El momento
actual nos exige replantearnos soluciones integrales y estructurales que nos
involucren a todos, también a los miembros de pandillas y a sus familiares;
este problema no puede solucionarse sin entendernos todos. El proceso de
pacificación en curso, que se inició con la llamada “tregua”, pero la
trascendió hace mucho, ha demostrado ser una oportunidad valiosa que habría que
retomar y fortalecer en orden a encaminar el país hacia un clima de paz,
justicia y equidad.
Deseo
abogar para que reine un ambiente de cordura y moderación de parte de todos los
involucrados en la problemática de la violencia y de los distintos enfoques de
su superación. Nadie quiere vivir en guerra, no podemos regresar a la fatal
espiral de marginación-violencia-represión-más violencia-más marginación.
Ansiamos la paz y la reconciliación que no puede llegar sin un diálogo franco
sobre los verdaderos problemas sociales, económicos y culturales en las
comunidades donde se produce y sigue reproduciendo la violencia. Necesitamos un
cambio de ruta en la manera en que Estado y sector privado definen las
prioridades de sus inversiones.
Insto a la
entera sociedad civil a apoyar cualquier iniciativa que crea condiciones
favorables para el bien común y la paz. Necesitamos un diálogo nacional para
buscar acuerdos que faciliten la reducción de la violencia y delincuencia y
generación de las oportunidades para los que hoy se encuentran al margen de la
ley y buscan su reinserción a la vida productiva.
Este
diálogo tiene que ser entre hermanos y patriotas, sin exclusiones, sin
egoismos, con la finalidad de complementar, y donde sea necesario corregir,
pero no destruir los esfuerzos hasta ahora emprendidos de construir la paz.
Estos esfuerzos han dado resultados positivos, pero no han logrado que la
concurrencia de toda la sociedad vuelva irreversible el proceso de paz. Esto es
el siguiente paso que entre todos tenemos que dar. Ojala que sepamos aprovechar
el cambio de gobierno y los diálogos que se darán entre gobierno, oposición,
sector privado y sociedad, son una buena ocasión para dar los pasos necesarios
hacia la paz.
(El Diario de Hoy)