jueves, 22 de febrero de 2018

Un ensayo de debate

Be careful what you wish for, you may get it.
Cuidado con lo que pides, puede ser que lo consigas.

Siempre he exigido debates electorales. El domingo por la noche me cumplieron mi deseo y me quedé decepcionado. Todo sonaba bien: un debate con los secretarios generales de los 5 partidos representados en la Asamblea, convocado por Canal 33, La Prensa Gráfica, Focos y la Universidad Tecnológica.

Primera frustración: Estaba programado para las 7pm, pero comenzó 15 minutos tarde. Y cuando comenzó, hubo un montón de fallas técnicas. Más bien, las hubo durante todo el programa. Un debate con relevancia nacional necesita un equipo de producción profesional, del cual Canal 33 obviamente no dispone. También necesita un equipo profesional de conductores.

Me alegré cuando vi a Karen Fernández en el set: cara nueva, presentadora de Focos, una mujer crítica y muy segura. Vaya, pensé, están rompiendo el molde. Pero lastimosamente solo la dejaron presentar a Mauricio Loucel, para que diera un discurso (demasiado largo) sobre la importancia del evento. Luego tomó control un trío de moderadores, presidido por Alberto Arene (quien en vez de preguntas suele hacer discursos), Diana Verónica Ramos, del 33, y Edward Gutiérrez, periodista de la Prensa Gráfica. Bueno, es relativo lo del control. Hablemos de esto después.

Segunda decepción: Tres de los secretarios generales no aparecieron. Los moderadores anunciaron que tanto Andrés Rovira, de GANA; Medardo González, del FMLN, y Mauricio Interiano, de ARENA, no pudieron asistir por tener “otros compromisos”. Uno se pregunta: ¿qué compromisos pueden tener un domingo por la noche, que les impidan representar a sus partidos en este debate? Al rato apareció un tuit del FMLN diciendo que “en vista que ARENA no envió a su presidente al debate, la CP del FMLN decidió participar con el compañero Roger Blandino Nerio…”. O sea, Medardo sí tenía tiempo, pero no asistió por consideraciones protocolarias.


¿Qué compromisos pueden tener un domingo por la noche
los secretarios generales de tres partidos, que les
impidan representar a sus partidos en este debate?



Entonces, aparecieron Roger Blandino Nerio (por cierto el único en uniforme de pinta y pega del FMLN) y Carolina Ramírez, vicepresidenta de Campaña de ARENA. Por GANA apareció Gallegos, pero esto parece normal, porque es quien manda en GANA. A la par de ellos, los secretarios generales Rodolfo Parker, del PDC, y Meme Rodríguez, del PCN. Es una imperdonable falta de respeto a la ciudadanía que Interiano y Medardo se hayan corrido de este debate. Mandaron figuras de la segunda fila a las cuales luego pueden desautorizar si meten la pata… Y la metieron, por cierto.

Tercera decepción: montaron el debate en una sala llena de barras partidarias, vestidas de los colores de su partido – la del FMLN, encabezada por Nidia Díaz, incluso con banderitas rojas. Una imagen vergonzosa. Esto mata cualquier debate.

La mecánica que habían diseñado los organizadores era precisamente esto: mecánica. Cuatro temas generales, con 2 minutos para cada uno de los panelistas. Luego una repregunta a cada uno, con derecho a 1 minuto para responder. Muy mecánico. Ninguna interacción entre los partidos. Esto puede medio funcionar cuando los moderadores son muy buenos, precisos y acuciosos en sus repreguntas. O sea, cuando los periodistas no les permitan a los panelistas evadir las preguntas o decir incongruencias. Lo que casi todos hicieron, y los moderadores no reaccionaron, con la excepción de un corto intercambio de Diana Verónica con Blandino Nerio. Hicieron su segunda pregunta, y aunque la respuesta quedó insuficiente, evasiva o muy torpe, así quedó y pasaron al siguiente tema. Nadie topó a nadie. Ni los periodistas, ni los otros panelistas. No hubo debate. El formato escogido tiene como resultado que las respuestas son monólogos preparados, declaraciones de cajón. Los panelistas pudieron decir impunemente cualquier cosa, sin ningún riesgo de ser expuestos.


Los panelistas pudieron decir impunemente cualquier cosa,
sin ningún riesgo de ser expuestos.


A Blandino Nerio le permitieron decir que tanto la reactivación de la economía como la recuperación de la paz social van bien bajo los gobiernos del FMLN. Gallegos pudo decir que necesitamos la pena de muerte y medidas extraordinarias para siempre y que los derechos humanos solo son para gente honesta. Carolina Ramírez (y también Nerio) pudieron decir que sus partidos son ejemplos de renovación, apertura y relieve generacional. Concertación Nacional pudo manifestar que siempre ha sido partidario de una Corte de Cuentas independiente y que no se hace cargo de los chanchullos de Conciliación Nacional. Y nadie les cobró el costo político por estos atrevimientos. Simplemente el formato y la inseguridad de los moderadores no lo permitieron.

Si un extraterrestre hubiera visto este debate, tendría que haber llegado a la conclusión de que el único partido sensato es el PDC, debido a la manera en que Rodolfo Parker sabe hablar el lenguaje políticamente correcto. A la par de él, todos los otros parecían principiantes en política y debate. Carolina Ramírez ni siquiera desmintió, cuando Diana Verónica le hizo una pregunta sobre seguridad, asumiendo que ARENA ya se comprometió a apoyar la prórroga de las medidas extraordinarias, y que incluso está dispuesto a convertirlas en ley permanente. Significa que el COENA ni siquiera ha discutido este problema. Que vean luego el Chato Vargas y Rodrigo Ávila qué hacen en la Comisión de Seguridad…


Hay que cambiar la mecánica.


Fue un primer paso, tomémoslo como ensayo general. Hay que cambiar la mecánica, apostar a un verdadero debate con interacción directa entre los participantes. Hay que conformar un grupo de moderadores profesionales, sin tentación de sermonear ni miedo a provocar. Hay que eliminar las barras partidarias. Y hay que garantizar una producción de televisión que tal vez sobrepasa las posibilidades del canal 33. Y hay que retar a los partidos a que acepten un debate real. Quien se atreve, gana.
(EDH-Observadores)