Soy conciente de los grandes esfuerzos que ha hecho el MOP para hacer obras de mitigación. Dos de las cinco cárcavas de Ilopango se han hecho obras. Se que por lo menos una más esta en negociación entre la empresa constructora y el MOP. Se que con plata gestionada a través del PNUD se están licitando obras de mitigación para la quebrada El Arenal y otras tantas más. Aun así es insuficiente. La gente está en peligro de muerte.
Cada vez que llueve, hay familias en San Salvador que su vida está apunto de desaparecer. Tal vez ya estamos cegados y la realidad nos desborda. Cada vez que alguien se sube a un bus está en peligro de muerte o cada vez que regresamos a nuestras casas por la noche. Pero también cada vez que llueve hay familias que están apunto de perderlo todo.
Don Miguel vive en la 10 de octubre. El puente se les cayo el año pasado. El río se desvió justo hacia la casa donde vive su mamá. Perdió la casa y un primo. Ahora doce personas viven en la casa de al lado. En la próximas lluvias pueden perderlo todo. A don Miguel le prometieron una solución y todavía nada. Don José de San Jacinto, doña Patricia de San Ramón y muchos otros. Nuestra ciudad es vulnerable y hacemos esfuerzos insuficientes.
La gente vive en lugares que no debería, es un hecho. Se dan permisos de construcción en lugares donde no se debería. Y la ley de ordenación del territorio está llegando más lenta que una procesión santa y, peor aun, falta que ver la aplicación de la ley. El camino es larguísimo y no se le ve fin. Pero la gente sigue viviendo donde su vida depende de solo una tormenta.
A Doña Patricia de San Ramón le llego a la semana de la inauguración del nuevo Presidente, una delegación que le prometió obras de mitigación. Se la prometieron en reunión de vecinos la Secretaria de Inclusión Social, el Ministro y Viceministro de Obras Públicas, el Ministro de Medio Ambiente y el Alcalde de Mexicanos. Todos dijeron, con la Secretaria a la cabeza, llego el cambio, pronto tendrán las obras de mitigación para este asunto del picacho, les haremos una canaleta y muchas cosas más.
Promesa que hasta este momento no les han cumplido. Y es más no lo reciben en los Ministerios, no les dicen con claridad que pasa, no les dan ni una tan sola luz. Esto lleva a doña Patricia y sus vecinos se sientan contra la espada y la pared: “no sabemos que será de nosotros, lo que sabemos que es que de una manera u otra vamos a solucionarlo”. Es que no es para menos, ni han puesto una señalización clara de las vías de evacuación.
Es que los vecinos de San Ramón viven en la zozobra, existe un deslave potencialmente tan peligroso como el de Montebello del 82. Durante la tormenta Agatha tuvieron que apresuradamente evacuarlos. Existe ya un consenso técnico y dentro de la administración pública sobre el riego de la zona. Tanto así que les han hecho promesas claras para solucionar su problema. Y nada.
No es posible que casi dos años después no les digan exactamente en que estado está todo. No se vale prometer, no cumplir, no decir nada y no recibirlos. No se vale no cumplir.