pocos veces hay debates en la Asamblea que valen la pena verlos en la tele. Pocas veces un diputado habla de corazón. Normalmente, cuando alguien lo hace, le sale cursi.
Vos, Robertico, rompiste el molde, cuando pediste la palabra en el debate sobre la pena de muerte. Un discurso excepcional. Una cosa rara en nuestra Asamblea: un discurso honesto, sin cálculo de rédito político. Hablaban la conciencia, la razón y el corazón en contra de la víscera. Y en contra del oportunismo.
Tu alegato contra la pena de muerte es simple: “¡No hay que buscar venganza, sino justicia!”, desde la experiencia personal de haber perdido a un hermano a la locura de la violencia.
Cuando vi el debate en la tele, y uno tras otro arenero se unió a la posición de GANA de pedir la pena de muerte, yo pensé: “Si ARENA se rinde ante el populismo, el populismo ganó la batalla...”
En este momento pediste la palabra y me devolviste la esperanza. Hay quienes quieren detener al populismo barato de GANA y Will Salgado. Aunque en la calle pidan la pena de muerte y el regreso de la Guardia Nacional.
Gracias, Roberto. Tu discurso devolvió un poco de dignidad y decencia a la Asamblea.
Paolo Lüers
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