En vista del enfoque conflictivo que tiene el reportaje periodístico de la señorita Rossy Tejada, y de que la Prensa Gráfica no publica los comentarios de lectores y usuarios en su medio electrónico, hago una aclaración sobre las opiniones personales y parciales de la señorita Tejada en el artículo de la revista "Séptimo Sentido" de la Prensa Gráfica del 27 de febrero de 2011.
Como Médico Veterinario y Zootecnista colegiado en la Junta de Vigilancia de la Profesión Médico Veterinaria del Consejo Superior de Salud Pública de la República de El Salvador, y tras mi experiencia en varias colecciones zoológicas y centro de rescate de fauna silvestre de la mencionada ONG y otras Organizaciones No Gubernamentales, me considero profesional, ética y moralmente calificado como para entrar en la siguiente aclaración -o discusión si así lo desean-. Adicionalmente, los más de 12 años que he estado trabajando como Vice-Presidente del Club y Escuela de Cetrería de El Salvador representado en la Federación Internacional de Cetrería y Conservación de Aves de Presa, y los 7 años de vida del proyecto Los Azacuanes, me habilitan para dirigirme a ustedes con conocimiento, sin recurrir a prejuicios y con la Autoridad que esta experiencia me otorga.
Un Centro de Rehabilitación de Aves Rapaces implica una infraestructura, personal, dinámica planificación y fondos mínimos para una viabilidad de dicho proyecto. La Rehabilitación implica reestablecer las características físicas y psicológicas de cada animal recuperado comparado con uno de sus congéneres que viven en libertad. Por estas razones, la iniciativa a la que hace mención el reportaje, crónica o artículo (no es claro a qué género literario pertenece la intervención de la señorita Tejada), no es considerada un Centro, sino un lugar de cuidado para aves discapacitadas. Es una loable iniciativa, aunque como la ong FUNZEL aprendió, no es factible ni viable al corto, mediano ni largo plazo en esas condiciones. Por ello los esfuerzos de dicha fundación estan enfocados en otros rumbos, como la divulgación y difusión de proyectos como los viveros de tortugas. Fué esta fundación al igual que Parque Zoológico Nacional, Zoojardín Hilasal, y otros de mis trabajos, los que también me permitieron aprender sobre los lineamientos, protocolos de decisiones y protocolos de disposición de fauna, necesarios para llevar a cabo una labor orientada y con posibilidades. Fué esta ong también la que organizó en coordinación con Ministerio de Medio Ambiente, Parque Zoológico Nacional, Museo de Historia Natural, Asociación Mesoamericana y del Caribe de Parques Zoológicos y Acuarios, CITES y UICN, diferentes talleres donde se tocó la temática, se discutieron los problemas y se sentaron las bases para un trabajo en conjunto, ya que esta es una labor multidisciplinaria, es decir, que estan involucrados actores con diferentes capacidades profesionales, técnicas y personales.
Este tema, aunque está relacionado con la Cetrería, que es por definición, el arte de cazar presas silvestres y libres con la ayuda de aves rapaces entrenadas, está al mismo tiempo separado, desde el punto en que su finalidad no es la cacería, sino la liberación de animales que terminaron en el cautiverio por diferentes razones. La Rehabilitación de Fauna Silvestre ha usado las técnicas milenarias de la Cetrería para recuperar aves rapaces y otras especies animales en desventaja. Por esto, es necesario aclarar imparcialmente la diferencia y relacion entre ambas actividades, lo que no hace el artículo.
El artículo de la señorita Tejada promueve y presenta un conflicto en el momento en que dice "A diferencia de Orlando, no cree que sea “ético” hacerse cargo de un animal con pocas probabilidades de supervivencia, como los que saturan el MARN" o en el punto en que asevera "Julio y Orlando no se llevan. Al primero no le parece profesional el trabajo de Orlando", en lugar de acercar las iniciativas hacia un fin común, que es la conservación de toda la naturaleza, y dentro de ella, la conservación de las aves de presa. Durante nuestra entrevista, sin embargo, la pregunta directa de la señorita Tejada fué sobre el uso del método Trolling en el que un ave se amarra a un cable, y es forzada a volar desde un extremo del cable hasta el otro, así como sobre la viabilidad de la rehabilitación de las aves. A ello, mi respuesta fué que no es ético el mantener ningún animal en condiciones que resten calidad a su vida, como el caso presente, es decir, la crítica es sobre las condiciones en que se mantienen y se liberan estas aves, más que sobre una persona. Por otro lado, Orlando Jimenez ha sido invitado recientemente por mi persona a un caso en el que "rescatamos" un grupo de gavilanes con posibilidades de ser rehabilitados, llevándose 2 de ellos consigo. Durante este "rescate" obtuvimos datos relevantes y muestras de plumaje de todas las aves, 10 gavilanes en total, y realizamos recomendaciones de eutanasia para tres de ellos. Así, el tono tajante lo ha impuesto usted, señorita Tejada. La ética de la rehabilitación está dada por varios factores, que son valoraciones biológicas, fisiológicas, conductuales, y de sanidad entre otros, de cada individuo, para determinar su estado inicial (diagnóstico), y la viabilidad de poder entrar a un programa de rehabilitación (prognóstico). La palabra programa, ya implica una planificación, ejecución, seguimiento y valoración, factores que no veo mencionados en ninguna parte del escrito. La Eutanasia (provocar la muerte de un animal de manera humanitaria), por mas cruel que parezca, es a veces mejor que mantener a una de estas aves o cualquier otro animal, en un cautiverio que no le da una buena calidad de vida, y es una opción importante y válida en los protocolos serios sobre disposición de fauna silvestre recuperada. La ética entra de nuevo al escenario en el sentido en que las liberaciones o "reinserciones" de fauna al medio natural sin las valoraciones individuales de cada caso, ni la valoración técnica del probable impacto que tengan en el medio de destino, pueden generar mas efectos negativos que positivos en los ecosistemas en que se realizan. El Ministerio de Medio Ambiente es conciente de estos peligros, al igual que FUNZEL, Parque Zoológico y otros entes relacionados con el manejo in situ y ex situ de la conservación de fauna. Por lo tanto, mantengo mi posición crítica sobre la ética del proceso, del cual no se obtiene ningún seguimiento sobre si el ave liberada sobrevivó, o murió lentamente por no poderse valer por sí misma luego de la liberación, ni niguna valoración sobre las consecuencias que pueda traer esta liberación o reinserción. Esta es una crítica constructiva, a menos que quiera ser planteada por usted de otra manera, ya que desde el proyecto Los Azacuanes, existe la apertura y disposición para mejorar la capacidad técnica y científica de quien quiera acercarse o comunicarse con nosotros. Adicionalmente, existen dos artículos científicos que desde el proyecto Los Azacuanes se han publicado, y que nos orientan a cambiar las metodologias que en el pasado y aún en el presente se dan dentro de este marco.
Como periodista, ha ido muy lejos al expresar " “Tengo cuatro especímenes en total, pero en mejores condiciones que en el Zoológico”, dice en un tono jactancioso." Me veo en la necesidad de aclarar que no presumo de nada. Mis 3 aves y 2 perros de cacería salen al campo y pueden ejercitarse en libertad, forman parte de un Plan de la Colección, y de un proyecto Educativo con alcances que usted no imagina gracias a la experiencia que pueden proveer a miles de niños y adultos. Y es esto último, lo único que puede justificar que algún animal silvestre se mantenga en cautiverio: que el sacrificio de su total libertad pueda servir para el conocimiento general, popular, y este conocimiento oriente a las personas a cambios de actitud y de estilos de vida descuidados e ignorantes de Naturaleza. No me jacto de tener a estas aves en mejores condiciones. Es un hecho evidente que estas aves pueden volar, se ejercitan por una o dos horas al día, y tienen la oportunidad de cazar su alimento como lo harían las aves que viven en total libertad. Según sus propias palabras, el ave que usted vió volar de lejos, quedándose en la sombra mientras su fotógrafo intentaba algún material que valiera la pena, se posó a 300 metros. Para que el fotógrafo sacara algo, repetimos el ejercicio unas 15 veces, por lo que si mis cálculos son correctos, esta ave voló en ese día 4.5 kilómetros. Es más que lo que caminan muchos por acá. Su fotógrafo, se quejó también de que era my difícil de fotografiar al ave por su velocidad y agilidad, aunque desde su sombra bajo el árbol, a usted le pareció que Ekran "no tenia intenciones de regresar". Le recuerdo que como ser vivo, y no una máqina, las respuestas de un ave al entrenamiento, pueden ser variables y no definitivas. Al mismo tiempo, le aclaro que el ave que se perdió en 2004 estaba bajo mi cuidado y consignación, y el hecho de que sobreviviera por 5 años, es prueba de que mantuvo sus condiciones físicas y conductuales hasta un cierto grado. Aquí es donde usted probablemente escuchó el término "Troquelado" que se refiere a un ave rapaz que durante su proceso de IMPREGNACIÓN o IMPRINTING, como pichón, se grabó la imagen humana como la de su otro igual, y no "que piensan que su dueño es su madre" como usted mencionó, al referirse a esta palabra "En la jerga de los cetreros".
De nuevo le recuerdo la definición de cetrería como el arte de CAZAR presas silvestres y en estado de libertad con la ayuda de un ave rapaz entrenada, al releer el párrafo donde usted menciona:
" “¡Ekran!”, grita Julio por cuarta vez. El ave, un poco más dócil, vuela en picada. Se equivoca de objetivo al aterrizar y posa sus garras sobre el hombro del fotoperiodista, quien luego dirá que lejos de resultar lastimado sintió como si el ave hubiese querido ser cuidadosa porque se sujetó con la delicadeza de un perico. De premio, Julio le ofrece pollo. “Esto es cetrería”, dice." cosa que yo no le he dicho, pues usted estaba resguardada bajo la sobra de aquel mango frondoso, y sólo su fotógrafo se encontraba cerca, bajo el fuerte sol del mediodía.
En este blog de su sevidor, se trata de difundir por un medio electrónico los resultados de nuestro trabajo y esfuerzo diario, y de ir dando a conocer cuestiones que son nuevas en nuestra cultura y sociedad, resolviendo problemas ambientales que se encuentran desatendidos, pero también como voz ante estas declaraciones que, repito, no contribuyen positivamente a unificar esfuerzos en pro de la conservación de la naturaleza.
Finalmente, me parece que su labor investigativa, es decir, averiguar todas las posibles fuentes de información para después poder comparar, se queda muy corta en todos los aspectos, por lo que para reforzar mis declaraciones le dejo el enlace siguiente http://www.revistafauna.com.pe/memo/516-522.pdf que apoya técnica y profesionalmente mi posición.
Espero con estas palabras aclarar lo que parece oscuro o incompleto, y reorientar todas las acciones de conservación a nivel nacional, hacia el mismo fin, através de un trabajo coordinado y apoyado en los lineamientos que se han establecido en largas horas de trabajo. Queda abierta la invitación para opiniones de todos los interesados, al mismo tiempo que para conocer mas sobre el Centro de Interpretación Ambiental y Cetrería Los Azacuanes, que pronto mantendrá una exposición permanente en nuestra ciudad capital de San Salvador.
Como Médico Veterinario y Zootecnista colegiado en la Junta de Vigilancia de la Profesión Médico Veterinaria del Consejo Superior de Salud Pública de la República de El Salvador, y tras mi experiencia en varias colecciones zoológicas y centro de rescate de fauna silvestre de la mencionada ONG y otras Organizaciones No Gubernamentales, me considero profesional, ética y moralmente calificado como para entrar en la siguiente aclaración -o discusión si así lo desean-. Adicionalmente, los más de 12 años que he estado trabajando como Vice-Presidente del Club y Escuela de Cetrería de El Salvador representado en la Federación Internacional de Cetrería y Conservación de Aves de Presa, y los 7 años de vida del proyecto Los Azacuanes, me habilitan para dirigirme a ustedes con conocimiento, sin recurrir a prejuicios y con la Autoridad que esta experiencia me otorga.
Un Centro de Rehabilitación de Aves Rapaces implica una infraestructura, personal, dinámica planificación y fondos mínimos para una viabilidad de dicho proyecto. La Rehabilitación implica reestablecer las características físicas y psicológicas de cada animal recuperado comparado con uno de sus congéneres que viven en libertad. Por estas razones, la iniciativa a la que hace mención el reportaje, crónica o artículo (no es claro a qué género literario pertenece la intervención de la señorita Tejada), no es considerada un Centro, sino un lugar de cuidado para aves discapacitadas. Es una loable iniciativa, aunque como la ong FUNZEL aprendió, no es factible ni viable al corto, mediano ni largo plazo en esas condiciones. Por ello los esfuerzos de dicha fundación estan enfocados en otros rumbos, como la divulgación y difusión de proyectos como los viveros de tortugas. Fué esta fundación al igual que Parque Zoológico Nacional, Zoojardín Hilasal, y otros de mis trabajos, los que también me permitieron aprender sobre los lineamientos, protocolos de decisiones y protocolos de disposición de fauna, necesarios para llevar a cabo una labor orientada y con posibilidades. Fué esta ong también la que organizó en coordinación con Ministerio de Medio Ambiente, Parque Zoológico Nacional, Museo de Historia Natural, Asociación Mesoamericana y del Caribe de Parques Zoológicos y Acuarios, CITES y UICN, diferentes talleres donde se tocó la temática, se discutieron los problemas y se sentaron las bases para un trabajo en conjunto, ya que esta es una labor multidisciplinaria, es decir, que estan involucrados actores con diferentes capacidades profesionales, técnicas y personales.
Este tema, aunque está relacionado con la Cetrería, que es por definición, el arte de cazar presas silvestres y libres con la ayuda de aves rapaces entrenadas, está al mismo tiempo separado, desde el punto en que su finalidad no es la cacería, sino la liberación de animales que terminaron en el cautiverio por diferentes razones. La Rehabilitación de Fauna Silvestre ha usado las técnicas milenarias de la Cetrería para recuperar aves rapaces y otras especies animales en desventaja. Por esto, es necesario aclarar imparcialmente la diferencia y relacion entre ambas actividades, lo que no hace el artículo.
El artículo de la señorita Tejada promueve y presenta un conflicto en el momento en que dice "A diferencia de Orlando, no cree que sea “ético” hacerse cargo de un animal con pocas probabilidades de supervivencia, como los que saturan el MARN" o en el punto en que asevera "Julio y Orlando no se llevan. Al primero no le parece profesional el trabajo de Orlando", en lugar de acercar las iniciativas hacia un fin común, que es la conservación de toda la naturaleza, y dentro de ella, la conservación de las aves de presa. Durante nuestra entrevista, sin embargo, la pregunta directa de la señorita Tejada fué sobre el uso del método Trolling en el que un ave se amarra a un cable, y es forzada a volar desde un extremo del cable hasta el otro, así como sobre la viabilidad de la rehabilitación de las aves. A ello, mi respuesta fué que no es ético el mantener ningún animal en condiciones que resten calidad a su vida, como el caso presente, es decir, la crítica es sobre las condiciones en que se mantienen y se liberan estas aves, más que sobre una persona. Por otro lado, Orlando Jimenez ha sido invitado recientemente por mi persona a un caso en el que "rescatamos" un grupo de gavilanes con posibilidades de ser rehabilitados, llevándose 2 de ellos consigo. Durante este "rescate" obtuvimos datos relevantes y muestras de plumaje de todas las aves, 10 gavilanes en total, y realizamos recomendaciones de eutanasia para tres de ellos. Así, el tono tajante lo ha impuesto usted, señorita Tejada. La ética de la rehabilitación está dada por varios factores, que son valoraciones biológicas, fisiológicas, conductuales, y de sanidad entre otros, de cada individuo, para determinar su estado inicial (diagnóstico), y la viabilidad de poder entrar a un programa de rehabilitación (prognóstico). La palabra programa, ya implica una planificación, ejecución, seguimiento y valoración, factores que no veo mencionados en ninguna parte del escrito. La Eutanasia (provocar la muerte de un animal de manera humanitaria), por mas cruel que parezca, es a veces mejor que mantener a una de estas aves o cualquier otro animal, en un cautiverio que no le da una buena calidad de vida, y es una opción importante y válida en los protocolos serios sobre disposición de fauna silvestre recuperada. La ética entra de nuevo al escenario en el sentido en que las liberaciones o "reinserciones" de fauna al medio natural sin las valoraciones individuales de cada caso, ni la valoración técnica del probable impacto que tengan en el medio de destino, pueden generar mas efectos negativos que positivos en los ecosistemas en que se realizan. El Ministerio de Medio Ambiente es conciente de estos peligros, al igual que FUNZEL, Parque Zoológico y otros entes relacionados con el manejo in situ y ex situ de la conservación de fauna. Por lo tanto, mantengo mi posición crítica sobre la ética del proceso, del cual no se obtiene ningún seguimiento sobre si el ave liberada sobrevivó, o murió lentamente por no poderse valer por sí misma luego de la liberación, ni niguna valoración sobre las consecuencias que pueda traer esta liberación o reinserción. Esta es una crítica constructiva, a menos que quiera ser planteada por usted de otra manera, ya que desde el proyecto Los Azacuanes, existe la apertura y disposición para mejorar la capacidad técnica y científica de quien quiera acercarse o comunicarse con nosotros. Adicionalmente, existen dos artículos científicos que desde el proyecto Los Azacuanes se han publicado, y que nos orientan a cambiar las metodologias que en el pasado y aún en el presente se dan dentro de este marco.
Como periodista, ha ido muy lejos al expresar " “Tengo cuatro especímenes en total, pero en mejores condiciones que en el Zoológico”, dice en un tono jactancioso." Me veo en la necesidad de aclarar que no presumo de nada. Mis 3 aves y 2 perros de cacería salen al campo y pueden ejercitarse en libertad, forman parte de un Plan de la Colección, y de un proyecto Educativo con alcances que usted no imagina gracias a la experiencia que pueden proveer a miles de niños y adultos. Y es esto último, lo único que puede justificar que algún animal silvestre se mantenga en cautiverio: que el sacrificio de su total libertad pueda servir para el conocimiento general, popular, y este conocimiento oriente a las personas a cambios de actitud y de estilos de vida descuidados e ignorantes de Naturaleza. No me jacto de tener a estas aves en mejores condiciones. Es un hecho evidente que estas aves pueden volar, se ejercitan por una o dos horas al día, y tienen la oportunidad de cazar su alimento como lo harían las aves que viven en total libertad. Según sus propias palabras, el ave que usted vió volar de lejos, quedándose en la sombra mientras su fotógrafo intentaba algún material que valiera la pena, se posó a 300 metros. Para que el fotógrafo sacara algo, repetimos el ejercicio unas 15 veces, por lo que si mis cálculos son correctos, esta ave voló en ese día 4.5 kilómetros. Es más que lo que caminan muchos por acá. Su fotógrafo, se quejó también de que era my difícil de fotografiar al ave por su velocidad y agilidad, aunque desde su sombra bajo el árbol, a usted le pareció que Ekran "no tenia intenciones de regresar". Le recuerdo que como ser vivo, y no una máqina, las respuestas de un ave al entrenamiento, pueden ser variables y no definitivas. Al mismo tiempo, le aclaro que el ave que se perdió en 2004 estaba bajo mi cuidado y consignación, y el hecho de que sobreviviera por 5 años, es prueba de que mantuvo sus condiciones físicas y conductuales hasta un cierto grado. Aquí es donde usted probablemente escuchó el término "Troquelado" que se refiere a un ave rapaz que durante su proceso de IMPREGNACIÓN o IMPRINTING, como pichón, se grabó la imagen humana como la de su otro igual, y no "que piensan que su dueño es su madre" como usted mencionó, al referirse a esta palabra "En la jerga de los cetreros".
De nuevo le recuerdo la definición de cetrería como el arte de CAZAR presas silvestres y en estado de libertad con la ayuda de un ave rapaz entrenada, al releer el párrafo donde usted menciona:
" “¡Ekran!”, grita Julio por cuarta vez. El ave, un poco más dócil, vuela en picada. Se equivoca de objetivo al aterrizar y posa sus garras sobre el hombro del fotoperiodista, quien luego dirá que lejos de resultar lastimado sintió como si el ave hubiese querido ser cuidadosa porque se sujetó con la delicadeza de un perico. De premio, Julio le ofrece pollo. “Esto es cetrería”, dice." cosa que yo no le he dicho, pues usted estaba resguardada bajo la sobra de aquel mango frondoso, y sólo su fotógrafo se encontraba cerca, bajo el fuerte sol del mediodía.
En este blog de su sevidor, se trata de difundir por un medio electrónico los resultados de nuestro trabajo y esfuerzo diario, y de ir dando a conocer cuestiones que son nuevas en nuestra cultura y sociedad, resolviendo problemas ambientales que se encuentran desatendidos, pero también como voz ante estas declaraciones que, repito, no contribuyen positivamente a unificar esfuerzos en pro de la conservación de la naturaleza.
Finalmente, me parece que su labor investigativa, es decir, averiguar todas las posibles fuentes de información para después poder comparar, se queda muy corta en todos los aspectos, por lo que para reforzar mis declaraciones le dejo el enlace siguiente http://www.revistafauna.com.pe/memo/516-522.pdf que apoya técnica y profesionalmente mi posición.
Espero con estas palabras aclarar lo que parece oscuro o incompleto, y reorientar todas las acciones de conservación a nivel nacional, hacia el mismo fin, através de un trabajo coordinado y apoyado en los lineamientos que se han establecido en largas horas de trabajo. Queda abierta la invitación para opiniones de todos los interesados, al mismo tiempo que para conocer mas sobre el Centro de Interpretación Ambiental y Cetrería Los Azacuanes, que pronto mantendrá una exposición permanente en nuestra ciudad capital de San Salvador.
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Tomado con autorización de Julio E. Pérez, M.V.Z. del Blog Azacuanes
Nota original de Rossy Tejada en Septimo Sentido de La Prensa Gráfica