los ahorros. Arreglemos que el gobierno pague intereses de mercado a los fondos de pensiones, y abramos la opción que las AFP puedan invertir en el exterior. Revisemos las cotizaciones de los trabajadores y las comisiones de las AFP.

Cuarto: Si además, luego de sanear el sistema de ahorro de pensiones, quieren entrar en la pensión universal, hagámoslo juntos, pero limpiamente separado de las pensiones basadas en cotizaciones, ahorros y rentabilidad. Hagamos una ley que cualquier ciudadano que llegue a cierta edad, reciba una pensión mínima, pagada por el Estado. Esto abarca a los que no lograron cotizar  y ahorrar lo suficiente: el Estado les completa la pensión que reciben de la AFP. Y abarca a los que nunca han trabajo en el sector formal: el Estado les da la pensión mínima, ajustando cada cierto tiempo el monto a la inflación.

Quinto: ¿Cómo financiamos esto? Con los puntos de IVA que sean necesarios, pero que sean exclusivamente para las pensiones estatales.

Bueno, esto es un ejemplo. O se llega a un acuerdo, ¡perfecto! O no se llega a ningún acuerdo, entonces que en las próximas elecciones decida el ciudadano. Para que esto se dé, toda la negociación tiene que ser transparente.

La cosa es: No seguir perdiendo tiempo con Interpartidarias, mesas falsas de concertación y diálogos en búsqueda de fantasmas. Sentarse y negociar, claro y pelado, articulando cada uno sus intereses y sus amenazas. No tratar de borrar las contradicciones, sino administrarlas.

Hagan el ensayo con el problema que está sobre la mesa: la tal reforma de pensiones.

Saludos, 

(MAS!/El Diario de HOY)