Lo de Siria ha ida tan lejos en términos
de vidas perdidas (150 mil) y existencias destruidas (5 millones), que
democracia y pluralismo ya no son negociables. Demasiado han invertido la gente
de Siria para quedarse con menos. Sólo falta negociar cómo establecerlos lo más
pronto y menos costoso posible.
El siguiente tema: Colombia, las
negociaciones entre el gobierno de Santos y las FARC; el rol de nuestro
anfitrión Noruega como mediador, junto a Cuba. Una pregunta parecida: ¿Qué más
que una rendición elegante y no humillante de las FARC se puede conseguir
mediando en este conflicto? Nada.
Alguien pregunta: Si la guerrilla
colombiana ya está derrotada, ¿por qué negociar con ella? Un catedrático
colombiano lo explica de manera convincente: primero, porque es importante
negociar el fin de la violencia política, para de una vez por todo quitarle a
los que siguen usando la violencia criminal cualquier justificación ideológica;
y segundo, para evitar que el gobierno salga ganando la guerra, porque si esto
pasa, nunca se van a discutir en Colombia la necesidad de reformas sociales y
las horribles violaciones de derechos humanos por parte de los militares.
Surgen dos grandes tabúes: amnistía e
impunidad. ¿Es posible llegar a un acuerdo de paz que incluya que todas las
partes (FARC, ejército, paramilitares) se sometan a la justicia penal y paguen
por los crímenes y violaciones a los derechos humanos cometidos? Para la
mayoría de los presentes, amnistía es mala palabra. Así como en ciertos
círculos en El Salvador, todavía, a pesar de que la amnistía nos permitió parar
la violencia política. Cuando yo les dije a los colombianos: Si en serio
quieren un acuerdo de paz, estén preparados a pagar el costo: una amnistía que
permite a los guerrilleros de las FARC deponer las armas e reinsertarse a la
sociedad. Y que permite a los militares aceptar el acuerdo de paz. El problema:
Nadie en Colombia quiere decir esto en voz alta, aunque todos saben que es un
dilema real: este conflicto, o se desarticula con los métodos clásicos del
sistema penal o negociando la paz con amnistía. Ambas cosas son excluyentes. Y
sólo la segunda opción es realista. La otra significa mantener viva la guerra y
la matanza...
El día siguiente está en la agenda El
Salvador y su tregua. Sobre esta discusión escribiré en la carta para sábado...
Saludos desde Oslo, donde a la medianoche
todavía hay luz del día,
Paolo Lüers
(Más!/EDH)
Video sobre el Oslo Forum (en general, no sobre el recién realizado en junio 2013):