viernes, 15 de noviembre de 2024

Carta a quienes quieren huir de X: No se rindan tan rápido. De Paolo Luers (+ capítulo 10 del libro 'Doble Cara')

 

"X sigue siendo el espacio, el único. A pesar de Elon Musk y su acercamiento a Trump, en cuyo gobierno tendrá un papel central y tóxico. A pesar de la presencia, posiblemente favorecida por el algoritmo modificado desde que Musk tomócontrol de Twitter, de tantos contenidos de desinformación. Elon Musk no ha podido destruir Twitter. Lo ha modificado, pero no ha podido erradicar lo que era la esencia de Twitter: el intercambio ágil de noticias y opiniones; las ganas de debatir y polemizar; el sentido del humor."

El audio en la voz del autor: X.mp3


    Publicado en MAS!  EL DIARIO DE HOY, sábado 16 noviembre 2024

Varias personas y empresas, incluso medios de comunicación, que durante años publicaron en Twitter y lo convirtieron en el espacio de intercambio de noticias y opiniones principal del mundo, están huyendo de X - y de Elon Musk. El prestigioso periódico británico The Guardian publicó su carta de despedida a la plataforma, y explicó el porqué: “X es una plataforma mediática tóxica y su dueño, Elon Musk, está usando su influencia para manipular el discurso político.” Por esto, el Guardian se retira de X.


Es un error. Muestra ‘corrección política’, pero es una política equivocada. 

 

Luego de la campaña electoral en Estados Unidos, en la cual Musk jugó un papel primordial en apoyo a Donald Trump, sus peores teorías de conspiración y sus discursos más divisivos, no hay duda que esta afirmación del Guardian es cierta. Musk es tóxico y contamina a la plataforma X. La que no creo cierta es la otra afirmación del periódico: “Los beneficios de estar en X ahora se encuentran sobrepasados por los efectos negativos y nuestro periodismo puede promocionarse mejor en otros espacios.”  

 

Lo dudo. ¿En qué espacios? A veces, viendo la basura flotando en X, también tengo ganas de salirme. No lo hago, porque no hay una alternativa real. 

 

Se ofrecen varias plataformas alternativas: Threads -parte del imperio Meta-Facebook de Mark Zuckerberg- es la más grande, con 275 millones de usuarios. No parece tan enano en comparación a los 611 millones de X. Pero es enano en cuanto al su poder de comunicación. Threads es un chiste, un enano sin dientes. Es cierto, en esta plataforma uno encuentra notablemente menos basura, menos ataques personales, menos mensajes de amenaza que en X – pero también mucho menos información, menos opiniones relevantes, menos debate. Es aburrido. No es una alternativa para informarse, ni mucho menos para ser partícipe de debates. Además, ¿por qué huir de Elon Musk para quedarse con otro oligarca de Silicon Valley, Zuckerberg? Este hombre ha creado Facebook e Instagram, dos plataformas ahora inundadas de publicidad y convertidas en minas de información – pero para la industria publicitaria, no para los usuarios. Yo tengo una cuenta en Threads, publico en ella desde hace un año, pero sin encontrar eco, sin lograr abrir debates. No es una alternativa a Twitter/X. Nadie puede meterse en Threads y esperar informarse de lo que está pasando en el mundo – o esperar abrir un intercambio de ideas.


ELON MUSK en la carrera final de la campaña de Trump

X sigue siendo el espacio, el único. A pesar de Elon Musk y su acercamiento a Trump, en cuyo gobierno tendrá un papel central y tóxico. A pesar de la presencia, posiblemente favorecida por el algoritmo modificado desde que Musk tomócontrol de Twitter, de tantos contenidos de desinformación. Elon Musk no ha podido destruir Twitter. Lo ha modificado, pero no ha podido erradicar lo que era la esencia de Twitter: el intercambio ágil de noticias y opiniones; las ganas de debatir y polemizar; el sentido del humor. Hay mucha desinformación, pero ¿adónde no la hay en este tiempo de la postverdad? Y todavía hay en X mucho más información que desinformación. Hay insulto, pero también hay debate, humor, prosa creativa. Más que en cualquier otra red social. 

 

No me digan que TikTok se una alternativa. Si en X flota basura, en TikTok es un océano de basura, no sólo de desinformación, sino sobre todo de tonterías. En este mar de pendejadas y exhibicionismo cualquier mensaje serio se pierde.

 

Me quedo en X. Tampoco me salgo de mi súper, sólo porque vende cosa que me dan asco. Tampoco retiro mi libro de Amazon, sólo porque ahí también publican libros asquerosos. Así es en cualquier librería. Me niego a dejarme quitar espacios que durante años han sido míos. Que coma chucho Elon Musk, me quedo y sigo jodiendo en lo que él piensa que es su jardín. No lo es. Es nuestro. De todos.

Háganlo igual, amigos. No se corran de la cocina sólo porque hay humo. Saludos, 



* * *

El libro Doble Cara ahora está agotado en las librerías de la  UCA, en el campus y en Cascadas/Soho. Pero será disponible en breve. También lo pueden pedir Amazon.com, o desde México en amazon.com.mx

Ahora puede leer el libro, en tres entregas cada semana, en este blog. Disfrútenlo.




Capítulo 10: Lucas 

(1982)


Estoy otra vez en Morazán, esta vez no para una visita tan rápida como el viaje a El Mozote, luego de la masacre de diciembre 1981. Mucho ha cambiado. Hay más campamentos en toda la zona al norte del Torola, la escuela militar está llena de nuevos combatientes, los compas ahora andan bien armados y tienen uniformes.

Regreso a El Mozote. Sigue siendo un lugar desolado, sin gente. Al pueblo de Arambala comienzan a regresar alguna gente, pero El Mozote sigue siendo un cementerio. Ahora hay un campamento en las afueras de El Mozote, cosa que nunca existió antes de la masacre. En este campamento me encuentro con Lucas, el combatiente gringo. Ya lo había visto en viajes anteriores, pero es hasta ahora que, por primera vez, hablamos y nos hacemos amigos. Lucas tiene como dos años más que yo, lo que nos convierte en los viejos entre tantos muchachos. Me cuenta que su nombre es Joe Sanderson y que es de un pueblo en Illinois. Pasamos horas sentados debajo de un palo, fumando, tomando café y contándonos nuestras vidas. Él ha viajado por todo el mundo, incluyendo Vietnam, y en este peregrinaje llegó a El Salvador, en 1979, sólo para verse en medio de un desmadre de manifestaciones, primeras acciones de guerrilla urbana, conspiraciones en la UES... El globetrotter hippie se vio arrastrado por una corriente de insurrección y aquí está, en Morazán, convertido en guerrillero, francotirador, instructor de tiro, fotógrafo. Pero encima de todo esto, Lucas es —o se siente— escritor. Pasa horas llenando cuaderno tras cuaderno con a saber qué. Salió de su casa en Illinois para andar por Asia, África y América Latina para en algún momento sentarse a escribir su novela. Me imagino que sueña con una versión nueva de “On the Road” de Jack Kerouac. Hablamos de este libro un montón. A mí me marcó igual que a él. Entiendo su concepto de vivir intensamente para poder escribir, yo salí de la Universidad con la misma idea, aunque luego, en el trabajo en la fábrica, en el sindicato y luego en El Salvador la cosa cambió: Me veo metido en un proceso político y escribo para promoverlo...



Los papeles de 'Lucas', Juoe Sanderson, que luego de la guerra
hicimos llegar a su familia en Illinois.
Su historia de vida está contada
en "Entry into the soul of a wanderer", de 
Hector Tobar,
reproducida en Siguiente Pagina

'Lucas', Joe Sanderson. 
Campamento en las afueras de El Mozote.
Foto: Paolo Luers, 1982


Lucas es un fumador que no puede vivir sin cigarros. Peor que yo. Un día nos quedamos los dos sin cigarros. Estamos en un campamento cerca de Joateca. Lucas dice que conoce una casa cercana, donde a veces venden cigarros. No tenemos permiso de salir del campamento, pero como según Lucas queda cerca, nos aventuramos. No tienen cigarros. Lucas se niega a regresar con las manos vacías. Vamos en dirección de Joateca. “Lucas, esta es una locura. No podemos ir a Joateca...” 

“No hay soldados ni guardias en Joateca. No te preocupés.” 

“Pero está lleno de adversarios y orejas.” 

“No vamos hasta Joateca, aquí no más hay un lugar que se llama Mazala, donde hay una tienda. Hasta Coca podemos tomar ahí. Son colaboradores nuestros.” 

Lucas ya habla como los campesinos de Morazán: “Aquí nomasito...”, aun cuando a veces faltan horas de camino...

Llegamos a Mazala, un caserío sobre la carretera Arambala-Joateca. Entramos a la tienda, compramos cigarros, y nos invitan a tomar café. Mientras estamos tirados en las hamacas fumando y tomando café, llega un niño y dice: “¡Vienen los cuilios!” La muchacha de la tienda nos mete detrás de una cortina en un rincón, que es el dormitorio de la familia. “Quietos, si los detectan, nos matan a todos...”

Al fin no pasa nada. Los soldados se van. “Se fueron dirección Joateca. Ya pueden salir.” Esperamos un rato y agarramos camino. Cuando llegamos al campamento, nadie se había dado cuenta que estuvimos ausentes por 3 horas. Pensaron que fuimos a bañarnos en una quebrada cercana. 

“A nosotros nos ven como locos, no les importa,” dice Lucas. 

 

Luego, ya de regreso en el campamento de la radio, Jonás da órdenes de darme un arma. Me toca una carabina M2. “Pero que Lucas te enseñe como limpiar, armar y dispararlo.” Yo, al salir del bachillerato, decidí hacer uso del derecho constitucional que permite a los alemanes rechazar por razones de conciencia el servicio militar. Y aquí estoy, en El Salvador, recibiendo entrenamiento militar en una zona de guerra... 

 

Cuatro meses más tarde, recibo la noticia de la muerte de Lucas, en un combate en Poza Honda. Un compa me cuenta: “Si sólo hubiera actuado de francotirador, nada le hubiera pasado al gringo loco. Pero se le ocurrió querer hacer fotos. Al medio pararse para enfocar su cámara, le cae un balazo en la cabeza.” Me doy por advertido...

Enterraron a Lucas ahí mismo donde murió, en Pozo Honda, muy cerca de donde en diciembre habían enterrado a docenas de niños y mujeres, víctimas de la masacre en la zona de El Mozote.



En la siguiente entrega, sábado 16 de noviembre:

Capítulo 11: Capítulo 11: La toma de Yoloaiquín (1982)