martes, 2 de agosto de 2011

Carta a un asesino cobarde

Querido Anders Behring Breivik”
 
Así comienza la carta que un muchacho de 16 años escribe al asesino de Oslo. "Tú crees que has vencido, porque has matado a mis amigos y compañeros. Crees que has destruido al Partido Laborista y a la gente que cree en una sociedad multicultural. "Que sepas que has fracasado".

El autor es un muchacho de 16 años, sobreviviente de la masacre que un fanático ultraderechista hiciera en un campamento juvenil en una isla de Noruega, luego de haber detonado una bomba en el centro de la capital Oslo. Saldo: 92 muertos. Cinco de ellos amigos de Ivar Benjamin Oesteboe, quien en su carta afirma: “No responderemos al mal con mal, como a ti te gustaría. Combatiremos el mal con el bien. Y venceremos".

El terrorista noruego justificó su masacre diciendo que quería protestar contra los inmigrantes, cuya presencia, según él y según buena parte de la ultraderecha europea, destruya la ‘identidad nacional’. El joven de 16 años le pone en su lugar: “Te describes como un héroe. Pero no eres un héroe. Has conseguido crear algunos de los héroes más grandes que haya habido jamás en el mundo".
Aquí deberían escribirse y publicarse casi la misma carta a diario. Dirigida a los pandilleros que también se quieren vestir de héroes, de defensores de sus barrios, y que igual a su colega noruego son lo contrario: loosers, perdedores, cobardes, fracasados...

Así como en Noruega la carta la escribió un estudiante de 16 años, aquí la deberían escribir los verdaderos héroes de nuestros barrios: los muchachos de las colonias que los pandilleros (y a veces los medios) declaran “zona de control marero”, pero que a diario salen a trabajar o a estudiar. Los muchachos que nacieron en la misma situación de pobreza y desintegración familiar, pero que no toman esto para excusa para volverse asesinos y ladrones.

Sobre ellos no se escriben reportajes ni se hacen películas, aunque ellos son los verdaderos héroes de los barrios. Sobre ellos nadie hace estudios antropológicos puestas en Internet, aunque en ellos está la clave de la solución.

Quiero publicar estas cartas. Mándenlas a paololuers@yahoo.com.

Paolo Lüers

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