Magistrados:
Les quité el título “supremo”. Supremo significa eminente, extraordinario, sobresaliente, de completa autoridad…
Les quité el título “supremo”. Supremo significa eminente, extraordinario, sobresaliente, de completa autoridad…
Esto hay que ganárselo, y su tribunal, desde que ustedes asumieron sus cargos, ha sido lo contrario: mediocre y deficiente. Organizaron en el año 2015 las elecciones más desorganizadas de nuestra historia reciente, manejaron mal la crisis que esto provocó, y todo indica que todo esto se va a repetir en 2018.
Echando siempre la culpa a otros, este tribunal revela que no tiene poder, ni es supremo.
Si tenía alguna duda, se me quitó cuando les escuché anunciar que su tribunal ni siquiera puede garantizar la comida para los 90 mil miembros de las Juntas Receptoras de Voto. Ni transporte, ni café. Y me imagino, que nuevamente los que pasarán una jornada de más de 24 horas recibiendo, registrando y contando votos lo harán sentados en pupitres para niños y sin mesas donde desplegar el montón de papeleo.
Ustedes representan al Estado. ¿Cómo se puede el Estado atreverse a pedir (o más bien ordenar) que 90 mil ciudadanos trabajen de madrugada a madrugada sin que les den de comer y beber? Hablando de un Estado donde los funcionarios (incluyendo ustedes) cobran dietas, viáticos y gastos de representación por cualquier actividad.
¿Cómo piensan motivar a estos 90 mil ciudadanos, algunos reclutados en un sorteo y bajo amenaza de sanciones, para que hagan bien este trabajo, del cual depende la legitimidad de las elecciones – y de los electos?
Dicen que no tienen suficientes fondos. Bueno, tengo dos respuestas: Primero, si fueran Tribunal Supremo y no mediocre, no se dejarían mangonear del ejecutivo y su ministro de Hacienda. Segundo, incluso si no pueden conseguir más fondos, repártanlos de otra manera, priorizando las condiciones de trabajo de las Juntas Receptoras. Sacrifiquen lo que haya que sacrificar, pero no a los miembros de las mesas.
¿Y ustedes y su ejército de funcionarios y asesores bien pagados, qué van a comer en la jornada del 4 de marzo 2018? ¿Cómo se van a movilizar? ¿Qué van a comer en las docenas de reuniones antes y después de las votaciones?
Supongo que ustedes nunca han servido en una mesa de votación, contando votos y llenado estas absurdas actas, que cualquier alumno podría llenar en dos patadas si ustedes le dan una laptop con un software adecuado. No, ustedes van a obligar a 90 mil ciudadanos a llenarlas a mano, sentados en pupitres – y encima de esto ni siquiera les van a dar de comer. Para esto hay una palabra: miserable.
Saludos,
(MAS! / El Diario de Hoy)