A esta altura, la matemática ya está clara. La resistencia del FMLN de aceptar una legislación que respete plenamente la decisión consciente de cada votante y garantice que los que votaremos por cara y cruzado no perdamos ninguna fracción del peso de nuestro voto, ya no se debe a dudas matemáticas. Su posición cerrada se debe al último intento de privilegiar el voto por bandera y a sancionar a quien vote selectivamente.
Matemáticamente ya está claro que para medir la correlación de fuerza entre los partidos y la lista de independientes no hay otra: cada votante tiene que tener el derecho de repartir las marcas por cara como lo estime conveniente, en una o varias listas. Si yo voto por 10 diputados, aunque tenga 24 opciones válidas, divido mi voto en 10 fracciones que tienen que abonarse a las listas que contienen a mis 10 candidatos preferidos. Punto.
Todos sabemos que ustedes van a hacer lo posible para que sus votantes marquen la bandera y no las caras, mucho menos caras de diferentes partidos. Es un error político, pero es su pleno derecho. Pero insistir en sancionar al votante, al no hacerles caso y decidir hacer uso de su derecho de votar selectivamente y cruzado, y quitarle fracciones de su voto, es otra cosa: es boicot a la reforma electoral, es berrinche.
Tráguense la píldora: Ustedes perdieron la batalla que equivocadamente escogieron dar por mantener el voto por bandera. No estaban de acuerdo con el voto por cara, pero la Sala sentenció y la Asamblea tuvo que legislar reformando el Código Electoral. No estaban de acuerdo con el voto cruzado, pero nuevamente perdieron: la Sala sentenció y la Asamblea tiene que adaptar la legislación nuevamente. Hacer berrinche cuando la cosa está clara matemáticamente, solo conseguirá atrasar la legislación, meter en aún más aprietos al Tribunal Electoral - y hacer más grave la batalla perdida.
Si siguen con el berrinche ideológico contra la matemática y la equidad del voto, el precio que pagarán en las urnas será más alto. No se han dado cuenta que con el voto cruzado ningún partido va a perder votos. Si pierden votantes será por su terca insistencia de no aceptar la reforma electoral que da más opciones a los votantes.
Su problema ya comenzó cuando hicieron sus listas y escogieron a sus candidatos. Su partido que, apostando a que sus bases van a ser obedientes y votar por bandera, no se preocupó de los más importante: llenar sus planillas de candidatos con capacidad y liderazgo. Solo ponen sus cuadros de siempre en los primeros puestos de la lista y el resto es relleno. Ni siquiera los presentan al público, mucho menos les dan espacio para perfilarse y competir por el voto. Todo por su creencia ideológica de que tiene que ser del partido que brilla y habla, no el ciudadano candidato…
Mejor tráguense la píldora, camaradas, aunque les parezca amarga. La batalla contra la reforma electoral la tienen perdida. Ustedes piensan que la perdieron en la Sala, pero la verdad es: la perdieron en la ciudadanía.
Tu amigo Paolo Lüers
(Mas!/El Diario de Hoy)