Una de las cosas que vamos a celebrar en la noche del 31 de mayo es que usted se va. Este cargo nunca lo hubieran tenido que confiarle a usted. Porque requiere de una persona en la cual todos podamos confiar: el presidente, sus colegas ministros, sus subalternos, su policías, los ciudadanos – todos. Usted no es esta persona.
No sé quién será su sucesor. Lo más probable
es que no será alguien con el cual yo tendré amistad o muchas coincidencias
políticas-partidarias. Pero esto no me preocupa. Con tal que llegue alguien en
quien confiar, alguien que no tenga doble discurso, alguien que hace lo que
dice y dice lo que hace, las diferencias partidarias no importan. Nos podremos
sentar para dialogar, para buscar coincidencias, y sobre estas coincidencias
construir respeto y cooperación.
La mesa de diálogo que usted está armando
será, mientras usted la dirige, la típica mesa falsa que montan los políticos
para encubrir sus falencias y para mantener protagonismo político donde no han
podido ganárselo con trabajo bien hecho.
Usted se aprovecha de la sed que tiene
nuestra sociedad de soluciones concertadas. Nadie puede estar en contra de un
diálogo para alcanzar seguridad, paz y justicia. Por esto mucha gente honrada,
genuinamente preocupada y bien intencionada ha aceptado el llamado al diálogo
por la paz, y con sentido patriótico. Sobre todo porque ha sido convocado a nombre
de las iglesias y del PNUD (Programa de las Naciones Unidas para
el Desarrollo). Pero al solo presentarse esta iniciativa, y resulta que es una
iniciativa no autónoma de las sociedad civil, sino de un ministro (ya para más
joder de un ministro que va de salida) - ya varios de los que participaron de
buena fe se dieron cuenta que están siendo manipulados. Ejemplo: Usted presentó
a monseñor Gregorio Rosa Chávez como representante de la Iglesia Católica, por
decisión de la Conferencia Episcopal. Presentó esta mesa como el único esfuerzo
oficial y autorizado de la Iglesia. Solo que no existe ninguna decisión
semejante de la Conferencia. Los obispos ni siquiera han discutió el tema.
Claro que monseñor Rosa Chávez tiene derecho de participar – el mismo derecho
de monseñor Fabio Colindres de seguir como mediador.
Esta iniciativa de diálogo
tiene dos caras: una pública y racional que apela al interés que todos tenemos
de trabajar juntos por la paz; y otra oculta e irracional, que corresponde al
afán suyo de desacreditar y desmontar los diferentes mecanismos de diálogo que
durante los últimos años han surgido. Es perverso que un ministro, para exhibir
una mesa nacional de diálogo por la paz y tomar crédito por este trofeo, haga
todo lo posible para botar las diferentes mesas de diálogo que ya funcionan:
diálogo entre alcaldes y comunidades, incluyendo las pandillas locales;
diálogos entre las pandillas que resultaron en una tregua que redujo los
homicidios hasta que vino usted para complicar las cosas; y el sistema de
mediación de conflictos que ya funciona en muchos municipios y a nivel
nacional... Todo esto usted lo quiere destruir, con ayuda de algunos “líderes”
religiosos envenados por ambición como padre Antonio y reverendo Carlos Rivas,
por una sola razón: que no lo puede controlar, porque son esfuerzos autónomos
que no funcionan cuando uno quiere supeditarlos a dirección gubernamental o
partidaria.
Esta nueva mesa de diálogo
será una mesa falsa, mientras usted la manipule. Por suerte, esto ya se acabará
el 1 de junio cuando usted se va. Si todas las personas e instituciones que de
buena fe han escuchado el llamado al diálogo, realmente se apoderan de esta
magnífica idea y la comienzan a poner en práctica con independencia, como
iniciativa de una sociedad civil que se une para lograr la paz, todos los que
tenemos años de trabajar en esta dirección nos vamos a incorporar con ganas de
mejorar lo ya construido. Y podremos aportar un capital importante que usted y
sus operadores no pueden aportar: los mecanismos de mediación entre las
diferentes pandillas, entre las pandillas y las comunidades, que a la vez son
mecanismos de solución no violenta de conflictos. Estos mecanismos solo
funcionan en base de confianza. Y nadie le tiene confianza a usted porque ha
operado con mentiras, usando inteligencia falsa para dividir y crear
desconfianzas.
Todo depende de la
capacidad del nuevo gobierno de abrir espacio a un diálogo verdaderamente
constructivo, inclusivo y unificador. Usurpadores como Usted, Ricardo Perdomo,
no cabrán en este diálogo honesto. Pero por suerte usted ya no estará para
seguir dividiendo.
Adiós, Paolo Lüers
(Más!/EDH)