sábado, 11 de diciembre de 2010

Carta al pintor Antonio Bonilla

Bonilla:

¡Otra vez me dejaste pasmado! ¡Que desfile de humor, seriedad, genio, rebeldía y amor en esta tu exposición en el parque Cuscatlán!

Anoche, en la inauguración, la Sala Nacional estaba repleta. Estuvo toda la crema y nata del circo cultural - y toda la fauna que siempre la rodea...

Pero yo escribo esta carta en el MAS! para provocar que los que nunca van a exposiciones, los que les valen riata la bellas artes, vayan a ver ESTA exposición. Aunque sea una sola vez en su vida que vayan a entrar a la Sala Nacional de Arte, ¡que vayan a ver las imágenes fantásticas, provocadoras, agresivas, y llenas de vida y amor de Antonio Bonilla que es un hijueputa irreverente, bolo, genial y... gente.

Bonilla, yo me recuerdo cuando por primera vez nos trajiste un gigantesco cuadro de alguien que muestra al mundo su culo pelado: “Quiero que este cuadro esté en La Ventana, para que lo puede ver la mara antes de que desaparezca en la casa de un coleccionista...”

Todo el mundo nos dijo: No pueden poner este cuadro, muy feo, muy agresivo, muy ofensivo. ¿Cómo va a estar este cuadro donde la gente viene a comer?

Claro que lo pusimos. Y nadie se molestó. Nadie se indigestó. Paja lo de ‘feo’. Paja toda esta teoría que vos sos el pintor del ‘feismo’. Era un cuadro bello. Tu sabes pintar lo no-bello y te salen imágenes bellísimas. Tengo la fotos de un grupo de monjas almorzando felizmente debajo de otro cuadro tuyo de una mujer chulona.

Las imágenes tuyas las entiende la mara. Cualquiera de la calle, del mercado, del centro. Por eso digo a mis lectores del MAS!: Vayan a pasear al Parque Cuscatlán y se dan una vuelta por la Sala Nacional para ver a Bonilla. Van a ver arte que vale la pena...

Bonilla, te mando un gran abrazo,

Paolo Lüers

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