El Diario de Hoy publica hoy un artículo titulado “Italiana ENEL se despide...”. Un buen resúmen de una triste historia, en la cual usted tiene uno de los papeles de villano. La historia como un país no supo aprovechar la oportunidad de juntar esfuerzos con una empresa líder a nivel mundial para explotar uno de los pocos recursos naturales que tenemos: la energía geotérmica. La historia como dos gobiernos (de Saca y de Funes) bloquean la inversión italiana en LaGeo, hasta que el socio al final, aunque ha ganado el pleito en todas las instancias internacionales, prefiere vender sus acciones y abandonar El Salvador para invertir en otras partes. La historia como un fiscal general (o sea, usted) se deja instrumentalizar para poner su institución al servicio de esta política errada y, peor aun, de la persecución política y de los intereses electorales del presidente Funes. Cualquiera puede leer esta triste historia en El Diario de Hoy del día 16 de diciembre.
El único error en esta historia
periodística es la introducción. Dice: “El Estado savadoreño y la emresa
italiana Enel Green Power escribieron ayer la última página de una
convulsionada historia…” ¡Falso! Faltan
dos páginas por escribir, y la primera le toca a usted, señor fiscal general:
falta poner punto final a las acusaciones penales que su fiscalía lleva contra
nueve exfuncionarios, entre ellos don Billy Sol Bang. La base de la acusación es
la supuesta ilegalidad del convenio que ellos negociaron y firmaron con ENEL en
el año 2002. Ahora, usted mismo, como representante del Estado salvadoreño,
firmó un acuerdo con ENEL, que pone fin al pleito. La solución: El Salvador
compra a ENEL todas sus acciones. Con esto, el Estado -¡al fin!- reconoce la
legalidad del convenio CEL-ENEL del 2002. Si no, no le podía comprar a los
italianos sus acciones. Usted no pudo haber firmado un documento de compra de
acciones ilegalmente adquiridos por un valor de por 280 millones de dólares.
Por tanto, usted tiene que sobreseer la
acusación que abrió, no solo contra ENEL, sino también contra los nueve
exfuncionarios. Y tiene que levantar el ambargo de bienes por valor de 2000
millones de dólares, no sólo contra ENEL, sino contra todos los acusados. Esta
es la pagina que a usted le toca escribir para llevar a buen término la triste
historia.
También está equivocado David López,
presidente de la CEL y cuñado del secretario general del FMLN Medardo González,
cuando dijo a los medios que con la solución comercial entre el Estado y ENEL
“se facilitará el desarrollo de los procesos penales”. ¡Falso! No facilita el
desarrollo de los procesos sino obliga a suspenderlos. Ya no hay causa. Bueno,
parece que nunca la hubo. Pero ahora, la supuesta causa se vuelve
definitivamente insostenible. El convenio con ENElL de diciembre del 2015 (de
compra-venta de las acciones de ENEL en LaGeo) sólo es válido si fue válido el
convenio original del 2002, mediante el cual los italianos adquirieron estas
acciones. Así de simple.
Bueno, es simple. Pero entiendo que para
usted es difícil salir de este dilema. Tiene que sobreseer, pero no quiere
decir: Fíjense, me equivoqué, son inocentes, porque ahora me di cuenta que el
convenio del 2002 sI era legal y válido. Ya con 280 millones sobre la mesa mesa,
pensándolo bien, no hubo delito…
Pero esto es su dilema, señor. Usted se
metió en este huevo, usted llevó a la corte esta acusación política de Funes y
de la Santa Inquisisción de la Asamblea, usando valuos manipulados y rompiendo
reglas básicas de procedimiento. Ahora es su problema cómo salir de este dilema
sin perder la cara.
La otra pagina le toca escribir al
gobierno de Salvador Sánchez Cerén: Esta historia solo termina cuando el
gobierno presente un plan de cómo desarrollar la industria geotérmica y así
asegurar el futuro energético del país - sin el socio estratégico y su
capacidad de invertir dinero y tecnología. Y sin posibilidad de conseguir otro,
porque ninguna empresa internacional va a entrar al campo minado donde acaba de
de salir ENEL.
A la espera de las dos páginas finales de
esta triste historia, le saluda Paolo Lüers
(Mas!/El Diario de Hoy)