lunes, 16 de septiembre de 2019

Carta a los héroes civiles. De Paolo Luers

El desfile del 15 de septiembre, si realmente se tratara de representar una “Nación de Héroes”, lo deberían encabezar las enfermeras del Rosales, de Zacamil y los médicos del Seguro Social, seguidos por los veteranos y lisiados de guerra, tanto de las files del Ejército como de la insurgencia, seguidos por los líderes comunales de los barrios, quienes mantienen viva la lucha por una convivencia pacífica.


Publicado en MAS! y EL DIARIO DE HOY, 17 septiembre 2019


Estimados médicos, profesores, bomberos, enfermeras, trabajadoras sociales, pastores, curas, trabajadores de FOVIAL y ANDA:
Es entre ustedes que hay que buscar a los verdaderos héroes. Yo los encontré entre las enfermeras y los médicos que me tocaron en el Hospital MQ del Seguro Social, quienes con pocos recursos y condiciones adversas de trabajo hacen magia para cuidar y curar a sus pacientes. Entre ellos encontré a quienes deberían ser los protagonistas de una campaña “Nación de Héroes” para celebrar la Independencia.
Los profesores que no dejan solos a su alumnos en zonas donde nadie quiere trabajar, son héroes civiles no reconocidos, igual que los líderes de los barrios que para rescatar la convivencia diariamente se exponen a represalias de la policía y de las pandillas.
Héroes se encuentran entre las madres solteras y entre los bichos de barrios pobres que llegan a estudiar en universidades.
Y aunque se ha convertido en deporte nacional insultar de manera generalizada a los motoristas del transporte público como “cafres” o “animales”, entre ellos hay innumerables héroes que todos los días asumen la responsabilidad sobre la seguridad de sus pasajeros, de los alumnos que va a estudiar y de las mujeres que de noche regresan de las maquilas.
En cada oficio, civil o uniformado, hay malos elementos, pero también muchos buenos y algunos héroes. El error de la campaña “Nación de Héroes” del gobierno es que sólo hablaron de gente armada y uniformada. Pero no es el uniforme ni el arma que te convierte en héroe, es el espíritu de sacrificio y responsabilidad que mostrás en cualquiera que sea tu trabajo. El uniforme te puede convertir en héroe, pero igual en represor.
De todos modos, si de conmemorar la gesta de la Independencia Patria se trata, sus protagonistas no fueron militares sino ciudadanos valientes que asumieron una lucha cívica, no una lucha militar, para conquistar su meta.
Entonces, ¿por qué convertir hoy a los soldados y policías en la única cara de la “Nación de Héroes”? ¿Por qué convertir el 15 de septiembre, que debería ser una fiesta cívica, en un evento marcial? Siempre ha sido así, dirán algunos, y tienen razón. Pero nunca como este 15 de septiembre. Que yo recuerdo, nunca hubo una campaña publicitaria del gobierno tan militarista. Siempre pusieron a la Fuerza Armada a exhibir “destrezas militares”, pero no me recuerdo haber visto una escena como la que se dio el domingo frente a la tarima presidencial: jóvenes hincados frente al presidente, amarrados de las manos, con soldados “robocops” apuntándoles con fusiles. ¿En medio de una fiesta cívica nacional poner en escena las imágenes que en la realidad de las redadas masivas y los allanamiento de buses viven los jóvenes en las comunidades marginales? ¿Qué versión de lucha cívica estamos promoviendo?

El desfile del 15 de septiembre, si realmente se tratara de representar una “Nación de Héroes”, lo deberían encabezar las enfermeras del Rosales, de Zacamil y los médicos del Seguro Social, seguidos por los veteranos y lisiados de guerra, tanto de las files del Ejército como de la insurgencia, seguidos por los líderes comunales de los barrios, quienes mantienen viva la lucha por una convivencia pacífica. Luego los maestros con sus alumnos, los bomberos, los trabajadores municipales… etcétera, etcétera, etcétera…
Un desfile de este tipo no es tan fácil organizar. Con la PNC y la Fuerza Armada es chiche, porque son obligados a obedecer las órdenes del presidente. Pero a los héroes civiles del país no se puede dar órdenes, hace falta convencerlos, fomentar su iniciativa, respetar su independencia -y esto requiere de un presidente quien, más allá de la propaganda, dialogue con la gente y sus representantes. Muchos de los profesionales de salud y educación, así como los veteranos, se sienten atacados y chantajeados por el gobierno.
Tal vez el otro año, todos ustedes juntos organicen su propio desfile del 15 de septiembre, poniendo en el centro los héroes civiles.
Saludos,