martes, 30 de octubre de 2007

OTRAS OPINIONES: CARTAS Y ARTICULOS

Sr.Rodrigo Samayoa Valiente,
su articulo acerca del aumento de temperatura fue excelente, pero ud omitio algo importante que esta sucediendo en El Salvador. Yo me refiero a las construcciones de produccion de energia electrica a base de carbon. En los EEUU ultimamente se han cerrado porque este tipo de formacion de energia emite una gran cantidad de CO2 que es el origen del problema actual ( cambio climatico). otro problema que tiene esa area del departamento de La Union, el la contaminacion fecal de las aguas del Golfo de Fonseca. Se han encontrado bacterias colonicas en todo el Golfo hasta la playa El Tamarindo, y la situacion mas grave se encontraron E. coli ( bacterias colonicas) en los pozos de la mayoria de los residentes. Talvez por su ayuda esta area podria limpiar. Creo que todavia hay tiempo, aunque el trabajo sera duro. La contaminacion se extiende en la mayoria de lagos y lagunas, e incluso en el rio Lempa.

O. Delgado, concepciond17@earthlink.net

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Paolo:
Con el respeto que te mereces y todos aquellos que siguen tus pasos desde tus re-inicios en El Faro, difiero totalmente de tus planteamientos sobre la izquierda o sobre el FMLN.

Entiendo tu visión de país y tu deseo de una izquierda unida que, según para ti, desde hace mucho el FMLN ha perdido eso, el pluralismo que durante muchos años fue base para la lucha del pueblo. Pero precisamente en ese punto estoy en total desacuerdo, porque señalas de intolerante, de prepotente y a veces hasta de ignorante a un partido, cuando en realidad, la intolerancia está en otro lado.

Como dicen los oftalmólogos, la belleza de las cosas está en el ojo de quien las mira. Seguramente, señor dueño de la verdad, la intolerancia y la falta de apertura que señalas ausente, se encuentra ausente en tí mismo. Antes fue Villalobos, Facundo y hoy eres tú, pero a diferencia de ellos, tú no has ganado nada, es mas, pierdes lo poco que te quedaba de aquella lucha.

Sergio Raul Trujillo Hernández, seraul@hotmail.com

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Estimado Paolo:
Me gustó mucho tu columna de este día sobre la amnistía. Es justamente lo que yo pienso. Enhorabuena. Tu amigo,

David Escobar Galindo, davidescobargalindo@saltel.net

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He leído su ultimo articulo “Para enjuiciar al adversario, primero hay que vencerlo” y estoy totalmente de acuerdo con el, habiendo una parte en la que estoy plenamente convencido y por lo que se la he enviado a muchos compañeros militares, que es en la que si se pudo salir limpio de la guerra. Una cosa es ser combatiente y otra muy distinta es ser un criminal. Si bien es cierto que en los dos bandos hubo de las dos características, la gran mayoría combatió creyendo hacerlo por lo que mas le convenía al país. De nuevo lo felicito por sus análisis y artículos con una capacidad de percepción correcta de una realidad de país, aunque estoy seguro que sus críticos lo estarán acusando de muchas cosas feas.
Ricardo Canizales, ricardocanizales@cox.net

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Paolo:
Vengo leyendo tus columnas desde el Faro, razón de muchos para leerlo y casi siempre estoy de acuerdo contigo, lo que esto pueda significar, pero este articulo de hoy, me parece exacto, especialmente en dos principales dimensiones, la primera que solo los ganadores adquieren la capacidad de juzgar al derrotado, no se que necio pueda discutir esto; la segunda dimensión: es que todas estas voces demandantes solo son un juego de las oligarqía partidaria, con alto espitiru de busero que les caracteriza hoy.

Felicitaciones,
Roberto Avelar, roberto.avelar@ayssa.com

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Estimados columnistas del blog "siguiente pagina":
Antes que nada, me llamo Rigo Gálvez, y soy el fundador de un foro titulado "amigos guanacos" http://groups.yahoo.com/group/AmigosGuanacos/ y un blog con el mismo nombre. Originario de Ahuachapán, resido actualmente en el norte de California desde a mediados de la década de los setenta. Aunque en la actualidad no me dedico al periodismo, me interesan mucho los diferentes medios en el campo de las comunicaciones y multimedia.
El proposito principal de la presente, es para saludarlos y felicitarlos por la labor que han iniciado con este periódico virtual, cual conocí por medio de un articulo en la pagina del amigo Hunnapuh.
Después de haber leído varios de sus mensajes, me gusto la diversidad socio política que reflejan y representan. Me parece que es un sitio en donde se respeta la libertad de expresión y se fomenta el respeto de la misma.
Una vez mas, les deseo éxito y espero continuar leyéndolos. Que estén bien todos.
Atte., Rigo Galvez, rigo.galvez@gmail.com

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Hola Paolo,
tu columna sobre los juegos de Pekín y Berlin me llevó a escribir esto hoy:

http://www.filmica.com/jacintaescudos/archivos/006613.html

Un abrazo,

Jacinta Escudos, jescudos@gmail.com


Pekín 2008: ¿Y el Tibet?
de Jacinta Escudos

En los últimos meses hemos visto como literalmente casi todo el mundo se ha acercado a la China. Lo hacen con el signo de dólares brillando en sus ojos y frotándose las manos con avaricia. Se mira en la China a un monstruo con un potencial de comercio valioso para todo país que logre establecer con ellos relaciones fluidas.

Pero yo lo siento. A mí me dan desconfianza los chinos. Para comenzar, la reciente oleada de productos que han tenido que retirarse del mercado y que, como denominador común, tenían ingredientes o partes que estaban elaborados directamente en China. Desde pasta de dientes hasta juguetes, desde alimentos para perros y gatos hasta caramelos, todo viene contaminado con plomo o con otros ingredientes nocivos para la salud de humanos y animales. Esto habló mal no solamente de la falta de controles de calidad en aquel país, sino también en los países receptores de sus productos.

¿Tan rápido olvidamos Tiananmen? Todavía no se sabe el número exacto de muertos que hubo en aquella plaza en 1989, pero hay cálculos que hablan hasta de 10 mil personas. Quizás la verdad nunca se sabrá.

Luego, está la situación de Birmania. Se supone que China podría haber influenciado o tomado una postura para detener la represión contra los monjes budistas y la población civil que protestó masivamente ante el aumento de los combustibles, la cual fue solamente el detonante para que la sociedad birmana se alzara en protesta contra el régimen anti-democrático. ¿Qué por qué China influye tanto en Birmania? Las inversiones, las importaciones y el armamento que mantienen a flote al gobierno son chinos.

Por supuesto, los chinos no se pronunciaron al respecto. Y la verdad es que no me sorprende. Pero lo que sí me sorprende es que cuando se habla de China se nos está olvidando siempre algo que está ahí, como la basura más sucia haciendo bulto debajo de la alfombra: el Tíbet.
El Tíbet fue invadido por China en 1950 venciendo rápidamente al pequeño y débil ejército tibetano. Y las atrocidades que han cometido los chinos en aquel país desde entonces han sido sustancialmente documentadas. La represión se extendió sobre las costumbres, tradiciones y sobre todo sobre las creencias espirituales de los tibetanos.

Ahora, con esa manía de la corrección política, a todos parece habérseles olvidado “ese pequeño detalle”. Se habla de “la anexión” del Tíbet a la China, cuando lo que hubo (y sigue habiendo) fue/es una ocupación violenta sobre otro país. Y no es suceso que haya mejorado con los años. Los chinos siguen provocando a los tibetanos con mandatos tan estúpidos como ridículos, por ejemplo, aquel en que le prohibieron a S.S. el Dalai Lama volver a reencarnar. Ahora solamente el gobierno chino puede nombrar lama a alguien. Para más arrogancia, le han prohibido a todos fuera de China (el Tibet incluido) buscar y participar en el proceso de reconocimiento de un Buda reencarnado. Esta ley ha entrado en vigencia recién ahora en septiembre.

Tanto temor le tienen a los lamas que apresaron al Panchen Lama a los seis años, cuando fuera reconocido por el Dalai Lama, convirtiéndose así en el prisionero político más joven del mundo. Al día de hoy se desconoce su paradero. Donde quiera que se encuentre, debe tener ahora 18 años.

Puede ser que a los ateos y no budistas eso de Budas y reencarnaciones les valga un pepino. Pero se trata de la más profunda violación por parte de un gobierno a las creencias de todo un país que ha basado su cultura, su identidad, sus tradiciones y toda su existencia alrededor del budismo, al punto que el jefe de gobierno es el jefe espiritual, en este caso el Dalai Lama.
Un país que se las quiere dar de moderno y que pretende entrar a esta era “globalizada” (esa palabra me parece bastante obscena...), no puede mantener subyugado a un país independiente, pisotear todas sus creencias y torturar y encarcelar a todo el que se les oponga o a quien ellos consideren "enemigo".

Por todo esto es que los chinos me provocan desconfianza. No me refiero, por supuesto, al ciudadano común, sino a su gobierno. No creo en sus sonrisas cuando alegremente están contando los días para las próximas Olimpíadas de Pekín. No me alegra en lo más mínimo que el mundo acuda a China como si nada, jugando a la amnesia, haciéndonos el “aquí no pasa nada” cuando hay tantas cuentas pendientes.

Pensé en todo esto al leer la columna de Paolo Lüers en la que hace un tan acertado paralelo entre las Olimpíadas de Berlín de 1936 y las de Pekín en el 2008. En 1936, las naciones acudieron gozosas a los juegos que Adolfo Hitler utilizaría como su gran, pomposo y majestuoso show propagandístico. Así asistiremos a los de China.

No hay que mezclar los deportes con la política, pensará alguno. Que fue lo que se dijo cuando las Olimpíadas de Moscú en 1980. Pero qué barata es la humanidad que asistirá sonriente y jubilosa a unos juegos con tal de ganarse a un supuestamente poderoso socio comercial, que nos va a llenar de juguetes con plomo, de comida para animales, pasta de dientes y quien sabe cuántos otros productos alimenticios, medicinales y de aseo que serán tóxicos, de productos baratos y peligrosos para nuestra salud. Ese será el precio para hacernos de la vista gorda.
Qué barata es la dignidad hoy en día.
(http://www.filmica.com/jacintaescudos/archivos/006613.html)

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La continuación del conflicto por otros medios
Es a todas luces erróneo insinuar que sólo los antiguamente enfrentados y los firmantes de los acuerdos de paz. tienen derecho a exigir, y a luchar, cualesquiera que fuesen las bases de un prolífico razonamiento, como el hecho por Paulo Lüers, en su comentario, "Para enjuiciar al adversario, primero hay que vencerlo".

En el marco de los actuales índices de ineficacia policial, corrupción política e ineficacia judicial; transitando El Salvador por los linderos de una situación que funcionarios regionales de la ONU, califican como "Estado fallido", concluír que exigir la abolición de la ley de amnistía es un juego peligroso, es de una ligeresa demasiado audaz, y políticamente insostenible, sobre todo porque no se ha demostrado que la afirmación, de que la ley de amnistía es culpable de la impunidad que prevalece en nuestro país, sea una falsedad, y porque quienes exigen esa abolición, en modo alguno son ni parte de los antiguamente enfrentados con las armas, ni partes firmantes de los Acuerdos de Chapultepec. Simplemente son entidades civiles, hartos de la ineficacia de estos acuerdos. Ante tal ineficacia, estas entidades tienen todo el derecho del mundo a sospechar que el caos económico, político y social que se ha apoderado de El Salvador, tiene su origen en tanto criminal de guerra suelto por las calles haciendo de las suyas, y con gran influencia en la vida política y económica de la nación salvadoreña. Ahora bien, si a los antiguamente enfrentados, y firmantes de los acuerdos, afecta la sospecha que ha germinado en la sociedad civil, acerca de la culpabilidad de la ley de amnistía, pues mala suerte. A estos antiguos enfrentados, puede que no convenga hablar de esa abolición, empero eso no quiere decir que no convenga al resto de salvadoreños que suman millones.

Es que las ex partes enfrentadas y firmantes, no son los únicos sectores pensantes que conforman el conglomerado social salvadoreño, ni los únicos sujetos y objetos de derechos políticos, por lo tanto, tampoco son los únicos con derecho a proponer soluciones a la problemática salvadoreña.

Aparte de esas ex partes enfrentadas, existen millones de salvadoreños, y cientos de agrupaciones civiles que ante el trágico caos que se nos obliga a vivir, y ante la ineficacia de los acuerdos de paz, tienen todo el derecho de exigir orden en este país, comenzando por promover juicio a todo criminal de guerra en la impunidad. Y con mayor razón cuando no hay ninguna instancia estatal o autónoma, que se ocupe de llevar un seguimiento de las actividades a las que se dedican todos aquellos señalados por la Comisión de la Verdad como culpables; o es que los salvadoreños estamos obligados a creer que semejantes hechores se volvieron mansas palomas, inmediatamente después de los acuerdos?

El comprobado fenómeno sociológico, que la delincuencia e impunidad a nivel social es multiplicadamente proporcional a la delincuencia e impunidad de las esferas, política, gubernamental y estatal; el innegable hecho que lo que se vive en una etapa histórica es consecuencia de la etapa anterior; y la reiterada comprobación que en política como en historia, no existe el "borrón y cuenta nueva", da suficientes pautas para que cualquier salvadoreño honrado –con partido o sin partido, excombatiente o nó, pero necesitado de paz social y de restablecer el orden productivo de la nación, necesitado asimismo de erradicar la corrupción y la delincuencia en este país–, tenga derecho a sospechar de, incluso culpar a la ley de amnistía, hasta que no se demuestre lo contrario.

La ley de amnistía que se pensó, a condición que los señalados como responsables de crímenes de guerra aceptasen el ostracismo político, no fue capaz de impedir que estos señalados continúen activos, aunque menos visibles, en la vida política del país. Reparemos que resurgen desde los oscuros rincones donde se esconden los señalados por la Comisión de la Verdad, sobre todo en coyunturas electorales, voces amenazantes como venidas de ultratumba, capaces de influír en el natural curso de los acontecimientos electorales.

La razón está en que acuerdos de tal naturaleza, como los acuerdos de Chapultepec, no son otra cosa que la continuación del conflicto por otros medios, no armados, pacíficos y políticos, pero es imposible que signifiquen borrón y cuenta nueva, o perdón y olvido.

La afirmación de Lüers que para enjuciar al adversario hay que derrotarlo militarmente, es una verdad a medias. O es que no se ha dado cuenta Lüers, que en Chile y Argentina, ha bastado, en el marco de la sociedad civil, la derrota moral y política de genocidas, criminales y torturadores, para llevarlos ante los tribunales de justicia, y de los tribunales a la cárcel?

Los materialistas recalcitrantes nos contrargumentarán que esto no depende de la derrota moral de los criminales, sino de la correlación concreta de fuerzas políticas y militares en el terreno de los hechos. Justo, pero en la reconfiguración de una nueva correlación de fuerzas, en ausencia de enfrentamiento armado, la lucha en el terreno de la ética y la moral es determinante; y en El Salvador, la exigencia por la abolición de la ley de amnistía, precisamente es parte de la lucha en el terreno de la ética y la moral. O nos va decir Paulo Lüers que sólo los ex enfrentados y los firmantes tienen derecho a pensar, proponer y luchar políticamente en la vida nacional...? Nos irá a decir Lüers que los salvadoreños estamos condenados de por vida a ser rehenes de la guerra o la paz, o de la permanente polarización impuestas por el binomio ARENA – FMLN...?

Juan López C, zolot51@hotmail.com