Necesitamos, con urgencia, que la
oposición aprenda a negociar. Y el gobierno también. El primer paso de una
negociación es la articulación clara del interés que cada uno representa en la
mesa. Primero hay que tener clara la diferencia de los intereses y conceptos,
para luego tratar de administrar estas diferencias y llegar a una solución
negociada. Segunda condición indispensable: tener clara y saber proyectar la
correlación de fuerzas. Que todo mundo ponga todas sus armas sobre la mesa…
Si esto es muy abstracto, hagamos un
ejercicio de concreción, situado en la actualidad.
El gobierno y el FMLN quieren que se
aprueba su reforma al sistema de pensiones, porque necesitan de los fondos de
pensiones para apaciguar su crisis fiscal. Es una urgencia real.
ARENA debería decirles: Okay, sabemos que
ustedes sólo necesitan 43 votos para hacer esta reforma, y posiblemente los
consigan. Pero ustedes necesitarán mañana nuestros votos para aprobar, con 56
votos, los préstamos y el presupuesto para el 2017. Si imponen la expropiación
de los fondos de pensiones, no cuenten con nuestros votos. Así que mejor no lo
hagan.
Segundo: Ustedes quieren solventar su
situación fiscal, todo lo demás es paja, sobre todo su gran preocupación por el
sistema de pensiones. Así que hagamos un deal: Les ayudamos a resolver la
crisis fiscal, aprobando algunos préstamos - y ustedes dejan en paz el sistema
de pensiones. Si no aceptan esto, no hay prestamos. Ni un centavo.
Tercero: Hagamos una reforma de
pensiones, pero para garantizar la rentabilidad del sistema existente, sin el
Estado metiendo mano en los ahorros. Arreglemos que el gobierno pague intereses
de mercado a los fondos de pensiones, y abramos la opción que las AFP puedan
invertir en el exterior. Revisemos las cotizaciones de los trabajadores y las
comisiones de las AFP.
Cuarto: Si además, luego de sanear el
sistema de ahorro de pensiones, quieren entrar en la pensión universal,
hagámoslo juntos, pero limpiamente separado de las pensiones basadas en
cotizaciones, ahorros y rentabilidad. Hagamos una ley que cualquier ciudadano
que llegue a cierta edad, reciba una pensión mínima, pagada por el Estado. Esto
abarca a los que no lograron cotizar y ahorrar
lo suficiente: el Estado les completa la pensión que reciben de la AFP. Y
abarca a los que nunca han trabajo en el sector formal: el Estado les da la
pensión mínima, ajustando cada cierto tiempo el monto a la inflación.
Quinto: ¿Cómo financiamos esto? Con los
puntos de IVA que sean necesarios, pero que sean exclusivamente para las
pensiones estatales.
Bueno, esto es un ejemplo. O se llega a
un acuerdo, ¡perfecto! O no se llega a ningún acuerdo, entonces que en las próximas
elecciones decida el ciudadano. Para que esto se dé, toda la negociación tiene
que ser transparente.
La cosa es: No seguir perdiendo tiempo
con Interpartidarias, mesas falsas de concertación y diálogos en búsqueda de
fantasmas. Sentarse y negociar, claro y pelado, articulando cada uno sus
intereses y sus amenazas. No tratar de borrar las contradicciones, sino
administrarlas.
Hagan el ensayo con el problema que está
sobre la mesa: la tal reforma de pensiones.
Saludos,
(MAS!/El Diario de HOY)