sábado, 17 de septiembre de 2011

Carta al doctor Quijano, alcalde de San Salvador

Estimado Norman:
 
Te felicito: ¡Al fin se hará el metrobus! Es un gran éxito tuyo. 

El hecho que lo va a hacer el gobierno y con otro nombre, no te quita el mérito. 

Lo pueden llamar ‘Sistema Integrado del Área Metropolitano de San Salvador’, como aparece en documentos gubernamentales. Le pueden dar nombre de sindicato como SITRAMSS, o algunos poetas convertidos en asesores de Casa Presidencial pueden inventarse el proyecto ‘Sistema de Interconexión de Territorios Solidarios’. Puede ser simplemente ‘Bus Articulado’, como lo bautizó La Prensa Gráfica, o pueden encargar a su fabrica de ilusiones Polistepeque a producir anuncios de Casa Presidencial con el lema ‘El cambio articulado’… No importa: metrobus es metrobus.

Lo importante es que vos obligaste al gobierno a retomar y poner en marcha tu propuesta del metrobus. A los que estamos hartos del caos del transporte público no nos importa ni el nombre ni quien al final pone su logotipo sobre los buses. Lo único que importa es que al fin habrá un sistema moderno y eficiente de transporte urbano…

Ya que no les quedó otra que adoptar tu idea, qué bueno que vos no armaste berrinche, sino que te dedicaste a pelear que lo hagan bien. Por ejemplo, que abandonaran la idea descabellada de pasar en medio del centro histórico y poner una estación de transferencia enfrente de catedral. Gracias también por evitarnos esto, señor alcalde.

Que bueno que Funes consiguió 50 millones de dólares para realizar metrobus. Bueno, la mitad de tu proyecto, porque sólo hablan de llegar de Soyapango hasta el Salvador del Mundo, falta llevarlo hasta Santa Tecla.

Así que te queda mucho que pelear: que el metrobus se lleve hasta Santa Tecla; que se planifique desde ya el tramo Norte-Sur de Apopa a San Marcos. Y sobre todo, que el asocio público-privado que quieren armar para operar es sistema no esté en manos de la mafia de buseros. Que las alcaldías sean socios estratégicos en el sistema metrobus.

Así que felicidades y manos a la batalla (perdón, a la obra), señor alcalde,
Paolo Lüers
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