Hoy, lunes 20 de agosto, en la mañana, fue evidente hay una terrible confusión de roles entre entrevistadores y candidatos. Disculpen, precandidatos. Bueno, pretendientes a precandidatos.
En Megavisión, Mauricio Funes, sostuvo un debate con Héctor Dada sobre la temática de la alianza de la izquierda y la necesidad de construir un programa de gobierno común antes de hablar de candidaturas. No se hablaba de candidaturas. Y no sólo porque Héctor Dada insiste que, antes de entrar en la discusión de nombres, hay que construir programa. Simplemente no se hablaba de candidaturas y de nombres, porque uno de los candidatos estaba sentado en el set de la entrevista. Y no era el invitado, sino el entrevistador.
Los que estaban discutiendo, eran dos protagonistas en esta nueva película Todos contra ARENA que estrena la izquierda: uno el doctor Héctor Dada, recién reelecto secretario general de Cambio Democrático y uno de los impulsores principales de la iniciativa de lanzar la discusión sobre la alianza amplia alrededor de la figura de Arturo Zablah, no de Mauricio Funes; y el otro, Mauricio Funes, quien hace pocos días era el único candidato de la izquierda, y a quien –así dicen- varios honorables de la izquierda, entre ellos probablemente Héctor Dada, están tratando de convencer que mejor se conforme con la alcaldía de San Salvador, dejando libre el camino a la creación de una alianza amplia, para la cual todo coinciden que él es obstáculo - o sea, dejando libre el camino a Arturo Zablah.
Sentar a esto dos personajes en una mesa a discutir públicamente, sin mencionar a los dos candidatos en discusión, mucho menos al presente, es una puesta en escena audaz. Debatir, entre estos dos personajes, los diferentes conceptos de alianza y cómo construirla, sin mencionar los dos nombres que representan a las dos concepciones opuestas en discusión, es un acto de acrobacia. Vale la pena verlo. Era excelente entertainment. Y de suspenso. Todo el mundo pendiente de quién de los dos va a meter la pata. ¿De repente el periodista va a hablar en primera persona? ¿O será el invitado quien de repente le habla directamente al candidato?
Héctor Dada, como siempre, salió del compromiso con elegancia. Contestando a las preguntas (más bien las tesis) de Mauricio Funes con ironía fina, con inagotable paciencia.
Para el espectador es obvio que no está viendo una entrevista, sino más bien un debate –de repente público- entre dos políticos involucrados hasta el cuello en la construcción de la estrategia de la izquierda. Pero de dos políticos que representan concepciones diferentes, programas diferentes, los cuales requieren candidatos diferentes. Lo que vimos, periodismo no es, pero es sumamente interesante: una especie de reality show político. Los dos manteniendo la forma. Quiere decir, haciéndose los majes cuando hablaban de candidaturas. Funes como si nada más fuera periodista y no un hombre que trata de salvar su precipitada candidatura. Dada, en el fondo explicando porqué hay que limpiar la mesa, olvidarse de la casi-candidatura de Funes, discutir el programa y luego unirse detrás de la figura de una alianza amplia, quiere decir detrás de Arturo Zablah – como si el hombre que tiene en frente no tuviera acciones que perder en todo esto. Magistral actuación de los dos.
Hasta que abrieron los teléfonos y un ciudadano dijo, sin tantas palabras: “Discutan lo que discutan, usted es nuestro candidato, Mauricio.” Y este, como para no quemarse, le pasa la papa caliente a su invitado. El doctor Dada, con su usual elegancia irónica: “Bueno, esto más bien es con vos, Mauricio.”
Lo más increíble de este reality show: la competencia no se duerme. Como Televisa siempre tiene una respuesta, o una copia, a cualquier ataque de Azteca, TCS tiene a la misma hora a Jorge Hernández debatiendo con Arturo Zablah. Concientemente no digo entrevistando, porque también en este canal no es entrevista. Más bien parece una reunión informal entre dos personajes que, aunque uno dice que es periodista y el otro dice que es ciudadano empresario, son políticos. En TCS debatió uno que quiere ser candidato de ARENA con uno que quiere ser candidato de una alianza amplia contra ARENA. Hasta hoy en la mañana pensaba que era un rumor infundado que el grupo continuista en Casa Presidencial, en caso que tenga que abandonar la candidatura de un ministro con el cual no puede ganar, tiene en su lista corta de sustitutos a Jorge Hernández. Hoy Jorge me convenció que es cierto: Así no habla un entrevistador, así no habla un periodista, así como Jorge habló a Arturo, habla alguien que se ve como candidato.
Igual que en Megavisión, el claro ganador es el invitado. Jorge Hernández, igual a Mauricio Funes, tenso, sin consistencia, inseguro. Arturo Zablah, igual a Héctor Dada, tranquilo, seguro, elegante. Los dos entrevistadores -los otros dos candidatos-, en defensiva.
Que mañana más memorable: Arturo Zablah y Héctor Dada, dos personajes de la oposición que quieren construir una alianza de las izquierdas, y que ambos saben que el hombre para construirla y liderarla no se llama Mauricio Funes sino Arturo Zablah, comienzan a desmontar -por lo menos a debilitar y poner en defensiva- a dos obstáculos: a Mauricio Funes, el otro candidato de la izquierda y exponente de un concepto diferente de alianza; y a un adversario desde la derecha quien, sea como entrevistador y jefe de noticieros de TCS o incluso como candidato de ARENA, siempre enfrentaría a la alianza.
Felicidades. Dos claras victorias a puntos. O, para quedar en la imagen de reality show: Algunos candidatos tendrán que salir pronto de la competencia.
En Megavisión, Mauricio Funes, sostuvo un debate con Héctor Dada sobre la temática de la alianza de la izquierda y la necesidad de construir un programa de gobierno común antes de hablar de candidaturas. No se hablaba de candidaturas. Y no sólo porque Héctor Dada insiste que, antes de entrar en la discusión de nombres, hay que construir programa. Simplemente no se hablaba de candidaturas y de nombres, porque uno de los candidatos estaba sentado en el set de la entrevista. Y no era el invitado, sino el entrevistador.
Los que estaban discutiendo, eran dos protagonistas en esta nueva película Todos contra ARENA que estrena la izquierda: uno el doctor Héctor Dada, recién reelecto secretario general de Cambio Democrático y uno de los impulsores principales de la iniciativa de lanzar la discusión sobre la alianza amplia alrededor de la figura de Arturo Zablah, no de Mauricio Funes; y el otro, Mauricio Funes, quien hace pocos días era el único candidato de la izquierda, y a quien –así dicen- varios honorables de la izquierda, entre ellos probablemente Héctor Dada, están tratando de convencer que mejor se conforme con la alcaldía de San Salvador, dejando libre el camino a la creación de una alianza amplia, para la cual todo coinciden que él es obstáculo - o sea, dejando libre el camino a Arturo Zablah.
Sentar a esto dos personajes en una mesa a discutir públicamente, sin mencionar a los dos candidatos en discusión, mucho menos al presente, es una puesta en escena audaz. Debatir, entre estos dos personajes, los diferentes conceptos de alianza y cómo construirla, sin mencionar los dos nombres que representan a las dos concepciones opuestas en discusión, es un acto de acrobacia. Vale la pena verlo. Era excelente entertainment. Y de suspenso. Todo el mundo pendiente de quién de los dos va a meter la pata. ¿De repente el periodista va a hablar en primera persona? ¿O será el invitado quien de repente le habla directamente al candidato?
Héctor Dada, como siempre, salió del compromiso con elegancia. Contestando a las preguntas (más bien las tesis) de Mauricio Funes con ironía fina, con inagotable paciencia.
Para el espectador es obvio que no está viendo una entrevista, sino más bien un debate –de repente público- entre dos políticos involucrados hasta el cuello en la construcción de la estrategia de la izquierda. Pero de dos políticos que representan concepciones diferentes, programas diferentes, los cuales requieren candidatos diferentes. Lo que vimos, periodismo no es, pero es sumamente interesante: una especie de reality show político. Los dos manteniendo la forma. Quiere decir, haciéndose los majes cuando hablaban de candidaturas. Funes como si nada más fuera periodista y no un hombre que trata de salvar su precipitada candidatura. Dada, en el fondo explicando porqué hay que limpiar la mesa, olvidarse de la casi-candidatura de Funes, discutir el programa y luego unirse detrás de la figura de una alianza amplia, quiere decir detrás de Arturo Zablah – como si el hombre que tiene en frente no tuviera acciones que perder en todo esto. Magistral actuación de los dos.
Hasta que abrieron los teléfonos y un ciudadano dijo, sin tantas palabras: “Discutan lo que discutan, usted es nuestro candidato, Mauricio.” Y este, como para no quemarse, le pasa la papa caliente a su invitado. El doctor Dada, con su usual elegancia irónica: “Bueno, esto más bien es con vos, Mauricio.”
Lo más increíble de este reality show: la competencia no se duerme. Como Televisa siempre tiene una respuesta, o una copia, a cualquier ataque de Azteca, TCS tiene a la misma hora a Jorge Hernández debatiendo con Arturo Zablah. Concientemente no digo entrevistando, porque también en este canal no es entrevista. Más bien parece una reunión informal entre dos personajes que, aunque uno dice que es periodista y el otro dice que es ciudadano empresario, son políticos. En TCS debatió uno que quiere ser candidato de ARENA con uno que quiere ser candidato de una alianza amplia contra ARENA. Hasta hoy en la mañana pensaba que era un rumor infundado que el grupo continuista en Casa Presidencial, en caso que tenga que abandonar la candidatura de un ministro con el cual no puede ganar, tiene en su lista corta de sustitutos a Jorge Hernández. Hoy Jorge me convenció que es cierto: Así no habla un entrevistador, así no habla un periodista, así como Jorge habló a Arturo, habla alguien que se ve como candidato.
Igual que en Megavisión, el claro ganador es el invitado. Jorge Hernández, igual a Mauricio Funes, tenso, sin consistencia, inseguro. Arturo Zablah, igual a Héctor Dada, tranquilo, seguro, elegante. Los dos entrevistadores -los otros dos candidatos-, en defensiva.
Que mañana más memorable: Arturo Zablah y Héctor Dada, dos personajes de la oposición que quieren construir una alianza de las izquierdas, y que ambos saben que el hombre para construirla y liderarla no se llama Mauricio Funes sino Arturo Zablah, comienzan a desmontar -por lo menos a debilitar y poner en defensiva- a dos obstáculos: a Mauricio Funes, el otro candidato de la izquierda y exponente de un concepto diferente de alianza; y a un adversario desde la derecha quien, sea como entrevistador y jefe de noticieros de TCS o incluso como candidato de ARENA, siempre enfrentaría a la alianza.
Felicidades. Dos claras victorias a puntos. O, para quedar en la imagen de reality show: Algunos candidatos tendrán que salir pronto de la competencia.