No es mi culpa, es la verdad, a mí todo me sale bien. Desde que comencé a trabajar en mi empresa me salen bien las cosas. Un día sin más me dijeron que iba a ser el candidato a la presidencia de la República del partido de la derecha. El asunto es que parecía que iba a tener mucha competencia porque la derecha después de gobernar por casi 15 años estaba muy debilitada. Los pronósticos favorecían a la izquierda, pero de pronto eligieron y en vez del Alcalde de Santa Tecla que podía ser un rival difícil, pusieron al líder histórico del partido comunista. Era fácil que él diera miedo, tenía fama de bravo y de intransigente, solo había que dar un poco de mecha para que la gente tuviera desconfianza. Todo me salió bien.
La campaña fue dura, pero mi postura populista y de una nueva derecha dio resultado. Me eligieron Presidente de la República, todo me salía bien, porque mi margen de victoria fue muy grande, la gente me apoya, la gente me quiere, así fui su presidente.
Los primeros años de gobierno fueron fáciles, mi postura centrista y populista me permitía que fuera el presidente con mayor popularidad, la gente me quiere. Todo me sale bien. El partido de oposición, se volvía cada vez más irracional y eso me permitía poder echarle la culpa de todo lo que no funcionaba, y cada vez se volvía más irracional. Todo me sale bien. Hasta uno de los compañeros de los izquierdistas aceptó reunirse permanentemente conmigo, así negociamos las huelgas del seguro social o las huelgas de transportistas. Al final de cuentas él estaba contento y a mí me salieron bien las cosas.
Mi popularidad siguió por los cielos a pesar que había constantes denuncias sobre supuestos hechos de corrupción. Nunca nadie ha podido probar nada, es que a mí todo me sale bien. Y mientras los izquierdistas vociferaban más fácil pasaban desapercibidas las verdaderas acusaciones. En un momento hasta acusaron a un miembro del COENA de andar regalando tierras a su tío, en un panfleto de internet, nadie les hizo caso.
Eso sí, habían unos cuantos ministros y secretarios que eran muy incómodos, al final de cuentas logré que se fueran, no los tuve que echar, ellos solitos decidieron irse, ¡qué bien! ¡Cómo es posible que intentaran hacer sombra al Presidente! Al final de cuentas lo importante es que Hacienda, Secretaría Técnica, Economía, Medio Ambiente y otras tantas quedaron en manos amigas.
A la hora de pensar en mi reemplazo, todos hablaron que tenía que haber cambios en mi partido. Los empresarios se aliaron, la vicepresidenta se fue con ellos, todos conspiraron y bueno, tuve que perder mi primera carta, mi ministro favorito. Pero siempre teníamos otra alternativa, uno de los fieles. Nadie lo quería, todos los ex se aliaron en mi contra, pero como a mí todo me sale bien, al final fue electo como el candidato del partido. A mi candidato a vicepresidente tampoco lo querían, pero como a mí todo me sale bien, también lo tuvieron que aceptar. Al final de cuentas todos tendrán que cerrar filas para apoyar a los míos.
Tuvimos una primera elección donde lo importante era San Salvador, la carta ganadora, teníamos que ganar a toda costa y apostando ahí podíamos recobrar los ánimos de nuestro partido y lo hicimos, ganamos. Hasta logré que el candidato contrario desconociera a la Alcaldesa y la maltratara, mirá que esperaba un poquito más de solidaridad del candidato del cambio, pero hasta eso me salió bien.
Luego de eso logré que los otros partiditos se fueran para su casita y todos me apoyaran, y es que es fácil, el monstro de los izquierdistas todavía asusta demasiado, siguen haciendo grandes esfuerzos para no ganar. Todo me sigue saliendo bien.
Ahora este 15 de marzo necesito que me ayudés a que todo me siga saliendo bien, falta poco y soy perfecto.
Un abrazo,
Su Presidente.