Mejor demos la bienvenida al nuevo gobierno
del FMLN. Va a gobernar el FMLN sin las distorsiones que al gobierno trajeron
personas como Funes, Alex Segovia, Ricardo Perdomo. Así como Tony Saca fue un
accidente en la historia de la derecha, Funes y sus amigos fueron un accidente
en la historia de la izquierda salvadoreña. Ni Saca representó una nueva
derecha, ni Funes una nueva izquierda.
Ambos ya son historia, nada tienen que ver con el futuro de sus respectivas corrientes ideológicas.
Ambos ya son historia, nada tienen que ver con el futuro de sus respectivas corrientes ideológicas.
Sería irreal esperar del gobierno entrante
del FMLN que haga lo contrario a su ideología y su programa. Pero podemos
exigir que las políticas públicas que adopten, las hagan bien, de manera
transparente, con eficiencia. No tiene sentido exigir al FMLN, que abandone las
políticas asistencialistas que ofreció a sus votantes. Pero debemos vigilar que
las subvenciones y los programas sociales sean ejecutados con probidad, sin
tinte partidario, sin corrupción, y con la máxima eficiencia posible. Y podemos
proponer y exigir que el gasto social sea focalizado en áreas y proyectos que
al mismo tiempo de responder a problemas sociales, correspondan a estrategias a
superar la violencia y delincuencia. Espero que un gobierno conducido por el
FMLN, y no por sonámbulos como Alex Segovia y Hato Hasbún, tenga la capacidad
de planificar y la voluntad política de priorizar. Yo no por nada soy amigo del
concepto de un estado omnipotente y de un gobierno que regule y planifique la
vida económica y social de un país; pero si ya tenemos el gobierno en manos de
un partido de izquierda de corte estatista, lo menos que podemos exigir es que
planifiquen bien y tengan el valor de priorizar su gasto social con criterios más
allá del populismo y asistencialismo. Lo peor es un enorme gasto social con el
principio de la regadera, sin clara prioridad y focalización en los problemas
que se quiere resolver.
En este sentido, me dan cierto optimismo
las declaraciones que los nuevos gobernantes han dado sobre su estrategia en
materia de seguridad pública. Han dicho que su enfoque es integral y que harán
importantes inversiones en las comunidades donde se genera y reproduce el círculo
vicioso de exclusión social, violencia y delincuencia. Si el gobierno del FMLN
sin Funes hace lo que el anterior ni siquiera intentó hacer: definir claras
prioridades para su gasto social, aun con el riesgo que tomar decisiones
impopulares, y concentrarlos donde más impacto tienen sobre los problemas que
el gobierno quiere resolver, entonces el gasto social puede convertirse en
inversión social.
Asumo que el nuevo gobierno tendrá más
capacidad y voluntad política de tomar este tipo de decisiones. Lo peor es lo
que tuvimos: un gobierno con ánimo regulador y estatista, pero que no quiere
definir prioridades y no sabe planificar.
Solo pongo un ejemplo: Si el gobierno
coordina los esfuerzos de Educación para implementar la escuela de tiempo
completo (que no hay capacidad de hacerlo a nivel nacional), con las
estrategias de prevención y reinserción de los gobiernos locales, concentrando
la inversión en educación en los municipios donde hay oportunidad de insertar
al sistema educativo jóvenes en riesgo e incluso miembros menores de pandillas,
cada dólar gastado tiene n múltiple impacto.
Otro ejemplo: hay presupuestos grandes para
caminos rurales. El gobierno Funes, que como gabinete nunca discutió
prioridades y estrategias, nunca ni siquiera tomó en consideración la opción de
concentrar estas inversiones en los municipios, donde a raíz de la tregua y los
pactos de paz locales se había abierto la oportunidad de construir paz y
reducir la delincuencia ofreciendo generando espacios de inserción laboral a
los pandilleros que estén dispuestos de dar este paso. En vez de construir
caminos rurales de manera dispersa en todo el país, se hubiera sacrificado
temporalmente las necesidades en zonas con poco incidencia delincuencial para
crear un impacto determinante en unos pocos municipios con alta incidencia
delincuencial. Creando infraestructura y empleos.
(El Diario de Hoy)