Les dicen “padres de la patria”. Pero ser padre significa sobre todo: cuidar a su familia, protegerla de peligros, mantenerla unida a pesar de diferencias.
Viéndolo así, están fallando.
No estoy hablando de las tantas deudas que el órgano legislativo ha acumulado en asuntos de interés nacional no resueltos: reforma del sistema de pensiones; una reforma fiscal que regule los gastos del Estado y amplíe la base tributaria; presupuesto equilibrado y financiado; ley de la administración pública; reforma del sistema penitenciario…
Estoy hablando de algo aún más urgente. Ayer unos ciudadanos han entregado a la FGR demandas contra casi todos los dirigentes del FMLN histórico de la guerra y de los Acuerdos de Paz, para abrir las investigaciones de crímenes de guerra cometidos por la guerrilla. Por otra parte, ya hay una demanda parecida para reabrir el caso El Mozote contra oficiales de la Fuerza Armada.
Con la sentencia de la Sala de lo Constitucional que derogó la amnistía, se ha abierto la caja de Pandora, y ahora están saliendo los fantasmas. Si ustedes no paran esta locura, todos van a salir. Ambos bandos militares que firmaron la paz, serán envueltos en juicios. El país se va a fracturar entre quienes apoyan unos y otros. Esto sería un terremoto para el sistema político construido sobre los Acuerdos de Paz.
La culpa no es de la Sala, sino de la Asamblea. La sentencia explícitamente dejó abierta la posibilidad de que el Legislativo se haga cargo de la caja de Pandora y sus delicados contenidos antes de que explote – mediante una nueva Ley de Reconciliación que regule el derecho de las víctimas a que se conozca la verdad, pero que también evite que todos estos casos caigan a la justicia regular que no tendría capacidad de manejarlos. Pero la Asamblea no ha actuado, no existe este ley, ni siquiera un debate legislativo sobre cómo consensuarla.
Debido a esta negligencia, las víctimas no tienen otra opción que ir a la Fiscalía y hundir al sistema judicial con casos que necesitan otro tratamiento, por el contexto histórico en el que se dieron los hechos.
Si ustedes no actúan responsablemente, la locura va a andar suelta y nadie detendrá la nueva cadena de venganzas y persecuciones. Habrá docenas de casos en todos los juzgados de todo el país, el país de nuevo se envenenará, y las víctimas tampoco tendrían la justicia ni la verdad que buscan.
Los Acuerdos de Paz tenían como objetivo principal que los insurgentes que operaban fuera de la ley se pudiesen incorporarse al sistema político, creando el pluralismo incluyente que necesitaba el país. Todos los jefes guerrilleros ahora están siendo acusados ante la fiscalía, incluso el actual presidente de la República. Uno puede no estar de acuerdo con sus políticas, pero todos han cumplido los compromisos que asumieron al firmar la paz. Son parte de nuestro sistema político, con sus errores y aciertos. Igual que los militares.
Nunca me olvidaré de aquel día en enero del 1992 cuando todos los jefes militares y políticos de la guerrilla, llegando desde México bajaron del avión y fueron escoltados por miles de ciudadanos, observadores internacionales y embajadores al centro de la ciudad. Yo estuve en la multitud que los recibió en la plaza. Cuando los vi caminar por las calles del centro, esto fue el momento en que comencé a tener confianza en la paz. Comencé a caminar yo también por la ciudad sin miedo de venganzas o persecuciones. Este fue el día que terminó la guerra, no el día de la firma en Chapultepec. Este día comenzamos todos a pensar en el futuro y en cómo reconstruir el país…
¿Ustedes quieren permitir que esta confianza, compartida por miles (si no millones) de salvadoreños, se destruya 25 años después? No puede ser que pase esto, sólo porque no son capaces de cumplir su responsabilidad histórica y crear el marco legal que sustituya la amnistía? No podemos permitir que con la derogación de la amnistía quede un vacío legal y ético, en cual no habrá forma racional y responsable de lidiar con los pecados del pasado. Ustedes son los llamados de llenar este vacío – y no han hecho absolutamente nada al respecto.
Hagan lo que como padres de la patria les corresponde. ¡Pero háganlo ya!
Saludos,
(MAS!/El Diario de Hoy)