Estimado Pancho:
Hoy anunciaste oficialmente lo que ya
sabíamos: Te incorporás a la campaña de tu ex jefe Elías Antonio Saca. Bueno,
vos decís que te incorporás a Unidad. Pero ambos sabemos que Unidad no existe
más allá de una campaña de marketing político.
Irónicamente ahora resultan sabias las
supuestas palabras de Paco Flores que tanto escandalizaron a tu amigo Walter
Araujo: que vos no ibas a ser el candidato de ARENA porque no tienes el
compromiso de “topar a Tony Saca”. Bueno, no tienes este compromiso. Estás en
tu pleno derecho, puedes apoyar al candidato que más idóneo te parece para
dirigir al país. Pero dejemos claro una cosa, entonces: No podía ser candidato
un hombre que cree que Saca debería volver a ser presidente. O sea, el hombre
que está haciendo todo a su alcance para destruir al partido a nombre del cuál
ustedes ambos gobernaron hasta el 2009...
Entonces, estás ahora donde quieres
estar, y con quien querías estar. Te felicito: uno tiene que ser coherente con
sus lealtades. Te puedo respetar por esto, Pancho. Mucho más que a aquel Pancho
Laínez que luego de la expulsión de los Saca del partido se incorporó al COENA
hablando peste del su ex-jefe. En más de una ocasión pensé: Bueno, ¿y si Saca
era tan malo, porque alguien como Pancho se quedó sirviendo en su gabinete
hasta el último día?
Así que, estimado Pancho, al fin
superaste la indefinición y estás donde quieres estar. Te digo que fue
precisamente por esta falta de definición y claridad que dos veces tu propio
partido no te ha tomado en cuenta como candidato y dirigente. Tal vez ahora,
estando bien definido y a la par de tu jefe, puedes ejercer liderazgo dentro de
esta extraña coalición de fracasados que espera llegar a las frutas del poder
con Elías Antonio Saca. Porque si algo necesita este artefacto Unidad es
liderazgo, si no quiere quedar como el movimiento de utilería de un caudillo
que no tolera líderes a su lado....
Sabés qué es lo más irónico: Dos veces peleaste
en Arena contra la maldita tradición de poner a dedo sus candidatos. Y terminás
a la par del hombre que no sólo hizo lo mismo, dejándote a vos colgado de la
brocha y poniendo de dedo a Rodrigo Ávila, sino que luego llevó al extremo esta
práctica: ahora es el caudillo que se autoproclama candidato y de dedo pone
movimiento, alianzas, programa, candidato a vice y equipo de gobierno.
¿Te suena el término del ‘Síndrome de
Estocolmo’?
Saludos y suerte en tu nueva carrera,
Paolo Lüers
(Más!/EDH)