jueves, 17 de enero de 2019

Carta sobre los que se niegan a defender los Acuerdos de Paz

Escribo estas líneas el 16 de enero 2019, aniversario de la firma de los Acuerdos de Paz. Para mi, este año no se trata de una simple celebración de un evento que no solo puso fin a la guerra civil, sino que abrió la puerta a la construcción de la democracia pluralista. Este año, más que en cualquier otro de los 27 años que han pasado desde este evento histórico, se trata de unirse para defender lo que a partir de este acuerdo de nación logramos.

Nayib Bukele concentra su campaña en la denuncia que todos los demás se están uniendo para bloquearle a él el acceso a la presidencia. Por tanto, según él quedaría confirmada su tesis de que FMLN y ARENA son lo mismo. Lo que no entiende es que estos dos partidos se están uniendo para defender lo que juntos en Chapultepeque asumieron como responsabilidad de construir y defender: la nueva República fundada en 1992, basada en los Derechos Humanos, separación de poderes, pluralismo, libertad de expresión, institucionalidad democrática.
Su tesis es falsa. El hecho que ahora el Frente y ARENA se unan para defender lo construido a partir del acuerdo de nación del 1992, no significa que sean lo mismo, ni borra sus marcadas diferencias ideológicas y de materia de políticas públicas. Igual que el hecho que garantizaron una alternancia pacífica e institucional en el 2009 no significa que hayan hecho cómplices. Ahora se unen por responsabilidad histórica compartida, porque de repente surgió una fuerza que desconoce lo construido a partir de los Acuerdos del 1992, lo desprecia y lo amenaza con desmontar: Nayib Bukele con su movimiento Nuevas Ideas.

¿Se han fijado en lo que dice el spot de TV que vemos a cada rato de Bukele? Habla de “30 años de promesas falsas”.  ¿Por qué habla de 30 años? ¿A que se refiere? ¿Qué pasó hace 30 años? ¿Cuál fue la promesa que se dio hace 30 años?

Hace 30 años arrancó en serio el proceso de paz. Luego de años de promesas falsas de diálogo, en el 1989 al fin comenzó la negociación real para desmontar la guerra. Esta fue la promesa de hace 30 años. Esta es la promesa que Bukele denuncia como falsa. Por esto él y Ulloa dicen que la tarea de refundar la República, con una nueva constitución, todavía está pendiente – y les tocará a ellos.

Para ellos los Acuerdos de Paz, firmadas hace 27 años, no fueron un acuerdo de nación, sino un arreglo entre dos partidos: FMLN y ARENA. Para ellos, lo que se aplicó y construyó a partir del 1992, no fue la voluntad de la sociedad expresada en un acuerdo nacional, sino la repartición del poder entre dos partidos. Por tanto, desconocen lo construido. Por esto, hablan con tanta ligereza de que Bukele, si fuera electo presidente, marchara con el ejército y la policía a Asamblea Legislativa para que deje de sabotear su proyecto político. Por esto, tiene tanto desprecio a instituciones como la fiscalía y los medios de comunicación y su independencia.

Bukele y sus seguidores en Nuevas Ideas, Cambio Democrático y GANA no se sienten comprometidos con los Acuerdos de Paz y con lo que a partir de ellos hemos construido en el país. No se sienten parte de este acuerdo nacional, y no lo van a defender.

Lo logrado en 27 años es deficiente. Pero nosotros tenemos que decidir si lo queremos mejorar – o si queremos permitir que lo destruyen para sustituirlo con recetas populistas que siempre llevan al autoritarismo.

Celebrando este mes el aniversario de los Acuerdos de Paz, el próximo mes hagamos lo nuestro para defenderlos.

Saludos,