"A Venezuela lo único que le queda en los próximos años es una gran violencia y una gran guerra", dijo. "Los resultados de hoy lo demuestran, somos casi mitad y mitad. Y ellos [el Gobierno] no van a negociar, porque no creen en la economía de mercado, sólo creen en el ChÉ Guevara. Yo no puedo verme con la mitad de mi familia o con la mitad de mi familia. Nosotros somos un país que nos odiamos los unos a los otros", consideró tras analizar los resultados electorales.
Según Hernández, hay dos factores que contribuyeron al triunfo del Gobierno en este referéndum. "Hugo Chávez no es un líder normal, es un líder mesiánico, carismático, y él sigue manteniendo esa conexión con el pueblo venezolano, independientemente de que sus resultados reales no coincidan con las expectativas esperadas", explicó. "Después de Perón y Torrijos, Chávez es un fenómeno que pocas veces se ve".
"En segundo lugar", sostuvo "estas han sido una elecciones absolutamente tramposas. El Estado ha usado todos sus trampas, ha perseguido a todo el mundo. En Europa se recrimina cómo aquí obligan a todos los empleados a marchar. Si eso lo unes al hecho mesiánico, tienes la explicación de por qué esta sociedad ha terminado por votar por un hombre que quiere gobernar hasta el año 2021 y ahora más allá".
Con la aprobación de su enmienda, Chávez ahora caería en los predios de otros "hombres fuertes" de Latinoamérica, algo que es reflejado en la literatura de García Márquez o Isabel Allende, explica Hernández. "América Latina es un gran productor de seres humanos que se enamoran de sí mismos y enamoran a los pueblos", dijo. "Chávez ya no tiene regreso, él está convencido de que él es el único que puede gobernar a su país, como lo hace Fidel Castro. Entonces, Chávez ha logrado anclarse en el inconsciente colectivo, al mejor estilo de Jung".
En estas condiciones, el sociólogo cree que la oposición es un fiel reflejo de la sociedad venezolana: desconectada sin remedio. "La única posibilidad que existiera una oposición es que realmente existiera un proyecto de centro izquierda seria", opinó. "Y eso es muy difícil en un país rentista acostumbrado a depender del Estado. Sí se está creando un proyecto político que está preparado para enfrentarse al autoritarismo del siglo XXI, pero no sé cuándo se podrá enfrentar a ese autoritarismo.
"Mientras un país esté discutiendo sobre un hombre, y no sobre un proyecto político, mientras la definición de un país sea la cercanía o no de un hombre, así no se puede construir un proyecto de país", continúa. "Ahora el Presidente meterá más reformas, habrá más represión y nadie lo frena. Él va a ser un líder construido por cinco países: él, Ahmadinejad de Irán, Putin de Rusia, quien es su gran protector, la Bolivia de Evo, que es lamentable por la esperanza que tenía Evo, y el sandinismo renaciente de Nicaragua. A Chávez no le interesa ser presidente de Venezuela, a él le interesa ser presidente del mundo", opinó.
(El Nacional, Caracas; publicado a las 22:59 horas del domingo del referéndum)