Ahí estás varado en el aeropuerto de Moscú, viviendo la pesadilla de Tom Hanks en la película The Terminal. Tu dilema: Los países donde quieres ir, no te dan asilo; y los países que te ofrecen asilo no son atractivos para pasar el resto de tu vida: Bolivia, Nicaragua, Cuba, Venezuela, Ecuador...
El problema es que lo hiciste muy mal
desde el principio. No entiendo porqué te fuiste a Hong Kong y, cuando te diste
cuenta que ahí no estabas seguro, a Moscú. Si de una sola vez hubieras caído,
por ejemplo a Estocolmo, los suecos no te hubieran podido negar el asilo. Ni
siquiera tienen convenio de extradición con Estados Unidos. Suecia albergó
durante años a una buena cantidad de soldados norteamericanos que desertaron de
sus cuarteles en Alemania en protesta contra la guerra en Vietnam. Me consta,
porque fui parte de una red para protegerlos y llevarlos a Suecia...
El problema es que la mayoría de países
sólo otorgan asilo a quien ya se encuentra en su suelo. Es absurdo que tú estás
varado en Moscú y que tienes que escoger entre Bolivia y Nicaragua, cuando te
has convertido en un verdadero héroe en toda Europa. Tú revelaste la manera
cómo la NSA de Estados Unidos invade la privacidad de la comunicación de todos
los europeos, incluyendo sus gobiernos, pasándose por encima de todas las
constituciones y leyes del viejo continente que garantizan la protección de
datos. Siempre tuvimos la sospecha que Estados Unidos estaba haciendo esto,
pero preferimos hacernos los majes. Ahora, con la información que revelaste, ya
no son sospechas sino hechos. Y de paso revelaste que los servicios secretos de
Francia, Alemania y Gran Bretaña están haciendo lo mismo, que hay una división
de trabajo entre todos, y al final intercambien toda la información, legal o
ilegal....
Si te hubieras ido a Alemania, por
ejemplo, la mitad de los ciudadanos hubieran exigido al gobierno a protegerte y
darte asilo. Hubieran dicho: que nos ayude Snowden a entender hasta qué grado
estamos siendo vigilados todos, todos los días, en toda nuestra comunicación.
Se hubiera armado una batalla legal, política y moral muy fuerte – y el
gobierno no hubiera podido extraditarte a Estados Unidos. Y en el camino, toda
la problemática de la vigilancia estatal hubiera sido ampliamente discutida,
haciéndolo imposible a los gobiernos a seguir con estas prácticas ilegales.
Espero que todavía puedes encontrar asilo
en un país donde tiene sentido llevar hasta las últimas consecuencias esta
discusión sobre el Estado de Vigilancia. Espero que no sea tu triste destino
terminar en una dictadura bananera que solamente te quiere acoger para molestar
a Estados Unidos.
La tuya es una lucha buena. No la puedes
llevar si pides protección a un régimen autoritario.
Saludos, Paolo Lüers
(Más!/EDH)