Sindicatos o son autónomos del poder
político y económico, o se reducen a una farsa. No hay nada más
deprimente que sindicatos sumisos y ahuevados, que han vendido su alma a
un partido oficial. Esta era la imagen del 1 de mayo 2017 en las calles
de San Salvador.
Lo lógico hubiera sido que los trabajadores salieran a su tradicional marcha del 1 de mayo para enfrentar al partido oficial y su gobierno, que hoy día constituyen la principal amenaza a lo más precioso e indispensable de un movimiento sindical: su autonomía.
Hay
sindicatos que no están de acuerdo con las políticas del Gobierno del
FMLN, con el robo de las pensiones y con la creación de sindicatos
paralelos desde los despachos del Ministerio de Trabajo. Hemos visto a
los médicos, trabajadores de Salud y maestros enfrentándose a la
corrupción, ineficiencia y mala calidad de los servicios públicos. Uno
hubiera esperado verlos este 1 de mayo 2017 haciendo una marcha
autónoma. Pero viendo el Día de los Trabajadores secuestrado por el
FMLN, se quedaron en sus casas…
Los
que salieron este 1 de mayo fueron las bases del Frente, encabezadas
por su cúpula, y los empleados públicos, encabezados por sus capataces y
ministros, en una marcha en apoyo al Gobierno.
Lo que es nuevo es el ánimo de derrota que muestran los mismos dirigentes. Los discursos de Sánchez Cerén y Medardo González demuestran que están asustados. Tienen 8 años de gobernar… y nada que ofrecer.
El FMLN escogió para este 1 de mayo dos causas perdidas y profundamente impopulares: la nacionalización de las pensiones, rechazada por 80 % de la población; y la solidaridad con el régimen de Nicolás Maduro, rechazado diariamente por cientos de miles de trabajadores en las calles de Venezuela.
El FMLN se ha quedado sin gasolina. No tiene ninguna causa que una mayoría de salvadoreños pueda abrazar. Están en defensiva, viendo con asombro cómo el partido ARENA, a pesar de todos sus errores y deficiencias, comienza a repuntar en las encuestas. El pánico está visible en las caras de los dirigentes este 1 de mayo, y se refleja en la pasividad pasmosa de su gente acarreada en la plaza.
¿Cómo pueden pensar que con su proyecto de robarse las pensiones de los trabajadores y con consignas como “Vamos a derrotar la derecha, como en Nicaragua y Venezuela” (Salvador Sánchez Cerén en su discurso) pueden movilizar a los trabajadores que noche a noche ven en televisión cómo los amigos del FMLN en Venezuela están reprimiendo marchas de opositores? ¿Qué tan tontos creen que son los trabajadores?
Es tiempo de que los verdaderos sindicalistas comiencen a construir un movimiento sindical autónomo que realmente represente los intereses de los trabajadores. Saludos,
(MAS!/EL DIARIO DE HOY)