martes, 29 de enero de 2008

Diesel de Venezuela ¿por qué no?

El Diesel de Venezuela, ha generado nuevamente escándalo político. La verdad es que no entiendo el porqué, los usuarios tienen la opción de tener diesel $0.30 más barato. Lo cual está bien, podría estar mejor. El resto de compañías han tenido que bajar un poco los precios por la absurda diferencia de precios, así que eso nos ayuda y mejora nuestra situación financiera. Y todo hecho dentro de las leyes del mercado y el liberalismo. Hay ahora un producto barato que está haciendo que los precios bajen. Entonces ¿por qué es que las compañías petroleras comienzan a hablar de regulación de precios, de intervención del estado?, si cuando solo eran ellas, el mercado debía regular.

Ciertamente el petróleo Venezolano (el diesel), tiene un fuerte componente político por que el precio al que lo venden tiene que estar subsidiado, o por lo menos no debe de haber una ganancia tan grande como la de las petroleras comerciales que operan en El Salvador (Shell, Esso y Texaco). Esto es un favor político a los amigos de Hugo Chávez, que tienen meses, hasta años, de estar diciendo que el siguiente mes venía la gasolina barata, al fin lo lograron. No es de extrañar que la mayoría del diesel venezolano se venda en Soyapango. Pero, ¿por qué solo el petróleo venezolano es político?, ¿por qué solo los amigos de Chávez son políticos?, ¿por qué es una distorsión del mercado cuando el precio es hacia la baja?, será porque está afectando los intereses del gran capital y en este caso ni siquiera la argollita nacional.

El resto del petróleo que consumimos viene de Arabia Saudí, Irán, Irak, Libia, etc. Ninguno de estos son un ejemplo de democracia, ni de libertades, así que cual es la diferencia con Chávez, ¿que este no es la opción de las grandes compañías?, ¿que es anti-sistema y anti-Estados Unidos?, bueno, no me parece tan mal y no me parece justificación suficiente para impedir que nos de diesel barato. No me parece justificación para que las grandes petroleras sigan obteniendo grandes ganancias.

Este diesel, habría que preguntarse si es de igual calidad que el que normalmente compramos en El Salvador, debería de estar auditado, así como la misma auditoria debería de pasar a las compañías distribuidores tradicionales. Deberíamos tener cuentas claras y transparencia. También hay que considerar si esta operación la podrán seguir manteniendo, ya que durante meses, y casi años, han estado ofreciendo petróleo venezolano barato y es hasta ahora que traen diesel, para sus amigos buceros, y solo para Soyapango y alrededores. ¿Podrán mantenerlo?

Esto último nos lleva realmente al asunto más importante de todos, no es un poco contradictorio que en vez de tratar de fomentar la inversión en combustibles alternativos, sigamos subsidiando nuestra dependencia al petróleo. Y es que si de verdad esto fuera una política de izquierda real, no solo de camisas rojas, la inversión no sería falsa, escasa y de subsidio a un virus que nos afecta, sino sería radical, distinta y provocadora, como los combustibles alternativos, ahí si estamos hablando de una propuesta radical de izquierda, profunda y revolucionaria, no parchecitos populistas. Y es que no me importan de donde venga el petróleo, el de Venezuela por lo menos es barato, pero no podemos seguir con nuestra absurda dependencia, que parece más fuerte que la adicción al cigarro, comienza a llegar la hora de tomar mediadas reales y no para ayudar a nuestro amigos buceros, ni para ganar votos, ni para tener grandes ganancias, sino para ayudar a solventar los problemas del país.

En estos momentos se encuentra ya en funcionamiento la planta de biodiesel de la empresa SunEnergyCorp, deberíamos voltear esta empresa, y no al petróleo barato. Ciertamente una sola planta probablemente no sea la solución, pero es un comienzo en la dirección correcta. Un efecto positivo de los altos precios del combustibles, es la racionalización del consumo, muchos me argumentas que esta curva no existe, que los combustibles siempre se van a seguir consumiendo y en grandes cantidades a pasear del precio que puedan tener, pero esto tiene que tener un limite, si no fueron los tres dólares, serán cuatro, o serán cinco por galón los que harán tener una exigencia mayor por la racionalización del consumo. Y si en vez de tener un impuesto de $0.10 para financiar buses inservibles, contaminantes y asesinos, tenemos un impuesto de $1.00 para tener un sistema de transporte público funcional, e inversión en fuentes de combustibles alternativos, ahí estaré de acuerdo y comenzaremos a caminar en la dirección correcta.

Mientras tanto, las compañías petroleras, que se asustan por seis distribuidores con diesel de Venezuela, que se sigan asustando hasta que nos presenten números reales y creíbles. Cuando veamos que realmente sus márgenes de ganancia son muy estrechos y realmente no pueden competir, entonces será la hora de tomar medidas, cuando sean sinceros. Mientras tanto, se pueden seguir asustados.