El día de hoy, jueves 3 de diciembre, usted tiene que abandonar el despacho del Fiscal General de la República. Se le acabó la peseta. No debería regresar, porque le falló a la nación. La deja más insegura y con menos seguridad jurídica, cuando era su tarea constitucional proteger el Estado de Derecho, combatir la impunidad y asegurar que nadie persiga a los inocentes.
Usted asumió como Fiscal General en el mes de diciembre del 2012. El promedio de homicidios de los últimos 6 meses antes de que asumiera la Fiscalía General fue de 168 al mes, lo que equivale a 5.5 homicidios al día. Ahora entrega su cargo, el promedio del último medio año de su mandato fue de 645 homicidios al mes, o sea 21.15 homicidios al día. ¡Cuatro veces más!
Es cierto, usted como Fiscal General no es el único responsable de esta explosión de violencia. Es uno de muchos que han contribuido al fracaso de la política de seguridad.
Los otros están en el Ejecutivo y dirigen la PNC, el ministerio de Seguridad, la Inteligencia, los centros penales, y el Consejo Nacional de Seguridad Ciudadana. Pero a usted se le termina ahora su mandato constitucional. A los otros responsables de la inseguridad les podremos cobrar la cuenta hasta en el 2019.
Usted carga con el peor pecado que puede cometer un Fiscal General: persiguió a inocentes y protegió a culpables. Para caer bien a los partidos (de los cuales depende su reelección), convirtió la justicia en un doble juego. A Mauricio Funes y el FMLN les hizo el favor de acusar y someter a juicios a Francisco Flores, sabiendo que no tenía pruebas que resistan un juicio formal; y a personas como don Billy Sol, sabiendo que no tenía caso. Al mismo tiempo trató de vender a ARENA la idea que las acusaciones fueron hechas para perder los casos y dejar libres a los acusados.
El doble juego no le funcionó. Ahora lo odian en la izquierda por no tener presos a Paco Flores ni a Billy Sol. Y lo odian en la derecha por haberse prestado al juego de la persecución política promovido por Mauricio Funes. Ambos tienen razón: los de izquierda que dicen que este Fiscal ofrece impunidad, y los de la derecha que dicen que este Fiscal se presta a persecución política.
Como si ya fuera su naturaleza, vuelve a hacer lo mismo, sólo que esta vez al revés: Dice al Frente que el caso Chaparral solo lo abrió para que al final quede comprobado que no hubo corrupción; y a ARENA le cuenta que va a topar al poste a Funes y su operadores en la CEL.
El resultado del doble juego: Ahora usted tiene dos frentes abiertos y está bajo ataque de todos lados. Logró unificar a los que quieren ver preso a Paco Flores y Billy Sol con los otros que jamás le van a perdonar que los haya sometido a humillaciones y juicios. Por esto no será reelecto.
Sus operaciones rayan con la extorsión: amenaza con investigaciones a justos y pecadores, al tiempo que les ofrece protección con tal que se porte bien con usted y sus patrocinadores…
Tuvo que pasar por la Fiscalía un hombre tan extremo en sus ambiciones como usted para que al fin el país llegue a la conclusión que necesita a una Fiscalía diferente que no se presta a juegos políticos, ni a amenazas, chantajes, servicios de protección…
Gracias a la Sala de lo Constitucional, pero también a una ciudadanía mucho más exigente, los partidos han entendido que ya no pueden poner un Fiscal que haga sus mandados, persiga a sus enemigos y proteja sus intereses. Así que las estrellas se alinearon para que con un nuevo Fiscal la Fiscalía se incorpore en la lucha contra la impunidad y la corrupción.
Saludos, Paolo Lüers
(Mas! El Diario de Hoy)