Mire lo
que pasó a ARENA que sus dirigentes no tuvieron el valor (o los valores) de
rebelarse contra Tony Saca cuando estaba abusando del poder, o cuando se
tardaron demasiado para dejar de defender a Paco Flores.
Yo
entiendo perfectamente porqué usted habló en su campaña de la continuidad de
los cambios – y porqué seguramente mañana, en su discurso de inauguración, hará
los mismo. Para no deprimirme, quiero entender que se trata de la continuidad
de la definición general que su partido hizo del gobierno del cambio en el
2009, y no de la continuidad de la pésima manera en qué Mauricio Funes manejó
el gobierno, las relaciones con los diferentes sectores de la sociedad.
Usted
no va dar continuidad el estilo de vida loca que llevaba su antecesor a costa
de fondos públicos y a costa hipotecar la credibilidad del gobierno frente a
los ciudadanos. Esto ya lo anunció, y quienes lo conocemos sabemos que esta
decisión no significa ningún sacrificio para usted. Por lo contrario,
participar de una vida de lujos, despilfarro y extravagancias sería para usted
un sacrificio inaceptable.
Usted
tampoco tiene que dar continuidad a la manera cómo se han tomado decisiones en
el gobierno que hoy despedimos (por cierto, con un desfile bufo, como lo
merece). Me imagino que usted pondrá nuevamente a funcionar el gabinete como la
lógica y la Constitución manda: consejo de ministros, como ente deliberante.
Sabemos que usted no es amigo de las decisiones egocéntricas, sino más bien de
las decisiones colectivas y discutidas. Solo tome en cuenta que la entidad
colectiva que tiene que tomar responsabilidad sobre las políticas públicas es
el gabinete, y no el partida decidiendo detrás de las bambalinas. Y que el
gabinete y usted como presidente tienen que consultar sus decisiones no al
partido (o por lo menos no solo al partido), sino a todos los sectores
afectados de la sociedad, a la oposición y al sector privado…
Una de
las cosas que usted no debería aceptar como herencia de Funes (y los anteriores
presidentes) es ver el Estado y su institucionalidad como un pastel a repartir
entre cheros, amigotes, gente que apoyaron la campaña, políticos que prometen
votos en la Asamblea. Y tampoco entre los mas fieles veteranos de su partido. Y
ahí veo que ya cometió algunos errores a la hora de componer su gabinete y a
nombrar los titulares de las autónomas y superintendencias.
No
entiendo porqué usted no retoma el principio de la meritocracia, pero en serio.
Todos que conocemos a Carlos Canjura estamos aplaudiendo su decisión de ponerlo
al frente de Educación. Pero cómo entender que funcionarios totalmente
fracasados, como Carlos Cáceres, Violeta Menjívar y Nelson García, siguen en su
gabinete? Para solo nombrar tres. ¿O cómo esperar que la hermana de Herbert
Saca va a hacer un papel decoroso y profesional al frente de Corsain, donde se
maneja gran parte del patrimonio del Estado? ¿Y qué aportarán a su gobierno los
cuadros partidarios que ha metido como viceministra de economía o para dirigir
el Registro Nacional de Personal Naturales, aparte de disciplina partidaria? Y
no puedo cerrar sin mencionar la sorpresa más desagradable de todas: el
nombramiento de Ricardo Perdomo. Si como superintendente causa la mitad del
deschongue que armó en Seguridad, colapsa el sistema financiero…
Se me
acabó la peseta, presidente electo. Pero de todos modos,
vamos a estar en contacto por cinco años, por lo menos por esta vía…
Saludos,
Paolo Lüers
(Mas!/EDH)