jueves, 4 de febrero de 2010

Carta a los pandilleros de San Martín y Soyapango

Señores:

Suchitoto es un pueblo con las puertas abiertas para los visitantes que buscan relajarse en la tranquilidad y belleza de este lugar mágico.

Relajarse, ¡pero nada de relajo! Las puertas de Suchitoto están abiertas para los turistas, para las familias de salvadoreños que vienen en excursión, para los amigos. No están abiertas para pandilleros que traen violencia y buscan sembrar odio.

No tengo idea quienes mataron a balazos a los 8 pandilleros en la poza El Pato en el cantón Milingo de Suchitoto. Pero sí está clara la moraleja de esta horrible historia: ¡Dejen en paz a Suchitoto!

Suchitoto ha sobrevivido la guerra. Unos, en la ciudad, el asedio de la guerrilla. Otros, en las comunidades rurales, la represión de la Guardia. La gente de Suchitoto ha vivido y aportado su cuota de violencia y muerte. No necesita y no tolera más.

Por esto, a diferencia de sus vecinos San Martín y Aguilares, el municipio de Suchitoto no ha producido pandillas. No ofrece condiciones para que existan. Y no está dispuesto a permitir que lleguen de otras partes para destruir la paz de este lugar que ha sido símbolo de la guerra y del amor a la vida.

A pesar de este martes sangriento, las puertas de Suchitoto quedarán abiertas. Pero que nadie se equivoque: ¡sólo para los amigos! La gente de Suchi es pacífica, pero no es pendeja. Si no, pregunten a los ex-guardias o los ex-guerrilleros que han lidiado con la gente de Milingo, Copapayo, Aguacayo y la ciudad de Suchitoto durante la guerra...

Adiós, Paolo Lüers

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