sábado, 6 de agosto de 2011

Llamado a las pandillas


El 2 de agosto publiqué la “Carta a un asesino cobarde”. Al final hice un llamado : “Así como en Noruega la carta la escribió un estudiante de 16 años, aquí la deberían escribir los verdaderos héroes de nuestros barrios: los muchachos de las colonias que los pandilleros (y a veces los medios) declaran “zona de control marero”, pero que a diario salen a trabajar o a estudiar...
Sobre ellos no se escriben reportajes ni se hacen películas, aunque ellos son los verdaderos héroes de los barrios. Sobre ellos nadie hace estudios antropológicos puestas en Internet, aunque en ellos está la clave de la solución.
Quiero publicar estas cartas. Mándenlas a paololuers@yahoo.com.”
Ya recibí varias cartas. Aquí la primera:
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Llamado a las pandillas
¿Quieres  consejo?... Sé que estas harto de tantas palabras que a tu juicio son pajas.
Bueno, no te voy aconsejar pues te entra por un oído y te sale por el otro. Sencillamente te voy advertir de situaciones  reales que por años se repite… como un círculo vicioso.
Das apariencia de un león, pero en la intimidad eres débil. En lo profundo de tu corazón quieres abandonar este barco. Matas por miedo, y lo haces cobardemente: “por la espalda”.
También gozas del dolor ajeno, celebras la muerte de un contrario pero esta te va monitoreando ¡pronto llegara a ti! Si, sigue asesinando, robando, extorsionando, violando  ¡adelante! Te espera muy pronto: el hospital, o la cárcel o la tumba.
Las muertes que tú celebras dejan atrás una madre destrozada, un padre consternado una familia desamparada  ¡qué bien!  ¿Crees que esto es para aplaudirte? ¡JODETE!
Te reto a que si tienes valor para hacer lo malo también tengas h…. para lo bueno.
Yo realmente me siento como un héroe, disfruto de la vida, tengo una familia linda y unida, no poseemos una economía  envidiable pero tenemos dos palabras claves: unión y amor.
Tengo la posibilidad de llegar a viejo, ver crecer a mis dos princesas, estar con mis padres hasta el final… me siento satisfecho.
Me desarrollé en la pobreza al igual que la mayoría de ustedes,  pobre materialment, pero rico en mi interior  y  fuerte de carácter.
¿Problemas?, todos los tenemos y en ningún momento nos da el aval para hacer lo ilícito.
Pandillero, corre por tu vida, la pelona esta cerca, mañana será tarde.
Saludos, Cesar Vásquez
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