Les voy a decir lo mismo que fui a decir a la gente del PCN en San Vicente, quienes me invitaron el miércoles pasado a su asamblea general. La convocaron para decidir qué hacían en la segunda ronda electoral, y les dije: La primera ronda fue entre partidos, y cada uno votó por sus colores, por su partido. Y los que no tienen partido, no votaron. En la segunda ronda es diferente: No se trata de dos partidos, sino del futuro del país. Hay que decidir entre dos visiones del país y de su futuro.
Ustedes no tienen porqué defender a ARENA
o a Norman, pero sí a su país. Ustedes saben porqué están en otro partido que
ARENA – y porqué que van a competir con ARENA en el 2015 por alcaldías y diputaciones.
Ustedes siempre han tenido diferencias con ARENA y las van a tener mañana. Yo
también. Pero esto, el próximo 9 de marzo, no importa. Las diferencias que
ustedes pueden tener conmigo o con Norman, el 9 de marzo no cuentan, porque
está en juego algo más grande: el sistema democrático y de libertades. Está en
juego la libertad de seguir teniendo diferencias – y de expresarlas. Y de
organizarse y luchar por sus intereses y sus ideas. Están en juego las reglas
básicas de la democracia que hemos adoptado, todos juntos, con los Acuerdos de
Paz: la libertad de expresión y de prensa; la libertad de organizarse; la libre
empresa, y la independencia de las instituciones de control del poder, como la
Fiscalía, la Corte Suprema de Justicia, la Sala de lo Constitucional, la Corte
de Cuentas, el Tribunal Electoral.
Yo tengo diferencias con ustedes sobre
muchas de las sentencias de la Sala, pero coincidimos que hay que evitar que un
solo partido controle todas las instituciones. La izquierda ha suprimido la independencia
del sistema judicial y la libertad empresarial en Venezuela, en Cuba, en
Ecuador, en Nicaragua – y lo ha tratado de hacer en El Salvador. Encima de
todas las diferencias que tenemos entre nosotros y cada uno con ARENA, defender
nuestra democracia es una tarea común. Luego volvemos a competir y a debatir.
El 9 de marzo, hay que defender una causa
común, a pesar de toda la crítica que tenemos a ARENA. A pesar de que tal voz
no nos satisface el candidato o cada punto de su programa. A pesar de la mala
campaña que ha hecho ARENA. Pero Norman ganó los semifinales y ahora, en la
gran final del 9 de marzo, representa a las fuerzas que quieren preservar y
perfeccionar el sistema democrático.
Este es el mensaje que dejé a los 350
pecenistas que llegaron a la asamblea de San Vicente, para decidir una línea
única y clara para la segunda ronda. Para mi, fue una sorpresa la apertura, la
tolerancia y el ánimo positivo con que me recibieron. Si hubiera tiempo, con
gusto iría a cada uno de los departamentos para sostener la misma discusión
franca y constructiva, basada en el reconocimiento de nuestras diferencias y en
la identificación de coincidencias. Estamos fortaleciendo el pluralismo y la
tolerancia, en el momento en que el país lo necesita con urgencia.
Yo salí de San Vicente con renovado
optimismo. La derecha salvadoreña no es tan dividida como el Frente y algunos
dirigentes de una supuesta ‘nueva derecha’ quisieran. La derecha salvadoreña
consolida su carácter plural y su unidad a la hora de defender el sistema de
libertades. Y como si fuera poco, aplica la misma apertura interna también
frente a personas como yo o Facundo o los hermanos Samayoa, quienes
representamos una izquierda democrática igualmente comprometida con la defensa
de este sistema.
Escribo esta carta para hacer extensiva
esta experiencia de San Vicente a todos los que votaron por Unidad. Tienen una
opción clara en la segunda ronda, sin abandonar su identidad o su dignidad.
Igual que todos que en la primera ronda, en el enfrentamiento de los votos
duros, se abstuvieron.
Saludos, Paolo Lüers
(Más!/EDH)